A la espera de un acuerdo con el FMI sigue la incertidumbre

La incertidumbre por el financiamiento se suma a la conflictividad institucional. Escribe Rodolfo Cavagnaro.

Rodolfo Cavagnaro

La economía argentina estaba muy golpeada en diciembre de 2023. Una galopante inflación reinaba cuando Javier Milei se hizo cargo del gobierno. Tarifas atrasado, precios congelados, elevados niveles de subsidios y una maraña de regulaciones para mantener a una burocracia parásita enquistada en el Estado. Todo esto lo afrontó el gobierno con éxito, bajó la inflación, se estabilizó la moneda, se eliminaron más de 3.500 regulaciones innecesarias, pero parece que no alcanza.

Hoy el mercado se llena de incertidumbre por las negociaciones con el FMI y, después del escándalo de las criptomonedas, la sensibilidad es mucho mayor. Nadie piensa en el largo plazo, todos piensan en el corto plazo y eso incluye esta negociación y las inquietudes acerca del resultado electoral de octubre próximo. La desconfianza con la Argentina es tanta, que vuelven a aparecer estas excusas, como ocurrió en el gobierno de Macri.

Por ahora, no hay noticias acerca de la marcha de las negociaciones, salvo algunas palabras cordiales que se dijeron en público Milei y Georgieva. Por ahora, solo se sabe que hay un cuestionamiento hacia el manejo de la política cambiaria, el FMI quiere que salgan del cepo y no quiere que los fondos que pueda entregar vayan a financiar fuga de capitales, como ocurrió cuando Caputo fue ministro de Macri. Todo el nerviosismo se palpa en el crecimiento del riesgo país, que volvió a subir hasta 780 puntos básicos y el dólar blue que sube poco porque el BCRA hace ventas muy fuertes, como la del viernes pasado.

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Por ahora, el ministro parece haber tomado algunas medidas temiendo que la demora pueda generar mayor desconfianza. Por lo pronto, mantuvo la tasa de las letras en 36% para atraer a los capitales o hacer que los que están se queden en pesos. La tasa es superior a la de inflación, incluso a la de expectativa de inflación del REM, que del 28% y muy superior a la tasa de crawling peg, que es del 1%. Así, consiguió renovar con éxito los vencimientos y captar ahorros adicionales.

Por el lado de las divisas, se mantiene un sesgo que ya hemos explicado, pero viene bien hacerlo de nuevo. El gobierno compra dólares y emite pesos y luego tiene que intervenir en el CCL para sacar esos pesos y eso hace que el precio de esos dólares financieros se mantenga estables. Pero, por otra parte, las reservas caen a pesar de las compras porque el BCRA tiene que pagar obligaciones, importaciones y deudas financieras. Si el mercado fuera libre, la autoridad monetaria no tendría que pagar estas cosas y todos los que quieran dólares deberían ir al mercado.

La economía avanza lentamente

Mientras tanto aparecen datos que muestran que hay una recuperación real de la economía, aunque no todos los sectores han tenido a misma evolución. Según los datos del EMAE del INDEC, la economía creció en diciembre 5,5% respecto a diciembre de 2023 y 0,5% respecto de noviembre. Comparados con diciembre de 2023, las actividades como Intermediación financiera, industria manufacturera y comercio mayorista, minorista y reparaciones fueron las que mejor desempeño tuvieron, mientras pesca y construcción fueron los de menor desempeño.

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También aparecen algunas mediciones como las de ventas en supermercados y mayoristas, registrando caídas sobre diciembre de 2023. En este caso vale señalar que es muy difícil comprar ambos meses ya que se registraban situaciones diametralmente opuestas. En el año anterior vivíamos en plena inflación, la gente acumulaba compras para salvar el valor de sus ingresos.

En paralelo, el dólar estaba atrasado y venían chilenos, brasileros, paraguayos y bolivianos a comprar en nuestros súper y mayoristas productos alimenticios. Hoy ese panorama se invirtió y millones de argentinos han viajado a los países limítrofes a comprar, sobre todo artículos textiles, indumentaria, calzado y electrónica. Por esta razón es posible que las ventas en 2024 hayan disminuido porque, al haber bajado la inflación, nadie hace acopio de mercaderías.

Mientras tanto, siguen apareciendo novedades tendientes a darle más fluidez al mundo de los negocios. El viernes comenzaron a regir las posibilidades de comprar y vender en dólares usando dinero depositado en cajas de ahorro y cuentas corrientes y que esos pagos se hagan con tarjetas de débito.

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Es un avance hacia una economía bimonetaria que no va a funcionar muy rápido. En principio es porque los argentinos al dólar lo usar para ahorro y al peso como moneda transaccional. En algunas operaciones, como ventas de inmuebles o automotores se usan dólares, pero la mayoría con billetes guardados bajo el colchón y no bancarizados. Solo los que se presentaron en el blanqueo podrían usar esos dólares y los que los tenían declarados.

Por otra parte, avanzan posibilidades tecnológicas, como las de pagar pasajes de colectivos con tarjetas de crédito y hasta con monederos virtuales. De la misma forma, se ha eliminado regulaciones que representaban trabas para poder importar y exportar, que terminaban generando el pago de aranceles e inspecciones innecesarias, que terminaban siendo negocios secundarios de los funcionarios.

Por ahora, hay que esperar la evolución de los acontecimientos. El viernes se difundió un mensaje de la subdirectora gerente del FMI, asegurando que están trabajando para aportar los apoyos que la Argentina necesita para consolidar sus procesos de recuperación. Hasta que se concrete, solo son palabras. De hecho, los mercados solo lo tomaron así, como palabras. Hay que esperar los hechos concretos.



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