Los primeros sorbos: el vino en la Antigüedad

El vino como producto elaborado, pero también como intercambio comercial, ritual, recreo, placer, privilegio a lo largo del tiempo. La historiadora Luciana Sabina, esta vez saca una copa para brindar a través de la memoria.

Luciana Sabina

Aunque los griegos atribuyeron a Dionisio la enseñanza a los hombres sobre cómo hacer vino, hoy sabemos que la Antigua Mesopotamia fue su cuna, aunque sin conocer dónde se produjo el primer sorbo.

Los egipcios tomaron el conocimiento de dicha cultura y aportaron el método de prensado, como se evidencia en diversos murales conservados en tumbas que representan a hombres cosechando uvas o pisándolas. Es relevante mencionar que el comercio del vino, en el que los mendocinos han sido grandes protagonistas, tuvo su inicio en el mítico río Nilo.

Los griegos consideran al vino como un buen compañero de la filosofía. Durante los banquetes, tras la comida, llegaba el "simposio", un momento para beber y filosofar. Siempre lo mezclaban con agua, miel o leche, ya que aquellos vinos eran poco sabrosos y muy espesos. Incluso beberlo puro era considerado grosero y propio de los bárbaros.

Roca conquistó dos veces la Patagonia

En la Odisea de Homero, el vino desempeña un papel clave en varias ocasiones. Por ejemplo, Ulises lo utiliza para embriagar al cíclope Polifemo que cada noche engullía a dos hombres y escapar de su cueva.

"Le ofrecí a Polifemo el vino oscuro y le dije: 'Polifemo, tómalo ahora que has comido carne de hombres, para que conozcas qué clase de vino nos dio nuestra nave'... Luego, después de beberlo, se deleitó enormemente y me pidió otra vez por segunda vez: 'Dámelo otra vez, y rápidamente" (Canto IX).

En el "Simposio" de Platón, varios personajes debaten sobre la naturaleza del amor durante una cena, el vino se presenta como una parte importante del banquete y es objeto de discusión sobre su uso adecuado: "Y cuando terminaron de cenar y estaban cantando un himno a los dioses, como es costumbre, y bebiendo, Pausanias tomó la palabra: 'Señores, ¿cómo podríamos beber con moderación?'...".

Debemos a Roma la frase "In vino veritas" (en el vino está la verdad), pues utilizaban también esta bebida para debatir. Los aportes romanos a la vitivinicultura fueron numerosos, como la creación de los primeros "blends", mezclando vinos de distintas procedencias, y su habilidad para envejecerlos en buenas condiciones hasta 25 años.

Fueron los primeros en establecer lo hoy conocemos como "denominación de origen". Dado que Roma era el centro de Occidente, llegaron vinos de toda Europa y, como consecuencia, comenzaron a clasificarlos por necesidad según su lugar de origen.

Es importante mencionar que el vino se menciona frecuentemente en la Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Por ejemplo, en el Génesis (9:20-21):

"Noé, que era agricultor, plantó una viña e hizo vino. Un día bebió tanto vino que se emborrachó y se quedó desnudo, tendido en el piso de su carpa".

Ya en el Nuevo Testamento, uno de los milagros más conocidos de Jesús es la transformación de agua en vino durante las bodas de Caná (Juan 2:1-11).

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