El nuevo esquema del dólar y la inflación que se pronostica, ahora con Presupuesto

La sanción de la pauta de gastos y recursos es un logro político para el gobierno, mientras el mercado espera la implementación de las nuevas bandas cambiarias. El análisis de Rodolfo Cavagnaro.

Rodolfo Cavagnaro

A medida que nos acercamos al cierre del año 2025 comienzan las especulaciones acerca de la forma en que se moverá el mercado en el comienzo del nuevo año. Es que a partir del 1 de enero comienza a regir el nuevo sistema de bandas cambiarias, cuyos valores se ajustarán mensualmente por el IPC de dos meses anteriores. Es decir, en enero se ajustará un 2,5%, que fue la inflación de noviembre.

Los datos preliminares de las consultoras sobre el comportamiento de los precios en diciembre arrojan que habría un comportamiento ascendente en la segunda quincena. Por esto, la media de los estudios previos indica un índice similar al mes anterior, de 2,5%. Este indicador sería el que se aplicaría para ajustar los límites de la banda en febrero.

En estos dos últimos meses del año, con índices de 2,5% cada mes, el mercado se encuentra que las tasas de interés que se paga a los ahorristas son negativas, ya que las tasas oscilan entre 20 y 22% anual. Por esta razón es que los inversores han cambiado rápidamente la dirección de sus colocaciones. Así se ha verificado un crecimiento del 36,9% en las colocaciones en plazos fijos ajustados por UVA. De la misma manera, en las colocaciones del gobierno hubo un crecimiento de la demanda de bonos ajustados por CER. O sea, los inversores intentan cubrirse de la inflación.

Los rubros que habrían empujado los precios vuelven a repetirse, como es el caso de la carne. También habrían registrado aumentos en frutas y verduras, aunque podría tratarse de precios por las cercanías de las fiestas, porque, en general, estamos en estacionalidad positiva en la mayoría de los rubros y se debería registrar descensos en lugar de subas. Por supuesto, las tarifas siguen siendo el motor de los aumentos y seguimos insistiendo que hay que cambiar el esquema de indexar para no repetir ciclos inflacionarios.

De todos modos, la expectativa sigue abierta porque ya se sabe cómo se actualizarán los límites de la banda y esto genera expectativa de suba del dólar, aunque es más fácil que suba la inflación y no tanto el billete verde. Incluso, el gobierno espera que haya un aumento de la demanda de pesos, lo que implicaría que el dólar no se mueva mucho y le permita al Tesoro seguir comprando dólares.

Las reservas crecieron

Este viernes el BCRA registró una tenencia récord de us$43.610 millones basado en dos datos: primero, un crecimiento en las compras del Tesoro, sumado a ingresos de organismos internacionales. La otra razón fue la revalorización de las tenencias de oro. El metal precioso viene registrando un alza muy importante ante la turbulencia en los mercados internacionales.

Durante diciembre, las reservas del BCRA tuvieron un crecimiento muy significativo, sobre todo porque el próximo 10 de enero tiene que pagar us$4200 millones. Con el crecimiento marcado por las causas señaladas, al gobierno le faltarían us$1700 millones para hacer frente a los pagos, sobre todo al FMI. Algunos afirman que el gobierno podría pedir un waiver (perdón).

De todos modos, este crecimiento de reservas es posible que no alcance para completar la suma que hay que pagar, pero el gobierno no planea recurrir a ningún incumplimiento y podría acudir a los fondos previsto en el swap con Estados Unidos. Lo cierto es que la actividad del Tesoro es parte del compromiso exigido por el FMI y por el Tesoro de EE.UU.

Tenemos Presupuesto 2026

Esto, que debería ser normal, en la Argentina se transforma en noticia porque el ambiente político está tan distorsionado que se han perdido algunos patrones elementales. El Presupuesto es la ley en la cual el Ejecutivo da a conocer su plan de gobierno y, en cualquier sistema racional, los presupuestos se aprueban porque la oposición no puede pretender introducirle cambios al proyecto del Ejecutivo. Es su gobierno.

Sin embargo, la realidad política argentina es distinta y el kirchnerismo lucha encarnizadamente por tratar de ponerle palos en la rueda al gobierno. En este caso, el oficialismo negoció mejor que en Diputados y sancionó en proyecto, en general y en particular, por amplia mayoría.

Este Presupuesto trae algunos datos interesantes. El proyecto ratifica totalmente el objetivo del superávit fiscal y pone trabas claras a cualquier intención de expandir el gasto sin aportar una fuente de financiamiento. Como datos económicos, el proyecto prevé una tasa de crecimiento del 5%, se calcula que la inflación será de 10,1% y que el valor del dólar mayorista a fin de 2026 será de $1423, un valor menor al actual precio mayorista que es de $1452,50.

Otra de las normas sancionadas le permite al Ejecutivo hacer operaciones relacionadas con la deuda pública, como renovaciones, canjes, reestructuraciones y otras que sean necesarias para operar con rapidez. Esta norma viene a sortear el cepo que había impuesto una ley enviada por Martín Guzmán, que exigía la aprobación del Congreso para cada operación.

Por otra parte, mientras se mantiene una reducción de los subsidios a las tarifas de servicios públicos, el proyecto no prevé aumentos en las partidas discrecionales a provincias y esto generó quejas de algunos legisladores que pidieron mayor asistencia. En realidad, no debería haber más transferencias discrecionales y sumar todo a los fondos coparticipables, pero, al menos, no habrá aumentos.

La oposición intentó derogar el artículo 30 del proyecto que prevé eliminar los pisos obligatorios para transferir fondos a diversas actividades, como Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación, Educación Técnico Profesional y el Fondo Nacional de la Defensa (Fondef), cometido que no lo logró. Hasta el final de este año, la legislación exige destinar el 6% del PBI al sistema educativo, el 1% al financiamiento de Ciencia y Tecnología, el 0,2% del presupuesto en educación técnica y el 0,8% del gasto presupuestario para reequipamiento de las fuerzas armadas.

De esta manera el ejecutivo piensa que tiene más flexibilidad porque los pisos obligatorios implican límites muy rígidos. También conserva la facultad de reacomodar partidas, dentro de algunos límites, algo que ya se venía haciendo.

Finalmente, Argentina vuelve a ser un país normal. Tenemos presupuesto y ahora es más fácil discutir sobre base cierta. La gestión del gobierno en la ejecución del Presupuesto será más fácil de evaluar.






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