El dólar se estabiliza en la franja del medio
El mercado encuentra un equilibrio en $1200, contra el deseo de Milei de que baje a $1.000 y de los exportadores para que suba a $1400. Escribe Rodolfo Cavagnaro.
Después de los primeros días de la semana corta de Semana Santa, el dólar libre había experimentado una baja que lo llevó a $1070, muy cerca del nivel inferior de la banda de flotación. Pero esta semana hubo más demanda de dólares y menos oferta, porque en esos precios, a los exportadores de grano no les cerraba para liquidar.
No obstante, el presidente Milei y el ministro Caputo redoblaron la apuesta apostando que el dólar bajará hasta la franja inferior y que seguramente el BCRA comprará dólares a $ 900. Incluso, esta semana tanto la autoridad monetaria como un banco privado pusieron en las pantallas del mercado ofertas para comprar 500 millones de dólares a $1000. Hasta ahora, los informes de la entidad no indican intervenciones.
Lo real es que la cotización de la moneda norteamericana comenzó la semana subiendo en forma lenta pero persistente, para cerrar el viernes $1190, que fue el mismo precio del jueves. Parece que el mercado se siente más cómodo en ese nivel. Y hay que tener en cuenta algo que es básico: el precio no lo pone el que vende, sino que ponen de acuerdo ambas partes. Si en un momento sube es porque hay gente dispuesta a pagar ese precio por razones que solo ellos conocen.
Los operadores tienen que acostumbrarse a la volatilidad propia de mercados libres ya que vienen de un sistema de crawling peg que tenía un precio fijo y una tabla de ajuste previsible. Ahora no lo hay y tanto los operadores como los funcionarios tienen que acostumbrarse al funcionamiento de este mercado, como pasa en todo el mundo.
No obstante, existe cierta preocupación por el accionar de los exportadores, sobre todo los de granos, porque el gobierno intenta que liquiden recordándoles que a fines de junio vuelven las retenciones. A su vez, les recuerdan que el dólar seguirá bajando. La gente del sector mira por varios lados porque los movimientos que hizo el presidente de EE. UU. hicieron que creciera el valor del dólar y bajara el precio de las materias primas lo cual los pone en un juego de pinzas ya que baja el precio internacional, baja el precio del dólar y se viene un aumento de las retenciones.
Hay Consultoras que apuestan a que los exportadores resistirán y tratarán de subir el precio de la divisa hasta el limite superior para poder liquidar de manera más rentable. Muchos ya se juegan a que en diciembre el valor de la divisa estará cerca de los $1400. La única duda es que quienes estarán dispuestos a pagar esos valores porque los importadores, que son los que más demandan, tratarán de mantener el valor más bajo posible.
Más inyección monetaria
Esta semana hubo dos movimientos que se generaron el jueves y muestran una cierta laxitud en la promesa de no emisión monetaria. En principio, hubo un movimiento extraño, habitual en el kirchnerismo, pero extraño en esta gestión. El BCRA afirmó que en el balance de 2024 tuvo una ganancia de 19,4 billones de pesos y le transfirió al Tesoro 11,7 billones. Es una forma disfrazada de emitir moneda para el Tesoro y es una forma de expandir la base monetaria ya que esa cifra se dedica a pagar deudas.
Otra señal se dio en la licitación de letras del Tesoro, donde se buscaba refinanciar vencimientos de bonos, el gobierno solo pudo renovar un 70%. Esto implica que el Tesoro debió liberar otros 2,5 billones para pagar estas deudas. Y en este caso vale preguntarse qué ¿hace el Tesoro con los superávits que viene acumulando? Y la duda es razonable porque para que la estrategia del gobierno funcione el Tesoro debería ser el que, con ese superávit, compre dólares en el mercado para pagar deudas. EL BCRA no debería pagar más deudas y solo debe acumular reservas por seguridad y supervisar a las entidades financieras.
La proyección de los precios
Cuando comenzó el nuevo esquema cambiario hubo expectativas de que podría dispararse la cotización hacia la parte más alta de la banda y muchas empresas ajustaron precios para cubrirse. Lo notable fue que los sectores de mayoristas y distribuidores decidieron no convalidar aumentos y no compraron. No solo es una puja sectorial, es que, además, los consumidores tienen muy dañada la capacidad adquisitiva de sus salarios.
No obstante, hubo consultores que arriesgaron que habría subas cercanas al 5% por tres meses, aunque luego comenzaron a revisar sus perspectivas. Hoy todos hacen sus seguimientos y ya son muchos los que creen que los precios podrían subir en abril un poco por encima del 3%. Algunos anticipos de los precios de la ciudad de Buenos Aires anticipan que, en esa jurisdicción, podría dar un 2,7%,
El mercado se sigue moviendo lento y hay varios gremios que ya están planteando una revisión de las paritarias para adecuar los ingresos de los trabajadores. Mientras tanto, los consumidores esperan que YPF baje el precio de los combustibles acorde con la baja del precio internacional del crudo. Esta baja parece que se sostendría dado que se que espera una suerte de recesión internacional por el conflicto de los aranceles de Trump.
Dado que el presidente norteamericano quiere que baje el precio del petróleo y, usando su poder de presión y sus alianzas con los países árabes, consiguió que la OPEP dispusiera un aumento de la producción, lo que ayudaría a la baja del precio internacional del crudo.
Por ahora habrá que esperar el comportamiento de precios como la carne ya que este mes subieron carnes rojas y también el pollo y el pescado (por Semana Santa). También llega la época de las subas estacionales de frutas y verduras de verano, así como la baja de los precios de frutas y verduras de invierno