Inversión extranjera en América Latina: crece por reinversiones, pero pierde dinamismo en sectores clave

La CEPAL advierte que la llegada de nuevos proyectos sigue baja y concentrada en hidrocarburos, mientras la región necesita políticas más sólidas para potenciar el impacto productivo de los capitales foráneos.

La inversión extranjera directa (IED) en Latinoamérica y el Caribe totalizó el año pasado U$D 188.962 millones de dólares durante el 2024, lo que significó un aumento del 7,1% con respecto al año2023, siendo de lejos Estados Unidos su principal socio, según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, el CEPAL.

Los países que más recibieron entradas de inversión extranjera directa, el año pasado fueron Brasil que abarcó el 38% del total, México 24% seguido por Colombia, Chile y Argentina.

El detalle

Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) señaló que la región aún enfrenta el desafío de fortalecer sus políticas para captar más inversión extranjera directa (IED) y vincularla de forma eficaz con el desarrollo productivo local. Según el organismo, esto permitiría no solo aumentar el volumen de capital que ingresa, sino también mejorar su impacto en las economías receptoras.

En 2024, países como Brasil y México mostraron incrementos importantes en la llegada de inversiones, con subas del 13,8% y 49,9% respectivamente. Sin embargo, otras economías como Colombia, Argentina y Chile registraron una caída en comparación con 2023.

De acuerdo con José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la CEPAL, la IED debería utilizarse como herramienta estratégica para avanzar hacia un desarrollo más productivo, inclusivo y sostenible. Para eso, explicó, es clave definir instrumentos que incentiven la llegada de capital, maximicen sus beneficios y mejoren la coordinación entre las instituciones responsables de atraer inversiones.

El informe detalla que la entrada de inversión extranjera directa tuvo un desempeño desigual: creció en México, Centroamérica y el Caribe, pero Sudamérica mostró resultados mixtos. El aumento registrado este año respondió principalmente a la reinversión de utilidades por parte de compañías ya instaladas, mientras que la llegada de nuevas firmas sigue siendo baja, reflejando escaso interés por instalar operaciones desde cero en la región.

Aunque los anuncios de nuevos proyectos se incrementaron, este repunte se concentró en el sector de hidrocarburos. Por el contrario, las energías renovables y los sectores tecnológicos perdieron peso, y la inversión por aportes de capital alcanzó su segundo valor más bajo desde 2010.

En cuanto a la distribución sectorial, la IED en manufacturas creció hasta representar el 43,6% del total regional, mientras que los servicios bajaron su participación a 40,4%, dejando a ambos rubros con un peso similar. Los recursos naturales tuvieron la menor cuota, con apenas el 16% de la inversión.

Por origen, Estados Unidos se mantuvo como el principal inversor en América Latina y el Caribe, aportando el 38% del total. En cambio, la Unión Europea -sin incluir a Países Bajos y Luxemburgo- redujo su participación al 15%, el nivel más bajo desde 2012. China, por su parte, solo figura con un 2% de participación, aunque la CEPAL advierte que parte de sus desembolsos no quedan reflejados en las estadísticas tradicionales, ya que suelen canalizarse a través de terceros países, compras de activos existentes o contratos que no se computan como IED.

Inversión extranjera en América Latina: crece por reinversiones, pero pierde dinamismo en sectores clave

Ante este escenario, la CEPAL recomienda reforzar las capacidades institucionales para gestionar la IED de manera más eficiente. Entre las medidas sugeridas figuran definir sectores estratégicos, alinear la atracción de inversiones con políticas productivas, formar capital humano especializado, acompañar a los inversores una vez radicados y compartir buenas prácticas. Además, subraya la necesidad de contar con recursos adecuados, sistemas de información robustos, mecanismos de gobernanza de alto nivel y estrategias para diversificar los orígenes de la inversión y anticipar tendencias.  



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