El Himno Nacional: entre las tertulias y salones, el arma de las mujeres

El historiador Gustavo Capone se centró en esta nota en el Día del Himno, que es el 11 de mayo, y en la historia alrededor de su creación. Lo traspola a su Rivadavia mendocina con nombres y datos históricos que le dan un color local.

Dos historias

Dos historias de mujeres potentes. Dos dimensiones históricas y dos contextos distintos. Una de ellas, Mariquita Sánchez, ocupando un lugar protagónico en la escena nacional. Inmortal en el colectivo social argentino. Trascendente en tiempos políticos de la emancipación americana. Protagonista directa en la presentación del Himno Nacional Argentino.

La otra, Constanza Gloria Mancini de Vicuña Prado, cantante lírica en cuyo hogar rivadaviense se concentró el poder económico y político de un pueblo. Ambas en el medio de sus coyunturas disimiles lograron hacer visible el rol femenino a pesar de las largas sombras proyectadas por intelectuales, empresarios y políticos. Ambas construyeron poder. Rompieron el molde.

Mariquita

"Marginadas de la actividad pública, acosadas por el hastío, aparentemente sometidas a los hombres, las damas de la aristocracia y de la burguesía, desde el siglo XVII hasta principios del XX, solo podían satisfacer el deseo de marcar el espíritu de una época en sus tertulias. Aprovecharon ese resquicio. En las reuniones que organizaban, oficiaban de reinas e influían en las personalidades masculinas de cada período. También se valieron de los venenos, del erotismo y de los chismes". (María Saénz Quesada).

María Josepha Petrona de Todos los Santos Sánchez de Velasco y Trillo, más conocida como Mariquita Sánchez de Thompson ( 1786 - 1868). Aunque también tuvo un matrimonio con el francés Jean-Baptiste Washington de Mendeville. Es ampliamente recordada en la tradición histórica argentina porque la "Marcha Patriótica" (actual Himno Nacional Argentino) fue cantada por primera vez en su quinta de San Isidro, "Los tres ombúes", un 14 de mayo de 1813. Mientras que su casa particular de calle Unquera, más conocida como calle "del Empedrado" o "del Correo" (hoy Florida al 200), pasaría a ser su centro de operaciones sociales y políticas, tertulias mediante, poniendo en valor la inteligencia y el temperamento de una mujer que supo darse el lugar en una historia escrita los hombres.

Su abolengo y sus dos matrimonios le brindaron en la historia argentina un lugar preponderante. Pero demostró que su personalidad bastaba para colocarla en el nivel que ocupó. "Llenó muchas páginas de la historia y se convirtió en símbolo de la mujer argentina del pasado por la brillantez de su desempeño y la franqueza de sus actitudes".

Una prueba de su personalidad se expuso cuando rechazó el mandato familiar que le imponía casarse con el "distinguido" Diego del Arco (ya grandecito para Mariquita, un cincuentón de mucha plata y viudo). Imposible aceptar tal petición. Ella estaba enamorada de su primo Martín Thompson. Tenía 14 años. Y llegó hasta el mismo Virrey Sobremonte para solicitar la anulación de los tradicionales protocolos previos organizados por sus familiares para casarla con "el otro" y conseguir la autorización para esposarse con Thompson. Por esos tiempos regia la "Real Pragmática sobre Hijos de Familia", la cual establecía que los hijos de "blancos" menores de 28 años (para mujeres) solo podían casarse si contaban con el consentimiento de sus padres.

"Excelentísimo Señor: Ya llegado el caso de haber apurado todos los medios de dulzura que el amor y la moderación me han sugerido por espacio de tres largos años para que mi madre, cuando no su aprobación, cuanto menos su consentimiento me concediese para la realización de mis honestos como justos deseos". Le escribía a Sobremonte.

Triunfo el amor; el 29 de julio de 1805 se casaron Sánchez y Thompson. El matrimonio tuvo 5 hijos. La encerraron en un convento. A Martín lo enviaron a otro país. Fueron amenazados. "Pero el amor es más fuerte" (cantan en "Tango Feroz" unos mendocinos). Ese fue el primer acto revolucionario de Mariquita.

Vale también un apartado sobre la situación. Quien más presionaba para que Mariquita se casara con Diego del Arco era su madre. Doña Magdalena Trillo y Cárdenas, quien recientemente había enviudado de Celestino Sánchez (falleció en medio del conflicto). Don Celestino era su segundo marido. Había pasado un tiempo del desafortunado deceso y Doña Magdalena se comprometió en un tercer matrimonio. Es ahí donde la relación quedó cortada con Mariquita. Hay más. Doña Magdalena en primeras nupcias había enviudado de un riquísimo y poderoso comerciante de Buenos Aires: Manuel del Arco. ¿Quién era Diego entonces, aquel candidato para "la nena"? Su sobrino por el primer matrimonio.

Pero volviendo a Mariquita. Lamentablemente enviudará en 1819. Thompson había tenido una destacada actuación en las invasiones inglesas, una activa participación en los sucesos de mayo de 1810 y fue un pionero en la creación de la Prefectura, lo que le valió ser reconocido social y políticamente. Falleció mientras volvía de una fallida misión diplomática a los Estados Unidos. Cuenta la leyenda que en tiempos de noviazgo se vestía de aguatero para verla a Mariquita.

Superando en dolor, al año siguiente Mariquita volverá a casarse con un francés de dudoso comportamiento que llegará a ser cónsul. Se lo relaciona con estafas, "gatopardistas" comportamientos políticos y hasta se lo sospechó de envenenar al cónsul francés que lo reemplazaría. La relación fracasó. En 1835 partió a Francia y nunca más volvió.

