Argentina debe mirar más hacia La Moneda y menos a Planalto

Para lograr el desarrollo económico, Argentina debería orientar su política de comercio exterior al modelo de Chile y dejar de lado la Brasil dependencia.

Hernán Bitar

Mientras se corrigen los desequilibrios macroeconómicos, Argentina debería orientar su política exterior y sobre todo el comercio al modelo chileno y dejar de lado la Brasil-dependencia para lograr el desarrollo.

En medio del debate sobre la apertura o no de la economía Argentina, bien vale repasar algunos datos sobre 2 modelos de país distintos como son Chile y Brasil y cómo han orientado sus políticas fiscales y relaciones comerciales con el mundo.

Si empezamos por Chile, se destaca que tiene al menos 16 tratados de libre comercio vigentes, entre ellos con la Alianza del Pacífico (junto a Colombia, México y Perú) EFTA o Asociación Europea de Libre Comercio (integrada por Islandia, Noruega, Liechtenstein y Suiza); y acuerdos bilaterales con países como Tailandia; Hong Kong; Vietnam, Malasia; Turquía; Australia; Panamá; China; Estados Unidos; Canadá; Corea del Sur y Centro América.

Además Chile tiene acuerdos de asociación económica con Gran Bretaña, Japón, Unión Europea, Nueva Zelanda, Singapur y Brunei y de complementación económica con India, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Cuba, Venezuela y con el Mercosur.

Por su parte Brasil, fue fundador y socio pleno del Mercosur junto a la Argentina desde sus orígenes en 1991, pero además tiene acuerdos preferenciales comerciales con Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, el Ecuador, México, el Perú y Venezuela.

El gigante regional también forma parte de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) con Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.

Además, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica integran el poderoso bloque político y económico popularmente conocido como BRICS desde 2009. Estos países representan más del 42 % de la población global, el 30 % del territorio mundial, el 23 % del PIB y el 18 % del comercio mundial, de acuerdo a los datos de la Cancillería Argentina.

Argentina si bien es socio de ALADI y país fundador del Mercosur junto a Brasil, según el Ministerio de Economía, sólo goza de acuerdos preferenciales con Israel, India, Egipto y con la Unión Aduanera del África. 

También tiene acuerdos firmados pero no vigentes con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), Paraguay y se espera por la implementación del acuerdo entre Mercosur con la Unión Europea, anunciado en 2019 pero sin avances significativos.

Presión fiscal:

El otro aspecto principal para comprender la dinámica económica de cada país y su potencial de crecimiento y flujo de inversiones es la presión fiscal.

Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), los ingresos tributarios de Brasil, explican el 33,5% de su producto bruto interno (PBI) y en Argentina la presión tributaria alcanza el 29,1% con los datos al cierre del 2023.

Mientras que en Chile, los ingresos al PBI explicados por la carga impositiva, alcanzan sólo el 22,2% para todo el año pasado, apenas encima del promedio para América Latina y El Caribe, que es del 21,7%.

En este apartado, cabe destacar que, en América Latina y Caribe, sólo Chile, Costa Rica, Colombia y México son parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), sobre un selecto grupo de 34 países.

En tanto que, Argentina y Brasil enviaron su carta de adhesión en 2022 y podrían ser aceptados, si así lo decide el Comité de Examen de la Economía y Política Económica el próximo mes de mayo y luego de evaluar entre otros factores, la eficiencia del gasto público, nivel de apertura económica, estabilidad y solidez de los sistemas financieros de cada uno de ellos.

Actualmente la OCDE está integrada por Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Chile, República Checa, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Hungría, Islandia, Irlanda, Israel, Italia, Japón, Corea del Sur, Luxemburgo, Méjico, Holanda, Nueva Zelanda, Noruega, Polonia, Portugal, República Eslovaca, Eslovenia, España, Suecia, Suiza, Turquía, Reino Unido y EEUU.

Antes de la invasión a Ucrania, se estaba negociando el acceso de Rusia y existen acuerdos de cooperación con Brasil, China, Indonesia, Sudáfrica e India.

Ser parte de la OCDE, podría significar para la Argentina, recuperar la confianza en los mercados, instituciones y empresas que lo hacen funcionar. 

Además, si lograra corregir los desequilibrios macroeconómicos y aprobarse su ingreso, podría darse el puntapié para fomentar inversiones, movimiento de capitales y personas, la competencia, el desarrollo y por supuesto, el libre comercio.

Para ponerlo en otros términos, Argentina no sólo debe declamar su pertenencia a occidente, sino que también debe protagonizar un profundo cambio en su política de exterior, dejar de lado viejos dogmas y cepos ideológicos y volverse más pragmática en sus relaciones comerciales.

No alcanza con autoproclamarse "anarco-capitalista" o cultor del libre mercado. El desafío de esta administración, será dejar el relato de lado y propiciar acuerdos de libre comercio con economías estables y desarrolladas.


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