Republicanos del campo de EEUU se quejan del apoyo del Tesoro a la Argentina
El anuncio del apoyo financiero fue realizado el lunes por el secretario del Tesoro, Scott Bessent, lo que provocó una recuperación en los mercados argentinos y un leve repunte del peso.
En el Congreso de los EEUU, los legisladores republicanos de los estados agrícolas tampoco ocultan su malestar. "Es muy lamentable que, mientras EEUU ayuda a Argentina a estabilizar su economía, esté socavando a los agricultores estadounidenses y debilitando las negociaciones del presidente Trump con China", criticó la representante Julie Fedorchak, de Dakota del Norte. "Este es un trago amargo para los productores de soja de mi estado".
La administración evalúa ahora utilizar parte de los ingresos recaudados por aranceles para financiar un nuevo paquete de ayuda, según la secretaria de Agricultura, Brooke Rollins. A corto plazo, los consumidores podrían beneficiarse con precios más bajos en productos derivados de la soja, como el aceite vegetal, la leche de soja o las carnes vegetales. Pero, advierte Jacquie Holland, de la Asociación Americana de la Soja, si la situación persiste, muchos agricultores podrían optar por no sembrar soja el próximo año, lo que generaría una escasez de oferta y un eventual aumento de precios.
En paralelo, el uso de fondos arancelarios para rescatar al sector agrícola podría tensar aún más las cuentas públicas. Esos ingresos estaban destinados, en parte, a reducir el déficit federal, y su redirección podría preocupar a los mercados financieros. Algunos analistas señalan que esto podría generar desconfianza entre los inversores y traducirse en un alza de las tasas de interés, justo cuando el gobierno busca lo contrario.
En definitiva, mientras la administración Trump busca reforzar su influencia en Sudamérica y respaldar a un aliado ideológicamente afín, las consecuencias inmediatas de esa decisión podrían costarle políticamente en casa, especialmente en los estados agrícolas que han sido históricamente clave en su coalición electoral. El gesto argentino, que aparentemente "agradece" la ayuda con una apertura comercial que favorece a China, subraya lo difícil que es alinear la geopolítica con los intereses económicos internos.
En contexto
El anuncio del apoyo financiero fue realizado el lunes por el secretario del Tesoro, Scott Bessent, lo que provocó una recuperación en los mercados argentinos y un leve repunte del peso. Pero la decisión del gobierno argentino de levantar las barreras fiscales a la soja ha generado un 'efecto mariposa' que golpea directamente a las zonas rurales de EEUU, un electorado clave para Trump. Agricultores y analistas del sector lamentan que no han recibido pedidos de China en lo que va del año, lo que agrava una situación ya comprometida por las políticas comerciales en curso.
"Los productores de soja han estado pidiendo ayuda desde que asumimos el cargo", remarca un alto funcionario de la administración estadounidense en unas declaraciones recogidas por Axios. "Esto no es nuevo. Y el presidente va a ayudar", amplía. Según la misma fuente, el gobierno dispone de dos fondos que podrían utilizarse para brindar asistencia financiera, incluso mediante el desvío de ingresos arancelarios hacia los agricultores afectados.
El trasfondo geopolítico de esta jugada es más amplio. A diferencia de administraciones anteriores, la de Trump ha puesto el foco en América Latina, en particular ante el avance de la influencia china en el hemisferio. Argentina y Chile, por ejemplo, controlan el acceso al estratégico Estrecho de Magallanes, y el país sudamericano es rico en recursos naturales como litio, uranio, petróleo y gas. Además, el vínculo entre Trump y Milei ha sido enfatizado por ambos líderes. El presidente argentino, que ha adoptado un estilo populista similar al del mandatario estadounidense, incluso ha hecho suyo el lema "Hagamos que Argentina vuelva a ser grande" (MAGA también en inglés).
Pero mientras Washington ofrece apoyo financiero a Buenos Aires, la política argentina genera beneficios inmediatos para China y consecuencias negativas para los productores locales. Para Ty Higgins, portavoz de la Oficina Agrícola de Ohio, la situación es "problemática". A medida que se acerca la cosecha, señala también a Axios, aumentan las preocupaciones de que las reservas de maíz y soja no encuentren salida al mercado, lo que podría empujar los precios aún más a la baja.
En Minnesota, donde la soja representa el 25?% de las exportaciones agrícolas del estado, Darin Johnson, presidente de la Asociación de Productores de Soja, alerta sobre el impacto en la demanda. "Queremos un comercio justo, pero cuando esto empieza a afectar la demanda y no se corrige, genera mucha incertidumbre", afirma.