El precio del dólar vuelve al centro de la escena

Se acentúa el debate entre el gobierno y quienes apuntan a la necesidad de corregir el tipo de cambio. El análisis de Rodolfo Cavagnaro.

Rodolfo Cavagnaro

Vuelve el debate entre el gobierno y varias consultoras acerca del valor del dólar. Lo interesante es que los economistas dicen que el dólar está atrasado, pero no atinan a esbozar alguna medida que pueda corregir esa situación sin generar caos. El problema es que aún muchos analistas siguen pensando en el formato antiguo de la economía y se olvidan de algunas cosas. La principal, es que el dólar flota de manera libre en el mercado cambiario.

Es posible que se pueda hablar del atraso a la luz de los viajes de argentinos al exterior para hacer compras, por el aumento de las importaciones y eso es fácil de ver, además, hay que considerar la devaluación del dólar en el mundo, que hace que la divisa norteamericana se devalúe ante las monedas nacionales. Visto desde otro ángulo, las monedas nacionales se revalúan frente al dólar.

Esto significa que el poder adquisitivo del peso aumenta frente al del dólar y que para los argentinos los bienes en dólares son más baratos, generando una fantasiosa "sensación de riqueza". El problema es que en Estados Unidos el dólar sigue cayendo frente al resto de las monedas y hay presión del presidente Trump para que la Reserva Federal baje las tasas y hasta está dispuesto a nombrar anticipadamente un nuevo presidente del organismo, cuyo mandato vence en 2026, pero él lo quiere anticipar.

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Todas las expectativas apuntan a que el valor de la divisa se mantenga baja (está los niveles más bajos de los últimos 7 años) y es decisión del presidente Trump que siga así para mejorar la competitividad de su economía. Si bien ya le han dicho que esas formas de competitividad ya no causan efecto, él insiste en esa y otras medidas proteccionistas con la idea de mejorar su nivel de actividad y bajar sus importaciones. Dólar bajo y monedas nacionales más caras. A su vez, y esto es peligroso, puede venir un ciclo de precios de materias primas más caras, que nos afectarán en los niveles de inflación.

Lo cierto es que el debate se ha trasladado a los mercados. Los operadores preguntan por qué el gobierno no compra dólares para fortalecer las reservas del Banco Central. Desde el gobierno dicen que no compran porque el mercado es fluido y no hace falta intervenir. Además, están fortaleciendo reservas con deudas que se emiten en pesos, pero se ingresan en dólares. El Tesoro tiene una gran cantidad de pesos sobrantes que provienen de los superávits acumulados y con eso ya hizo una compra de us$200 millones para acumular divisas para el pago de obligaciones que vencen en julio.

Realmente, el gobierno seguirá haciendo malabares para sostener el tipo de cambio. No ha logrado bajar el dólar hasta el piso de la banda, que era la meta inicial, pero no permitirá que se dispare. Por esa razón intervino en los mercados de futuros y esa es una crítica que se le hizo. ¿Por qué intervenir en el mercado de futuros y no comprar dólares dentro de la banda? Desde el gobierno argumentan que, si compran ahora fijarán un nuevo piso para el mercado, quedándose con menos margen de maniobra.

El nivel de actividad y los precios

Los últimos indicadores del INDEC mostraron una economía que, de a poco, se va moviendo. Hubo mejoras en los de actividad industrial, en los de actividad económica, que, en todos los casos, muestran leves crecimientos promedio. Vistos algunos sectores en particular, aparecen un crecimiento vigoroso en la venta de automóviles nuevos y usados, en las ventas de inmuebles, por la cantidad de escrituras, la venta de electrodomésticos.

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En estos casos no hay registros de que se hayan hecho con dólares guardados que ahora se pueden visibilizar, pero sería posible en el caso de inmuebles y autos. En los demás casos se nota la presencia de créditos bancarios, que para el caso de autos e inmuebles también existen, pero son muy restrictivos para la mayoría.

Lo cierto es que hay una percepción de dos economías muy definidas. Por un lado, hay gente desempleada, y los niveles de pobreza e indigencia han disminuido gracias a que Milei subió la AUH un 700% desde que asumió, pero también se mantiene diferencias de ingresos muy grandes. Por otra parte, sabemos que 1 millón de argentinos compraron en mayo us$2.210 millones y que más de 7 millones de argentinos viajaron al exterior o compraron bienes en el exterior. La balanza de servicios fue deficitaria en us$5.000 millones. Pero hablamos de más del 17% de los argentinos y no de una franja pequeña.

Estas son las diferencias que se aprecian y que muestran dos países distintos. La gran pregunta es ¿a quién beneficiaría una devaluación del peso y a quien los perjudicaría? Porque está claro que una devaluación golpearía muy fuerte a los pobres y que para ese sector hacen falta medidas que tiendan a favorecer la creación de empleos, pero eso depende de leyes del Congreso, a las cuales se oponen legisladores peronistas y los gobernadores que ahora quieren extorsionar al gobierno nacional.

Así las cosas, el mes de junio está terminando con estimaciones de precios que seguirían debajo del 2%. Hubo un anuncio de aumentos de combustibles, que podría producirse el 1 de julio, pero que no se justificaría porque el precio del crudo había subido, pero luego bajo cuando el conflicto entre Israel a Irán terminó con el cese del fuego.

El resto de las variables no ha presentado muchas variantes, salvo el precio de la carne que, estacionalmente, sube en invierno cuando los productores retienen animales para engorde o invernada. Los precios mayoristas ya anunciaron una baja del 4% en productos importados, por lo que no habría que extrañarse de encontrar un indicador similar al de mayo.



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