La UCA ya no critica al Gobierno por la pobreza, sino que analiza sus políticas

El Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) se vinculó con el Ministerio de Desarrollo Social para analizar, difundir y potenciar los resultados de sus planes. Aquí, el informe completo sobre la tarjeta Alimentar.

Las sospechas en torno a que la Universidad Católica Argentina por intermedio de su Observatorio de la Deuda Social funcionó como un think tank opositor al gobierno de Mauricio Macri se incrementan cuando se silenció con la asunción de Alberto Fernández, aun ante cifras escandalosas de pobreza.

Pero esta semana sumó un elemento más: su giro desde la crítica dura hacia el Gobierno por la situación de pobreza se transformó en análisis de las políticas implementadas para la contención de los sectores más desfavorecidos durante la actual gestión. 

Lo hizo al presentar el informe especial: "La Tarjeta Alimentar a un año de su implementación. Una caracterización sociodemográfica, socioalimentaria y socioeconómica de los hogares destinatarios". 

El estudio se realizó en el marco del convenio de colaboración entre el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y la Universidad Católica Argentina, una relación radicalmente diferente a la sostenida con el gobierno anterior, al que criticaron constante y duramente.

Presenta información descriptiva de los hogares y la población destinataria de la Tarjeta Alimentar, una transferencia dirigida a hogares con niños/as de 0 a 6 años que reciben la Asignación Universal por Hijo (AUH), personas con discapacidad sin límite de edad que reciben la AUH y las embarazadas a partir de tres meses que cobren la Asignación Universal por Embarazo (AUE), y está orientada a la compra de alimentos y bebidas no alcohólicas.

La Tarjeta Alimentar es una política de complemento alimentario que se suma a otras políticas de protección y asistencia social. De acuerdo con información administrativa, se registra alrededor de 1,5 millones de titulares, lo que alcanza a unos 3 millones de niños/as y adolescentes. Otorga mensualmente $4.000 a familias con un solo niño/a de hasta 6 años o $6.000 a familias con más de un niño/a. Este documento presentó información descriptiva de los hogares y la población destinataria de Alimentar. 

Para ello, se utilizaron los microdatos de la Encuesta de la Deuda Social Argentina, un relevamiento que realiza anualmente el Observatorio de la Deuda Social Argentina sobre hogares y población que reside en aglomerados urbanos de más de 80 mil habitantes en todo el país. Se identificaron 506 hogares receptores de Alimentar, en los que residen 2.543 personas y 1.165 niños/as de entre 0 y 17 años. Asimismo, se procuró realizar comparaciones con grupos sustantivos: hogares no destinatarios vulnerables y hogares bajo otros sistemas de protección. 

Algunos datos del trabajo indican que:

- En materia sociodemográfica, los hogares que reciben Alimentar tienen un clima educativo más bajo, mayor vulnerabilidad habitacional, mayor tasa de dependencia económica y una mayor probabilidad de tener una configuración extensa que el conjunto de los hogares con niños/as. No hay diferencias en cuanto al tipo de familia (monoparental o biparental) ni con respecto al sexo del jefe/a de hogar. Casi la totalidad de las titulares de la Tarjeta Alimentar son mujeres. 

- En más de la mitad de los hogares, la titular no completó la educación secundaria y tiene menos de 30 años, y tres o más niños/as en el hogar. • A pesar de recibir transferencias por Alimentar y por AUH, 70,8% de los hogares destinatarios son pobres por ingresos y casi 9,1% son indigentes. Sin embargo, en particular, en materia de indigencia, los hogares con Alimentar se encuentran sustantivamente más protegidos que los hogares vulnerables no destinatarios (entre los cuales la indigencia es 31,3%). Esto sugiere que este tipo de transferencias concentran su efecto distributivo en la situación de pobreza más extrema posibilitando el acceso a una canasta básica alimentaria.

- Más de 6 de cada 10 hogares con Alimentar reciben asistencia alimentaria de algún tipo, más allá de la transferencia. El tipo de asistencia más usual es la recepción de una caja o bolsón de alimentos por parte de instituciones estatales u organizaciones sociales, parroquiales o no gubernamentales, y la recepción de alimentos o viandas en comedores. Este tipo de ayudas alimentarias directas alcanzan a 4 de cada 10 hogares vulnerables no destinatarios de la AUH y Alimentar. 

- Se encontraron indicios descriptivos de un papel positivo de Alimentar sobre la inseguridad alimentaria severa: mientras 10,3% de los hogares receptores han padecido episodios de inseguridad severa, esta cifra alcanzó a 31,3% de los hogares vulnerables no destinatarios. Otros análisis multivariados más detallados deberán permitir examinar en qué medida este efecto puede atribuirse específicamente a un impacto del programa. 

- Se evidenció que la amplia mayoría de los hogares con Alimentar -al igual que el conjunto de los hogares con niños/as- disponen de los elementos básicos de infraestructura para el consumo de alimentos, como sillas, mesas, cubiertos y platos. En cambio, los hogares destinatarios presentan mayor vulnerabilidad en cuanto a la infraestructura para la preparación y mantención de alimentos, como la disponibilidad de una heladera con freezer, un artefacto de cocina con horno o conexión a la red de gas natural. 

- Se encontró que en casi la mitad de los hogares que reciben Alimentar se expresa un tipo de hábito de compras que darían cuenta de la posibilidad de planificación del consumo familiar (compras semanales, quincenales o mensuales). Esta proporción es mayor que en los hogares vulnerables no destinatarios. 

- Asimismo, el 65% de los hogares destinatarios de Alimentar declara que siempre o muchas veces realiza compras en pequeños comercios barriales, el 53,5% lo hace en pequeños supermercados barriales y el 32,6% elige supermercados de alguna cadena.

- En materia de consumos, entre 8 y 9 de cada 10 hogares con Alimentar declara haber comprado lácteos, carnes, frutas, verduras, legumbres o cereales y huevos en su última compra de alimentos. Estos porcentajes son mayores que los observados entre los hogares vulnerables no destinatarios. También se advirtió que los hogares con Alimentar tienen una mayor probabilidad de haber adquirido productos no alimentarios, como productos para la limpieza del hogar y el aseo personal, que los hogares vulnerables no destinatarios. 

- Considerando exclusivamente a los hogares con Alimentar que disponen de la tarjeta física (el "plástico"), se observó que en más de 5 de cada 10 se reportó algún problema con el uso de la Tarjeta. Los problemas más comúnmente manifestados fueron que algunos productos no se pueden comprar con la Tarjeta y que algunos comercios no la aceptan. Los destinatarios que residen en ciudades del Interior del país declararon problemas con el uso de la Tarjeta con mayor frecuencia que los del Área Gran Buenos Aires, y quienes viven en villas o asentamientos han reportado más problemas que quienes residen en barrios con trazado urbano. 

• Los niños/as en hogares receptores de Alimentar tienen menor propensión al déficit en la calidad del desayuno, una mayor probabilidad de tener consumo adecuado o aceptable de frutas, lácteos, pastas y carnes y un menor déficit en el consumo de alimentos que son fuentes de nutrientes esenciales que los niños/as que residen en hogares no destinatarios vulnerables. En todos los casos, sin embargo, tienen más déficit que el conjunto de los niños/as por lo que sigue siendo un desafío la formación y concientización en torno a la importancia de alcanzar una alimentación equilibrada en la infancia con mayor presencia de frutas y verduras frescas, entre otros. 

Leé el informe completo haciendo clic aquí.

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