Musk y Bezos lanzan una nueva carrera: trasladar los centros de datos de IA... al espacio

La histórica rivalidad entre los multimillonarios tecnológicos cruza un umbral inédito: construir centros de datos de inteligencia artificial en órbita terrestre. Según Investig y distintos informes de prensa, SpaceX y Blue Origin compiten por dominar la infraestructura espacial que podría redefinir el futuro del cómputo global.

La competencia entre Elon Musk y Jeff Bezos, ya legendaria en sectores como los lanzamientos espaciales y la exploración interplanetaria, se expande ahora a un terreno inesperado: los centros de datos de inteligencia artificial en el espacio. Según fuentes citadas por Investig, ambos magnates han puesto sus compañías a trabajar en tecnologías que, de concretarse, modificarían profundamente la forma en que se procesa y almacena la enorme cantidad de datos que demanda la IA moderna. 

Elon Musk, a través de SpaceX, planea adaptar su constelación de satélites Starlink para alojar cargas de computación avanzadas que puedan procesar datos directamente desde la órbita baja terrestre. La idea, según declaraciones y reportes recientes, es aprovechar la infraestructura satelital existente para crear una nube de IA orbital capaz de aliviar la creciente presión energética y logística que enfrentan los centros de datos terrestres. 

Por su parte, Blue Origin, la firma aeroespacial fundada por Jeff Bezos, lleva más de un año desarrollando tecnología específica para construir y operar centros de datos de IA fuera de la Tierra. El proyecto se apoya en la idea de que el espacio ofrece energía solar continua y evita muchas de las limitaciones físicas -como la necesidad de enormes cantidades de energía eléctrica y sistemas de refrigeración- que caracterizan a los centros de datos convencionales. 

La propuesta no es exclusiva de estos dos gigantes: la demanda global de potencia de cómputo para inteligencia artificial, estimada en varias decenas de miles de millones de dólares, está llevando a toda la industria tecnológica a explorar soluciones radicales más allá de los límites tradicionales. 

Sin embargo, trasladar infraestructura de cómputo al espacio no está exento de desafíos. Las condiciones extremas del vacío, la protección contra la radiación, el alto costo de los lanzamientos y la dificultad de mantenimiento en órbita plantean obstáculos técnicos y económicos considerables. Los propios impulsores de los proyectos reconocen que convertir esta visión en realidad tomará años, incluso décadas. 

Analistas del sector señalan que la competencia entre Musk y Bezos podría acelerar la innovación en este campo, atrayendo inversiones y proyectos complementarios de otras empresas tecnológicas y startups espaciales. La carrera por explotar nuevas fronteras del cómputo y la inteligencia artificial se suma así a la ya intensa pugna por el dominio del espacio cercano a la Tierra.

Fuentes: Investigación de Investig y múltiples reportes de prensa especializadas.

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