La turbulencia financiera se mantendrá hasta las elecciones
Las cercanías de actos electorales en septiembre y octubre generan preocupación, como siempre, y tomas de posiciones de cobertura. Escribe Rodolfo Cavagnaro.
Está claro que las elecciones de octubre próximo serán una prueba para este gobierno, mostrando si ganará posibilidades de mejorar la gobernabilidad. El problema es que este gobierno y, particularmente, este presidente, no es amigo de las negociaciones y disfruta con las confrontaciones, a pesar de tener una presencia minoritaria en el Congreso.
En el inicio de la gestión tuvo aciertos con acuerdos con partidos afines, pero, a medida que se acercaba el acto electoral, se generaron fisuras dentro de esos grupos y esto se vio en varios proyectos que el presidente tuvo que vetar, donde antiguos aliados se transformaron en opositores por la cerrada negativa de Milei, que no quiere negociar.
De todos modos, y aunque la fecha de octubre es significativa, porque en ella se dirimen los candidatos a diputados y senadores nacionales, es muy importante lo que ocurra en las elecciones de la provincia de Buenos Aires, en el mes de septiembre. Es que este distrito es el más importante y reúne a más del 40% del electorado.
Los precios de julio mostraron una leve variación en alza
En términos de expectativas, el resultado de septiembre será muy importante para anticipar lo que pueda ocurrir en octubre y, aunque no sea definitorio, servirá para que los inversores comiencen a tomar posiciones ante el futuro. No obstante, los movimientos serán más rápidos si el resultado no es bueno para el gobierno y, si son buenos, mantendrán prudencia hasta conocer el resultado nacional.
Finanzas maniatadas
La cantidad de dinero emitida por el gobierno anterior quedó reflejada cuando el gobierno quiso rescatar las LEFIs, unas letras de liquidez, que dejaron 12 billones de pesos sueltos en un mercado donde sobra plata y faltan ideas. La primera reacción de los bancos fue bajar la tasa de interés muy fuerte y dirigir las inversiones hacia el dólar, que estaba barato.
Este movimiento generó un movimiento muy fuerte hacia las posiciones en moneda extranjera y provocó una importante suba de la divisa, que solo en julio creció un 13%. Esto hizo que el gobierno reacción para tomando medidas restrictivas y provocó una baja del precio del dólar, lenta, pero sostenida.
El dólar bajó, pero la política sigue alterando la economía
Esta semana había un importante vencimiento de bonos en pesos por más de 15 billones de pesos, pero el gobierno solo pudo renovar un 60%y ante ello dispuso una serie de medidas entre las que se cuenta un aumento retroactivo de los encajes, lo que generó molestias en las entidades, que tuvieron que salir a buscar liquidez para cubrir sus posiciones.
Con este panorama, la tasa de interés subió a niveles inusitados, cercanos al 6% mensual, que es inapropiado si se tiene en cuenta los niveles de inflación. Ahora el Banco Central introdujo una especie de ventanilla a la cual pueden recurrir las entidades para colocar excedentes de liquidez. Las tasas han seguido creciendo a niveles muy locos. Algunas empresas, con urgencias, tuvieron que convalidar tasas del 100% en préstamos a 1 o 2 días.
En este momento, y habida cuenta que el desajuste monetario fue causado por un mal movimiento de las autoridades, hoy el gobierno no puede dar marcha atrás y persigue un solo objetivo: secar la plaza de dinero, aunque sea aumentando las tasas de interés, pero tratando de congelar el precio del dólar, hasta las elecciones. Lo que nadie sabe es que pasará después del acto electoral, aunque ello dependa del resultado. Otra de las decisiones de Caputo fue paralizar las compras de dólares para evitar inyectar pesos en el mercado.
La realidad es que el mercado está muy seco de plata. Las nuevas normas de encajes exigen una posición diaria, cuando antes era mensual. Esto pone más nerviosos a los bancos porque les complica cada cierre diario y eso hace subir las tasas. El problema es que el pánico lo ha generado el gobierno y no podrá dar marcha atrás hasta después de las elecciones.
Cómo cambió la estructura de los gastos familiares en Argentina
El panorama posterior luce aparentemente tranquilo, Las proyecciones de las consultoras hablan de un valor que oscila entre $1.200 y $1402 en los precios del dólar hacia fin de año. Visto desde este punto de vista, en la posición más alta, la moneda norteamericana habría subido un 40% en el año, lo que es algo menor a la proyección de inflación, del 43%. De todos modos, como son proyecciones y pronósticos, todo está sujeto al azar.
Proyecciones de inflación
Uno de los problemas que el gobierno estaba siguiendo eras cómo la suba del dólar pasaba los precios. Y realmente, casi no hubo, salvo casos especiales, una traslación directa. Ya, el índice julio marcó un 1,9% de suba y las proyecciones de agosto no dan mucho más el 2%, porque hay tres herramientas que no permiten que los precios suban: el control de los salarios, la apertura de las importaciones y la falta de pesos en el mercado.
La experiencia del reciente acomodamiento del precio del dólar es una interesante muestra de que los precios no están ligados a los valores del dólar, sino que tiene que ver con el mercado, con los precios que la demanda está dispuesta a pagar. Lo que se espera es que, tanto en los valores del dólar como en la proyección de inflación los mercados se mantengan tranquilos.
Una pulseada especulativa que incomoda a los operadores del Gobierno
Lo más importante es que, así como en agosto bajó mucho la demanda de dólares particulares, porque se superó el "efecto aguinaldo", tampoco hubo una corrida hacia la compra de productos. En muchas familias se impuso la racionalidad y, dada la previsibilidad que genera la estabilidad, muchas familias están planificando compras de bienes durables o automóviles o viajes al exterior. Los préstamos hipotecarios se vieron frenados por la locura de las tasas, pero, seguramente, se reactivarán después de las elecciones.
Hay que reconocer que los argentinos no estamos acostumbrados a vivir en una situación de estabilidad y esas reglas son cambios culturales que a algunos les cuesta más tiempo de asumir. Por ahora, todo dependerá del resultado de las elecciones. Pienso que la de septiembre será muy importante e, incluso, puede influir en la de octubre. Por ahora, hay que esperar y seguir adelante.