La relación de Mariquita con Bernardino Rivadavia hizo que protagonizará la fundación de la Sociedad de Beneficencia hasta llegar a ser presidenta. Renunció al cargo en tiempos de Juan Manuel de Rosas (con quien también tenía una cierta buena relación. Fueron vecinos, aunque también acérrimos adversarios políticos). Se exilió en Montevideo. Su cultura e instrucción le abrió muchas puertas. Tuvo contacto directo con la "Generación del 37" (el movimiento intelectual que fundó el Salón Literario en Buenos Aires, al que adhirieron Sarmiento, Echeverría, Mitre, Gutiérrez, Vicente F. López, Mármol, Cané). Volvió al país después de la derrota de Rosas en Caseros.

Mariquita fue escritora, cronista, para muchos, una espía. La que sedujo a un joven Sarmiento. Mujer activa y protagonista del momento político. Luchadora de espíritu liberal y feminista. Batalladora a favor de la igualdad, la inclusión y la oportunidad de construir un mundo, tal vez, un poco mejor.

"Lejos de las certezas que podamos manejar sobre el proceso revolucionario de 1810 y la posterior independencia que las colonias alcanzaron de España, consideramos necesario volver a pensar aquel tiempo bajo otras formas de análisis. Espacios de sociabilidad como fueron las "tertulias", pero fundamentalmente los "salones" y el rol que en ellos desempeñaron algunas mujeres". (Adriana Micale. Salones, tertulias y mujeres de la élite criolla latinoamericana. Prácticas de sociabilidad y circulación de ideas. Universidad de Congreso - Mendoza).

Juremos "con gloria a morir"

Constanza Gloria Mancini era hija de italianos que habían llegado a Santiago de Chile con la compañía lírica de Pezzoni-Bettali. Esta fue la primera compañía lírica en actuar en Chile (1830). En Valparaiso estrenaron "El Engaño Feliz", ópera bufa de Gioacchino Antonio Rossini. El éxito de la gira, y el buen trato recibido, invito a los cantantes a radicarse en Chile. Así creció Constanza Gloria. Su patio de juegos infantiles fue el Teatro Municipal de Santiago. Estudió en Escuela Nacional de Artes e Industrias y pudo codearse con famosos cantantes y artistas que visitaron Chile. Viajo por Europa donde fue muy reconocida. A su regreso conoció a Bernardino de Vicuña Prado, un aristócrata cuya tradicional familia entre los múltiples emprendimientos que poseía era el traslado de hacienda entre Mendoza y Chile. Bernardino, pariente directo de los Vicuña Mackena, los Vicuña Toro, los Vicuña Aguirre, conoció a la joven cantante en una de las tantas veladas que frecuentaba. Comenzó un idilio. Pero la familia de Bernardino tenía otros planes para el heredero y hacendado, y obviamente la cantante no figuraba entre los planes futuro para su hijo. ¿Una cantante? Ni soñando; la fortuna de los Vicuña estaba lejos de equipararse a los sueldos de un artista.

Bernardino hizo caso omiso al planteo familiar y se escapó con Constanza Gloria a Rivadavia - Mendoza, donde la familia Vicuña arrendaba pastizales sobre el Río Tunuyán para engordar el ganado previo al paso de la cordillera. Será en Rivadavia donde Bernardino desarrollará una amplia carrera empresarial. Pero también política. Había llegado en 1880. Será elegido en el primer concejo municipal en 1884 cuando Rivadavia nacía como departamento. Su ascendencia era notoria. Empresarialmente sus ganancias se multiplicaban. En muy poco tiempo pasó a ser una figura popular y considerada por el establishment local. Ya no solo engordaba el ganado. Puso un matadero. Varias carnicerías en el este mendocino. Una curtiembre. Montó un criadero de cerdos y compró un molino harinero. Poseía un almacén de ramos generales. Y hasta fue un pionero en el negocio vitivinícola.

Las crónicas de la época reflejaban que gran incidencia en el vertiginoso ascenso económico fue mérito de Constanza. Las reuniones en casa de los Vicuña Prado pasaron a convertirse en el eje de los encuentros sociales de Rivadavia. Figuras como Bermejo, Benegas, Ortega, Cano (todos con propiedades en Rivadavia) formaban parte infaltable de las tertulias. Fausto Arena, Adolfo Calle, Belisrio Gil, Wenseslao Nuñez, Miguel Pérez, Martínez Anzorena, por nombrar solo alguno de los políticos y comerciantes del pueblo también fueron asiduos concurrentes. Curas, policías, políticos, maestros, banqueros, todos pasaron por lo "del chileno Prado".

Ahora, la atracción máxima de los eventos; lo esperado, siempre fueron las interpretaciones liricas de Constanza. Deslumbraba. Ella era el centro de la reunión. Su seductora actitud y su carisma hicieron que cada convocatoria a lo de Bernardino fuera un éxito.

No es de extrañar que al poco tiempo la villa de Rivadavia tuviera un elenco de teatro y se formara inmediatamente un grupo que interpretara operas. Nacerá un coro en la parroquia San Isidro Labrador y una escuela de pintura. Todo será dirigido por Constanza Gloria. Obviamente en el municipio nadie nunca puso un reparo. Nunca nadie puso un reparo hasta que Vicuña renunció porque su honor había sido herido. Pero eso será otra historia, aunque mucho tienen que ver también las tertulias.


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