Minería en Mendoza: la incógnita sobre quién aportará "algo más" en el "mientras tanto"
¿Quién más hará algo alrededor de los proyectos mineros desde el sector privado? ¿O solo esperan colgarse de las iniciativas ajenas y sacarles provecho? El Estado hasta ahora sigue siendo el que inicia todo, inclusive le abre caminos a la actividad privada.
Ayer, el analista económico Rodolfo Cavagnaro dio en la tecla al romper con tanta dulzura en materia de esperanza minera, al plantear que "el tránsito hacia la puesta en marcha definitiva no será pacífico y rápido y, aunque lo fuera, lo técnicos más conservadores calculan que la mina podría estar en funcionamiento hacia 2029 o 2030".
En ese contexto, y mientras las ideas derrotadas en las últimas elecciones buscan fuerza ahora en lo que llaman "la calle", despreciando a las urnas, Cavagnaro -que no se opone a la minería, sino que alerta que falta "algo más" en el "mientras tanto", y no solo de parte del Estado, sino desde el empresariado, advirtió que "hoy en Mendoza se vive de una suerte de euforia porque el gobierno de Cornejo se está gastando los recursos del Fondo de Resarcimiento, pero eso se va a acabar y nadie piensa en el día después" y señaló que "no todo puede ser obra ni gasto públicos pero nuestros empresarios están anestesiados con los fondos del Estado y cada día tienen menos interés de emprender".
Al gobierno no le gusta que lo corran por su propio lado: quieren liderar ellos y que nadie se supere su techo. A los antimineros, tampoco.
Minería para el futuro, pero, mientras tanto, ¿qué hacemos?
Pero son cosas que hay que decir y por eso consultamos a quienes ya han tenido experiencia en el "mientras tanto", como es el caso del sanjuanino Mario Capello, que integra el Grupo Sarmiento y que fuera subsecretario de Minería de la Nación.
- Mendoza ha construido con muchos años de demora lo que se considera como "licencia social" para el desarrollo minero. ¿Hay riesgos de que se quiebre el apoyo actual por algún mal paso antes de que el negocio empiece a ejecutarse?
- Espero que no, creo que fue muy doloroso en términos económicos y sociales para Mendoza haberle dado la espalda al mundo en lugar de aprovechar la enorme riqueza mineral de la provincia.
- ¿Qué antecedentes se conocen de activación del entorno de los proyectos mineros antes de que empiecen a producir, que le sirvan a la sociedad para confiar y evitar la frustración por los tiempos lógicos de los proyectos?
- No hay magia, es pretender recibir beneficios antes de sembrar. Que miren Chile del otro lado y San Juan al norte para comprobar los desarrollos que pueden alcanzar. Son las inversiones las que disparan la llegada de empleos con los mejores salarios del país, cientos de nuevas pymes y el verdadero crecimiento regional a través del poder de compras y una demanda que revolucionará el comercio, el turismo y generará requerimientos de todo tipo.
Roberto Zenobi, exdirector de Minería: "Mendoza fue, es y debe seguir siendo minera"
- ¿Al resto de la actividad económica que está esperando ser convocada por los proyectos mineros qué rol les toca en el "mientras tanto"?
- Se pueden y deben empezar todo tipo de capacitaciones donde las universidades pueden cumplir un rol muy importante, los empresarios mejorando tecnologías y yendo a la concreción de asociaciones estratégicas. Hay que prepararse para los próximos 50 años y no quedarse esperando una próxima elección.
El próximo martes, el Senado provincial tratará la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) del proyecto San Jorge (PSJ Cobre Mendocino), un paso decisivo para que la iniciativa pueda avanzar hacia su fase de factibilidad final y, eventualmente, a su construcción.
En ese contexto, el reconocido geólogo Eddy Lavandaio -autor de libros y artículos sobre minería- analizó el escenario que se abre para la provincia, las expectativas sociales y económicas, y los riesgos políticos y sociales que acompañan el proceso.
Qué viene después de la DIA
Según explicó Lavandaio, si el Senado aprueba la Declaración de Impacto Ambiental, el proyecto ingresará en una etapa técnica clave: el estudio de factibilidad final, donde se ajustan con máximo detalle todos los datos económicos, geológicos y operativos.
En paralelo, se avanzará con:
- Gestiones de financiación del proyecto.
- Evaluación de un posible ingreso al Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI).
- Ajustes técnicos para el diseño definitivo de la planta de procesamiento.
"Esto no significa que la mina esté totalmente inactiva", aclaró Lavandaio. Durante esa etapa pueden realizarse trabajos exploratorios complementarios, y en algunos casos incluso nuevas perforaciones, para afinar datos clave del diseño operativo. También podría haber algún movimiento de infraestructura básica.
Todo este proceso demandaría aproximadamente un año, antes del gran salto que implica la construcción integral del proyecto.
Uno de los principales interrogantes es si puede producirse algún error que ponga en riesgo la llamada "licencia social" construida en los últimos años. En ese punto, la mirada del especialista es clara: "No hay posibilidades de que la empresa pueda cometer algún error en esta etapa que tenga consecuencias en el entorno", sostuvo.
La razón es sencilla: todavía no hay actividad extractiva ni procesos de producción que generen impactos ambientales directos. El trabajo que se desarrolla antes de la construcción está estrictamente vinculado a la ingeniería de detalle y a la planificación.
Eso no elimina el conflicto social. Lavandaio fue enfático al señalar que la antiminería sigue activa y continuará manifestándose: "No está muerta, seguramente seguirán en su lucha".
El giro político que sostuvo a la minería
Uno de los cambios centrales que explica el nuevo escenario, según Lavandaio, no se dio en la sociedad sino en la dirigencia política mendocina.
"El gran cambio ocurrió en los políticos, que después de ver cómo San Juan y Neuquén progresan y Mendoza se estancó, empezaron a mover cielo y tierra para darle lugar a la minería, con muchas desprolijidades, pero con decisión", describió.
Y agregó una definición de fuerte peso político: "Ahora, como ya están jugados, se van a mantener en esa dirección". En ese marco, considera que los sectores opositores al desarrollo minero quedarán sostenidos en una posición minoritaria dentro del sistema político provincial.
Expectativas para proveedores y capacitación
Mientras el proyecto transita su etapa de factibilidad, también pueden comenzar a generarse impactos indirectos en la economía local. Lavandaio explicó que, a medida que avance la ingeniería y el esquema financiero, se abrirán:
- Consultas y tratativas con empresas proveedoras.
- Posibilidades de contratos preliminares.
- Procesos de capacitación de futuros operarios.
Estas instancias, aunque todavía no implican empleo masivo, suelen generar expectativas positivas en distintos sectores productivos y de servicios.
En su evaluación final, el geólogo no ve obstáculos estructurales para San Jorge en el corto plazo: "Personalmente no le veo otros problemas a este proyecto".
La clave estará ahora en la definición del Senado y en la capacidad del Gobierno provincial de ordenar políticamente una transición que todavía se juega más en el terreno de la confianza que en el de la producción concreta.
Fabián Gregorio, CEO del PSJ: "Tenemos una nueva oportunidad y se la queremos dar a Mendoza"
Por ahora, la minería en Mendoza sigue siendo una promesa en construcción, con un primer gran hito a punto de definirse en el recinto legislativo.
¿Qué falta? Que los empresarios que esperan "sacarle el jugo" a los que están detrás de los proyectos mineros avancen con riesgo propio en "algo más" en el "mientras tanto", para que la frustración de la espera no genere un efecto inverso a la expectativa favorable que mayoritariamente hay,