Llegar a las elecciones con el dólar en estado salvaje y especulando con el lunes 14

Con el dólar instalado por encima de los $600 se abren muchas especulaciones en torno a lo que podría pasar el lunes, sobre todo por el miedo a una devaluación. El análisis de Rodolfo Cavagnaro.

Rodolfo Cavagnaro

Finalmente, llegamos al día de las PASO nacionales y la semana previa se comportó como se esperaba, producto de la incertidumbre electoral, algo que ocurre cada dos años. Pero también incidió la conciencia de la escasez de reservas del BCRA, que ya estaría en terreno negativo en unos us$10.000 millones. Y con ello la incertidumbre acerca de la decisión del FMI para darle los us$7500 millones que espera el Gobierno. Todos recuerdan el "cisne negro", aquel episodio que sufrió Fernando de la Rúa cuando el FMI, finalmente, no le arrimó los recursos prometidos y aceleró su salida del gobierno.

Después de muchos amagues, el dólar blue superó la barrera de los $600 y sin bien alternó diversos precios, con mucha volatilidad, nunca más bajó de ese nivel. Los $600 dejaron de ser un techo y pasaron a ser un piso. Mientras tanto, el dólar oficial siguió creciendo a un ritmo cercano al 10% mensual, con lo cual, en parte, se está cumpliendo con lo comprometido con el FMI, mientras siguen las especulaciones con el resultado electoral. El viernes cerró a $605.

Por otra parte, las medidas restrictivas a las importaciones, más el impuesto que se agregaría, generan más expectativas de una escapada inflacionaria. Por ahora, las consultoras están estimando un nivel de 7 a 7,5% para julio, mientras esperan un nivel de 8,5% a 9% para agosto, donde la presión del precio de la carne juega un rol fundamental. Las medidas que tomó el Gobierno, con impuestos a las importaciones y trabas de todo tipo han generado un encarecimiento que se traslada directamente a precios.

Mientras tanto, Sergio Massa sigue tratando de evitar una devaluación brusca poniendo trabas impositivas o regulatorias para los importadores, por una parte, y acelerando la devaluación del dólar oficial, aunque está cada vez más lejos de los dólares informales. Esta semana el INDEC mostró la caída de la industria y de la construcción, como señales del retroceso de la actividad económica, que también se verifica en ciertas caídas de consumo.

Los analistas señalan que la brecha entre el dólar blue ($605) y el dólar oficial (casi 300) alcanza al 110%, pero podría llegar al 130%. El oficial se va devaluando a un ritmo del 12%. Lo que vendrá dependerá de los resultados de las próximas elecciones. Si quien gana resulta confiable para los mercados, la corrida al blue puede tranquilizarse, pero si el ganador no genera confianza, los dólares informales seguirán creciendo a más velocidad. De todos modos, hay quienes consideran que una devaluación es inevitable, mientras Massa trata de disimular lo que todos sabemos: que el dólar no vale $300.

Por ahora se mantiene una gran expectativa con el resultado electoral y por eso mucha gente trata de dolarizarse, mientras grandes inversores como Fondos de Inversión, aprovecharon esta semana para salir del mercado de pesos para pasarse al de bonos ajustables por dólar. El lunes todos creen que Massa tomaría decisiones y por eso hay grandes expectativas por resultado electoral.

Lo que se espera para la semana próxima

El lunes 14, Massa deberá salir a negociar nuevamente con el FMI. Lógicamente, si tuvo un buen resultado electoral lo hará desde un punto más sólido, pero, si no le fue bien, partirá desde un eslabón más débil. El 14 vuelven de sus vacaciones los técnicos y funcionarios del FMI y los técnicos deberían elevar al Directorio las recomendaciones para se autorice un desembolso de us$7.500.

Massa deberá mostrar que ha cumplido con algunos pedidos del organismo, pero a su vez tratará de proponer alternativas. Concretamente, el Fondo pide una fuerte devaluación y Massa no está dispuesto a convalidar esa medida en pleno proceso electoral. Ya el ministro había implementado una extensión del impuesto país a del 7,5% a importaciones de bienes y del 25% a servicios. La alternativa que propondrá será aplicar un impuesto país del 30% generalizada a todos los bienes y servicios.

De esta manera Massa conseguiría un triple objetivo: por una parte, evitar una devaluación nominal del peso. Por otra parte, conseguir una nueva fuente de recaudación de impuestos, pero, sobre todo, frenar las importaciones, justo en un momento de alta carencia de dólares. De todas maneras, el ministro debería aplicar alguna medida que mejore el tipo de cambio a los exportadores porque es el único mecanismo que asegura un mayor ingreso por exportaciones porque mejoraría el tipo de cambio para las ventas al exterior.

Otro de los anuncios que se esperan es que el Gobierno acelere el tipo de cambio oficial, algo que ya comenzó a hacer en julio y aceleró en agosto. Hasta ahora viene a un ritmo del 12% mensual y podría seguir, para mostrar una devaluación superior a la tasa de inflación. De la misma forma se espera un aumento de las tasas de interés porque muchos exportadores demoran liquidaciones porque se financian en pesos y esperan una devaluación más rápida del tipo de cambio.

También han deslizado algunos funcionarios, el gobierno dejará de intervenir en el mercado de los dólares financieros, tanto el MEP, a través de bonos, y el CCL, a través de acciones. El Gobierno intervenía y gastaba casi 100 millones de dólares diarios para contener y terminaba siendo un subsidio para los inversores que se volcaban a los mismos. Mientras el dólar blue estaba en 604, el MEP cotizaba a $540. Es 12% de diferencia era un subsidio sin sentido.

Para el caso que Massa se incline por el nuevo impuesto a las importaciones, que tendría consecuencias inflacionarias, el ministro prevé otorgar un aumento de suma fija a los trabajadores de menores ingresos, tanto privados como públicos. Y esto es peligroso. Dar un aumento a los privados, donde las paritarias viene funcionando, es pura demagogia para quedar bien con la CGT, ya que él anuncia un aumento, pero lo tienen que pagar los privados.

Sobre este tema ya han puesto el grito en el cielo gobernadores e intendentes. Dado que el objetivo del ministro-candidato es dar un complemento para que todos lleguen a la canasta básica, en esas jurisdicciones sería imposible porque los salarios son muy bajos y llevarlos al nivel deseado implicaría asignar cifras millonarias que no tienen

De la misma forma, ya anunció un nuevo aumento trimestral a los jubilados con un bono para los que cobran hasta dos mínimas, pero se están juntando los reclamos de los que están por encima, cuyo atraso es cada vez mayor.

La buena expectativa para el año 2024 no viene de la mano de los gobiernos, aunque se espera que haya un tipo de cambio más realista. Por ahora, se espera un aumento de la producción de gas en V acá Muerta que, con el nuevo gasoducto, permitirá dejar de importar y poder comenzar a exportar. Por el lado de los granos, se anunció un aumento de la superficie implantada con soja, aunque esto va a generar una disminución de la siembre de maíz. El proceso dependerá del tipo de cambio y de la climatología.

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