El Gobierno refuerza las reservas con fondos del FMI y busca activar un nuevo blanqueo de dólares

Tras cancelar deudas con el Banco Central, el Ejecutivo espera encarar sin sobresaltos los próximos vencimientos. Al mismo tiempo, impulsa una medida para permitir el uso de dólares no declarados sin sanciones, en un intento por reactivar el consumo.

El Gobierno utilizó una parte del desembolso más reciente del Fondo Monetario Internacional para cancelar compromisos con el Banco Central, una operación que ya fue formalizada y que permitió engrosar las reservas internacionales. Según trascendió, el BCRA ya dispone de los fondos -unos 1.200 millones de dólares- en sus cuentas, lo que garantiza el pago de los vencimientos más importantes del año, sin sobresaltos hasta 2026. Asi lo explicó el periodista Ismael Bermúdez para el programa "Tenés que saberlo", por Radio Post.

Con este refuerzo, las reservas mostraron una recuperación significativa, lo que da margen al Ejecutivo para afrontar una serie de pagos millonarios que incluyen intereses trimestrales por bonos y otros compromisos que alcanzan los 800 millones de dólares hacia fin de año. Uno de los mayores desafíos se espera para el 1º de julio, cuando vencerán títulos por más de 4.500 millones de dólares en manos de bancos, mutuales y pequeños ahorristas.

Sin embargo, el optimismo financiero no se refleja todavía en los indicadores de riesgo: a pesar de la mejora en las cuentas públicas, el riesgo país continúa por encima de los 700 puntos básicos, muy lejos del objetivo de ubicarse debajo de los 500.

En paralelo, el Gobierno busca incentivar el ingreso de dólares no declarados que los argentinos mantienen fuera del sistema. Según adelantaron el ministro de Economía y el propio presidente, se trabaja en una norma que permitiría el uso de esos fondos sin penalidades ni investigaciones de la AFIP. La idea es dar un marco legal para que puedan destinarse al consumo o a la inversión, como una forma de dinamizar la economía.

Aunque aún no hay detalles concretos sobre la implementación, la medida apunta directamente al dinero que se encuentra "bajo el colchón" o en cajas de seguridad. Se trataría de una especie de blanqueo simplificado, sin multas ni sanciones, aprovechando la desconfianza histórica de los argentinos en el sistema financiero local tras episodios como el corralito de 2001.

No obstante, analistas ponen en duda su eficacia real. Señalan que, en la práctica, quienes necesitaban usar esos ahorros ya podían hacerlo a través del mercado informal, por lo que la clave estará en los incentivos adicionales que ofrezca el Gobierno para convencer a los ahorristas de declarar su dinero.

Mientras tanto, la situación económica de las familias sigue siendo crítica. La caída del poder adquisitivo se refleja en recortes de gastos, incluso en sectores medios: hay más morosidad en el pago de expensas y un creciente número de personas que migran a planes de salud más económicos ante la suba de cuotas.

El oficialismo parece estar testeando el impacto social de este "blanqueo liviano" antes de avanzar con su reglamentación. Resta ver si logra efectivamente reactivar el consumo o si quedará, como otras veces, en un anuncio con escasa respuesta.

Aquí la columna completa

Esta nota habla de: