Análisis económico: El crecimiento que no se nota y el atraso cambiario que sí

El economista Carlos Ponce se refirió a los números vinculados al crecimiento del PIB y también al atraso cambiario, dos de los debates que se dan actualmente en la Argentina. En "Tenés que saberlo" por Radio Post 92.1

Tenés que saberlo
Gabriel Conte, Ana Martínez, Ariel Fernández, Julián Chabert y Rodrigo Galdeano y sus personajes. En 92.1 de Radio Post

Pasó una nueva semana y algunos datos oficiales que se dieron a conocer quedaron en el ojo de la discusión, como el crecimiento registrado del EMAE o el turismo internacional. El economista Carlos Ponce habló en "Tenés que saberlo", por Radio Post 92.1, y se refirió a ambos temas, desmenuzando y detallando los números expuestos por el Indec.

"Es verdad que creció el 5% el PBI, el Indec lo ha medido bien, no es que esté mintiendo. Cuando sacás qué creció de ese 5%, el 70% de ese crecimiento, es decir 3,5 de los 5 puntos, corresponden a impuestos y a intermediación financiera, bancos, cosas que nosotros no vemos. Son componentes del PBI que son los que explican la gran parte del crecimiento del Producto Bruto. ¿Cuál es lo que nosotros más sentiríamos, los más cercanos a nosotros? Comercio minorista que casi no creció; construcción, que es lo que podríamos ver, casi no creció; la industria bajó un poquito comparando el año", explicó Ponce.

El economista señaló que tiene lógica que la estadística del PBI suba y que la gente no lo percibamos en la vida cotidiana: "Excepto los que cuento, casi nada ha subido. Y otro detalle: el PBI, yendo a lo estadístico, cuando lo comparás con el año pasado es verdad que creció el 5%. Pero el ciclo ha sido el siguiente: en el 2022 estábamos casi al mismo nivel que hoy, por eso tampoco nos damos cuenta mucho, porque en el 2023 cayó, el último año de Massa que fue un año catastrófico porque no solo que hubo 200% de inflación sino que cayó el PBI; en 2024, con el ajuste que hizo Milei, cayó el PBI; y ahora, con esta recuperación, estamos casi como en el 2022. Es decir, tiene lógica que estemos incómodos, que no sintamos que hay crecimiento, a pesar de que se están arreglando cosas de la economía".

Además, señaló que cuando se reactiven estos indicadores cotidianos la gente lo percibirá inmediatamente: "Los procesos de crecimiento ahí nomás se ven, se ven rápido. Los comerciantes dicen ‘vendí más, con el crédito empecé a vender, mejoré la rentabilidad, vendí más autos'. Vas a empezar a ver que hay gente que empieza a construir su casa, más barrios, más edificios. Es decir, se ve, cuando crece uno lo percibe".

Sin embargo, señaló que esto no es una crítica sino que es el proceso natural de la economía que ha pasado por una debacle: "El error en todo caso ha sido, por ahí hasta para el propio presidente, haber dicho tan enfáticamente que la economía iba a crecer, hasta usó algunas expresiones medio jocosas. Quizás eso ha provocado un desajuste cuando él podría haber dicho ‘esto es duro, arreglar el lío que tenemos es duro'".

La alarma del turismo

Por otro lado, el economista encendió las alarmas por los últimos números vinculados al turismo internacional: "El ministro Caputo cada tanto sale a explicar que para él el tipo de cambio está bien y hay muchísimos economistas que opinan que el tipo de cambio está barato. Que esté barato le hace daño a la economía porque los exportadores ganan menos plata, vienen menos turistas, significa que salen muchos dólares y entran pocos dólares, no contribuye a que se expanda la economía, se genera una serie de problemas. Pero acá hay números contundentes sobre qué ha pasado específicamente con el turismo, que son bastante elocuentes".

Ponce resaltó que según los números del Indec, a la Argentina ingresaron este año 7 millones de turistas, mientras que los argentinos realizaron 16 millones de viajes al exterior: "Esto va a empeorar o se va a hacer más severo en la época pico que es enero y febrero, que va a ser una invasión de argentinos de nuevo a Brasil, nosotros a Chile, el mundial también puede influir. La situación estructural del turismo es desastrosa. Uno podría, si quiere ser optimista, ver un pequeño cambio en el último mes. El tipo de cambio, aunque nosotros no lo notamos mucho, hace unos meses atrás estaba $1.100, $1.200 y hoy está casi a $1.500. Son $300 de diferencia, eso está equilibrando un poquito esta balanza muy deficitaria del turismo, pero estamos lejísimos de una situación de equilibrio y estamos muy lejos, pareciera, de que esto se pueda revertir. Para todo el sector turístico, gastronómico, vinculado al turismo, yo diría que no hay muy buenas perspectivas porque el Gobierno, por lo menos con todas las señales que ha dado hasta el momento, sostiene que este tipo de cambio está bien".

