El dólar cae más de $100 tras el apoyo financiero de EEUU

El acuerdo de swap por US$ 20.000 millones con el Tesoro de Estados Unidos y la intervención directa en el mercado local estabilizan al tipo de cambio y reaniman a los bonos. El auxilio otorga aire al Gobierno, aunque los analistas advierten: la calma podría durar solo hasta las urnas.

El desembarco financiero de Estados Unidos modificó por completo el panorama económico argentino. Desde el anuncio del secretario del Tesoro, Scott Bessent, el jueves pasado, el dólar retrocedió más de $100, el riesgo país bajó casi 300 puntos y el Merval subió 11% en dólares, en una de las jornadas más eufóricas del año.

El acuerdo -un swap por US$ 20.000 millones entre el Tesoro norteamericano y el Banco Central argentino- incluye ventas directas de dólares en el mercado local y la posibilidad de que Washington compre bonos soberanos para sostener sus precios. Se trata de un mecanismo sin precedentes, ejecutado a través del Exchange Stabilization Fund (ESF), que actúa además como garante de los pagos de deuda argentina.

En palabras de Bessent, el objetivo es "prevenir una volatilidad excesiva del tipo de cambio" y "garantizar la estabilidad financiera durante el proceso electoral".

El auxilio llega tras semanas de tensión. Según un informe de Goldman Sachs, el Banco Central había vendido US$ 1.100 millones en apenas tres días (entre el 17 y el 20 de septiembre) para contener al tipo de cambio, que había tocado $1.474 por dólar, el techo de la banda. Con reservas netas en torno a US$ 6.000 millones y fondos líquidos por US$ 16.000 millones, el margen de maniobra era casi nulo.

La derrota de Javier Milei en las elecciones bonaerenses del 9 de septiembre -donde el peronismo ganó por 13 puntos- desató la corrida: el riesgo país escaló a 1.200 puntos, los bonos tocaron mínimos de 2023 y el Merval se desplomó 20% en dólares. "La economía argentina no tenía crédito, ni reservas, ni superávit externo", resumió Econométrica, "por eso era imposible resistir sin respaldo externo". Ese respaldo llegó desde Washington

Cómo opera el acuerdo

El swap funciona como una línea contingente de liquidez a corto plazo. Desde el anuncio, el Tesoro estadounidense comenzó a vender divisas en el mercado local, fijando de hecho un nuevo ancla cambiaria: el peso mayorista cerró en $1.420 y el contado con liquidación en $1.456, lo que llevó la brecha a cero.

Además, Estados Unidos se comprometió a comprar bonos argentinos en dólares "cuando las condiciones lo justifiquen", según fuentes de Goldman Sachs, con el objetivo de bajar los rendimientos -que venían en niveles de 13% a 16% anual- y facilitar el financiamiento del Tesoro.

Con el swap y los US$ 13.000 millones del FMI ya desembolsados, el poder de fuego del Banco Central supera los US$ 33.000 millones, según cálculos de Fernando Marull. "Con este refuerzo, el Central puede defender el dólar hasta las elecciones e incluso cubrir vencimientos de bonos", señaló el economista. "El tipo de cambio quedará anclado hasta el 26 de octubre; luego todo dependerá del resultado político."

El impacto en los mercados

El alivio fue inmediato. El riesgo país cayó a 902 puntos, su nivel más bajo en cuatro meses, y los bonos soberanos subieron hasta 12%. Las tasas de las Lecaps bajaron del 64% al 47,6% anual, mientras que el dólar financiero retrocedió con fuerza.

Para Econométrica, la magnitud del apoyo "marca un antes y un después": "Estados Unidos prácticamente se puso al frente del rescate argentino", afirma el informe. "Es una decisión geopolítica: el éxito del programa liberal de Milei puede convertirse en un faro regional tras dos décadas de populismo."

Un alivio transitorio

Los bancos internacionales, sin embargo, ven el auxilio como un parche temporal. Goldman Sachs advirtió que la cuenta corriente volvió a mostrar déficit por US$ 8.300 millones en el primer semestre y que las importaciones crecieron 43% interanual. "Una economía sin reservas, sin crédito y con déficit externo no genera dólares para pagar su deuda ni para acumular reservas", alertó Econométrica, al tiempo que recomendó un tipo de cambio más flexible y una depreciación real del 10%, que podría mejorar el saldo comercial en US$ 5.800 millones sin generar una ola inflacionaria.

El respaldo financiero llega en medio de una campaña polarizada. Según Bradesco BBI, La Libertad Avanza y el PRO concentran 39% de intención de voto, apenas por encima del 38% del bloque peronista Fuerza Patria. Ese virtual empate mantendría a Milei con poder de veto legislativo, pero lejos de la mayoría necesaria para aprobar reformas estructurales. "El Gobierno deberá negociar cada paso", advierte el banco brasileño. "Los gobernadores y los bloques federales serán árbitros de la gobernabilidad."

Entre la esperanza y la dependencia

Para los analistas, el respaldo de Washington es una señal de confianza, pero también una condición: el Tesoro estadounidense y el FMI exigirán mantener el equilibrio fiscal y la acumulación de reservas. "La estabilidad depende de que Milei sostenga el equilibrio fiscal y reconstruya la balanza externa", resumió un operador del mercado. "Si se desvía, el swap puede transformarse en una trampa de deuda."

Por ahora, los indicadores acompañan: la inflación se mantiene en 2,1% mensual, el consumo se estabiliza y la industria muestra signos de leve mejora. Sin embargo, la calma sigue atada a los plazos electorales.

Como apuntó Fernando Marull: "De las tres anclas -política, economía y calle-, el Gobierno esta semana ganó dos: gobernabilidad y mercado. Falta saber si alcanza para ganar las elecciones."

El 14 de octubre, Milei viajará a Washington para reunirse con Donald Trump y formalizar los detalles del acuerdo. De ese encuentro -y del resultado en las urnas- dependerá si el apoyo de Estados Unidos marca el comienzo de una estabilidad duradera o simplemente una tregua antes de la próxima tormenta.

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