La familia, negocio y poder en el delicado equilibrio de las empresas familiares

El programa "EntornoPyme" por Radio Post 92.1, con Gabriel Piconero y Anabel Angileri, abordo el tema de las empresas familiares. Una nota para leer y escuchar.

G. Piconero y A. Angileri

No todas las empresas laten con la misma intensidad.

Las empresas familiares, donde el amor y el negocio conviven, lo hacen con una fuerza particular.

A simple vista, pueden parecer organizaciones similares a cualquier otra. Pero en su interior conviven -y a veces colisionan- tres mundos distintos: la familia, la empresa y la propiedad. De esta compleja interacción habló Silvina Franceson, abogada y mediadora especializada en empresas familiares, durante su participación en el programa EntornoPyme en Radio Post FM (92.1 y radiopost.fm)

"Negocios, dinero y amor están mezclados todo el tiempo en la realidad de las familias empresarias, aunque no siempre se hable de eso", comenzó Franceson, marcando el tono de una entrevista profunda y reveladora. Como miembro del Instituto Argentino de la Empresa Familiar (IADEF), su trabajo se enfoca en algo tan delicado como fundamental: ayudar a las familias a tener conversaciones honestas y seguras sobre los conflictos que muchas veces se ocultan tras balances positivos y relaciones aparentemente armónicas.

El conflicto no es el enemigo

Franceson dejó en claro que el conflicto no es algo que se deba temer, sino comprender y abordar a tiempo. "El conflicto es inherente a las relaciones humanas. Siempre es una señal de alerta de que hay algo por cambiar en la relación. Hay que amigarse con él", afirmó.

A través de su experiencia, la especialista ha visto que muchas veces lo que parece un conflicto por dinero es, en realidad, la manifestación de tensiones más profundas: necesidades emocionales insatisfechas, roles familiares mal definidos o temas no resueltos del pasado. "El dinero es la expresión de todas esas necesidades. Nunca se trata solo del dinero; eso es apenas la punta del iceberg", explicó.

Tres sombreros, tres lógicas

Uno de los conceptos más ilustrativos que dejó la entrevista fue el de los "tres sombreros": el del familiar, el del socio y el del gestor. Cada uno de estos roles tiene sus propias reglas y formas de comunicación. "No es lo mismo hablar como madre que como presidenta de una empresa. Ni como hermano que como accionista", remarcó Franceson. Y es en la confusión de estos roles donde muchas veces se gestan los malentendidos que, si no se abordan, pueden erosionar tanto los vínculos como el proyecto empresarial.

Conversar también se aprende

Una de las claves para prevenir conflictos destructivos es algo tan simple como difícil: aprender a conversar. "La mayoría de las personas cree que conversar es algo que se hace de cualquier forma y en cualquier lugar. Pero no es así. Las empresas familiares necesitan espacios de conversación con reglas claras", sostuvo.

Desde IADEF, impulsan la profesionalización de las familias empresarias, no solo en lo económico, sino también en lo emocional y comunicacional.

Franceson insistió en la importancia de adelantarse al conflicto, establecer cláusulas de resolución en los acuerdos familiares y no dudar en pedir ayuda profesional cuando se perciben señales de desgaste en los vínculos.

Testimonio desde la cuarta generación

La familia, negocio y poder en el delicado equilibrio de las empresas familiares

La teoría cobra vida cuando se escucha la voz de alguien que ha atravesado, vivido y sostenido una empresa familiar por casi un siglo. Pilar García Santos, cuarta generación al frente de la librería García Santos, la más antigua de Mendoza, compartió con EntornoPyme (en el segmento "Emprendedores con Historia") su experiencia al respecto.

"Uno cree que heredar una empresa es simplemente continuar con una actividad. Pero no. Es heredar también historias no dichas, vínculos cargados de expectativas, silencios, y la presión de honrar una memoria. Aprendí que no se puede sostener un negocio familiar sin aprender a conversar con respeto, aunque duela, aunque incomode. A veces la empresa sigue en pie, pero la familia queda fracturada. Yo no quería eso", reflexiona Pilar.

La librería García Santos es un testimonio vivo de cómo el equilibrio entre los vínculos afectivos y las decisiones empresariales puede sostenerse en el tiempo. Pilar es consciente de que la clave ha sido la comunicación honesta y el respeto por los distintos roles. "No somos solo familia. También somos colegas, responsables, socios. Aprendí a ponerme distintos sombreros, como bien dice Silvina. Y eso nos salvó más de una vez", añade.

Una enseñanza para todos

La entrevista dejó una enseñanza esencial: detrás del éxito o fracaso de una empresa familiar no solo hay decisiones comerciales, sino también vínculos humanos. Aprender a cuidarlos puede ser la diferencia entre construir un legado o ver cómo se desarma con el tiempo.

Franceson lo resume con una frase potente: "Si no se atienden las señales, se puede perder la familia, la empresa o ambas". Pilar García Santos, desde su testimonio, reafirma esa verdad: "El amor no basta para sostener una empresa familiar. Hace falta también diálogo, reglas y límites claros. Pero cuando eso se logra, el legado es inmenso".

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