Además, señaló que frente a ese panorama, si el Gobierno no ve esto como un problema será la industria del turismo la que deberá adecuarse a esta nueva realidad: "En la gastronomía, algunos se están readaptando, ganando menos, ajustando sus menús. Viene una etapa que va a ser esa: de ajuste y de reorganización interna. Y el que no se adapte, me parece que va a tener problemas porque no va a vender. Los que están vendiendo un poco más son los que están ajustando, como las bodegas que ahora tienen menús más baratos, etc. Pero ese proceso es complicado: si lo mirás a nivel macro, no es un proceso simple que todos se dan cuenta y dicen ‘bajemos 30% los precios para ajustarnos a la nueva realidad'. Las tarifas de electricidad no bajan, los alquileres en general tardan muchísimo en bajar, hay un montón de servicios que siguen subiendo. Ese ajuste no es tan simple".

A su vez, señaló que las personas que acostumbran a consumir turismo premium de elite tienen muchos puntos para poder comparar: "La persona que tiene mucho dinero y que está dispuesto a comprarse un vino de 200 dólares, tomárselo e ir a un hotel de 5 estrellas, en general es una persona que viaja y que le resulta fácil comparar. Si siente que acá, en la Argentina, le están cobrando un precio alto por un hotel que es 5 estrellitas, o un vino de 200 dólares y dice ‘me he tomado uno italiano por 50 dólares equivalente'. También es verdad que la gente premium, de altos gastos, también se da cuenta rápido cuando le estás cobrando caro".

Sin embargo, destacó que el problema no es solamente los precios de los prestadores argentinos, sino también el atraso cambiario: "Le está pasando a la industria, le está pasando a la vitivinicultura, las dos cosas. El problema con el dólar, que sería lo macro, no sabemos cómo lo va a arreglar el Gobierno. En realidad el Gobierno está diciendo que no lo va a arreglar porque no es un problema. Ahí está lo que planteaba al inicio: el gran debate sobre si el Gobierno tiene que modificar y que el dólar tendría que volver por ahí $1800 en vez de $1500; o si está bien lo que dice Caputo, el dólar está bien así y todo el resto de la economía se tiene que ajustar a eso. Ese es el gran debate económico que tenemos".

En esa línea, añadió: "Posiblemente el dólar esté más cerca de $2000 que de $1500. De todas maneras no lo sabemos porque cuando lo liberés, hay que ver cómo juegan toda la oferta y la demanda juntas. Pero ahora ha aumentado el dólar de $1200 a $1500, para poner números redondos, y no ha habido lo que se llama un traslado a precios, un poquito ha habido. En general el traslado ha sido bajo".

Un problema de 50 años

A nivel personal, Ponce señaló que posiblemente el Gobierno se equivocó en plantear un escenario demasiado optimista, aunque aclaró que la economía argentina lleva 50 años de alta inflación: "Empezó la inflación en 1975 con el Rodrigazo. Hace 50 años que empezó la mega inflación en Argentina. Esto es como un tipo que es alcohólico: la Argentina ha sido 50 años alcohólica, ha vivido con un problema, ha tenido etapas en donde dejó de tomar y volvió. Esta es la única vez que hace 2 años que dejamos de ser alcohólicos. Eso es todo lo que hemos hecho: no nos hemos vuelto deportistas de alta competencia, grandes jugadores de fútbol, lo que estamos haciendo es dejar de ser alcohólicos y la estamos pasando mal. ¿Había otra solución? Después de 50 años parece que fuera esta. Por eso es que me gusta dar mi opinión porque si no parece que todo es crítica y mala onda. Pero la verdad que es un proceso que había que pasar. Ojalá que el año que viene arranque".

Finalmente, señaló que no solamente es una cuestión política sino también de empresarios y lobbistas que han influido mucho en esto: "La causa de los cuadernos que se estaba ventilando es un antes y un después en Argentina porque ya no es joda: ya no es que sospeché, que no me gustó, que Cristina me cae mal. Acá hay 34 tipos que declararon como arrepentidos y dijeron que habían pagado coimas. La situación que va a mostrar la Argentina hasta, por lo menos, el 2015, para mí es un antes y un después porque hay 34 tipos que admitieron haber cometido delitos", concluyó.

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