Sin problemas financieros, hay dudas por el crecimiento si no salen las leyes del Congreso

La economía no termina de arrancar a la espera de la aprobación de normas fundamentales para empezar a transformar al país. La columna de Rodolfo Cavagnaro.

Rodolfo Cavagnaro

La tendencia declinante de las tasas de inflación está jugando a favor de una mayor tranquilidad en el mercado cambiario, donde el dólar oficial sigue con su pauta de devaluación del 2% mensual pero el paralelo se mantiene muy estable, con una brecha menor al 20%. Según cálculos de especialistas, con esta tendencia, es probable que también baje el Índice del Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM), donde se compara el tipo de cambio de argentina contra el de EE.UU., China, Brasil y Zona Euro.

Mientras tanto subsiste las dudas acerca del modo de salir del cepo que utilizará el gobierno. La mayoría de los especialistas sostienen que lo hará en forma gradual y evitará cualquier decisión de shock, como pudo ser el Austral o la Convertibilidad. La mayoría se inclina por el gradualismo porque así el gobierno podrá hacer modificaciones en forma paulatina, aunque el mayor interrogante está puesto en la eliminación del impuesto PAIS. Hay quienes dicen que habría que hacerlo rápido para no acostumbrarse a ese impuesto porque, si al gobierno le va bien, será muy difícil desprenderse de él.

De todos modos, siguen apareciendo voces en la polémica acerca del atraso o no del tipo de cambio oficial. Y el problema es que nadie sabe, a ciencia cierta, cual debería ser el precio de equilibrio porque eso lo va a determina el mercado cuando se levante el cepo. Es más, cuando esto ocurra, también habrá libertad para ingreso de capitales y habrá que ver cómo juega la oferta y demanda de divisas y si el BCRA intervendrá o no lo hará. Son temas sobre los que hay que esperar y que no tienen respuesta en una simple fórmula matemática.

Según los pronósticos de las consultoras que informan al Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), la inflación bajaría del 10% en abril y lo seguiría haciendo en mayo. De hecho, aunque el IPC de abril se conocerá la semana próxima, los anticipos de mayo ya anuncian una baja de precios promedio en rubros sensibles, como alimentos. No obstante, sigue presente, como una amenaza, la indexación de la mayoría de los rubros, tanto en tarifas como en jubilaciones.

Por otra parte, apoyado en esta expectativa positiva, el Banco central siguió bajando las tasas y los bancos se han lanzado a ofrecer préstamos a tasas que eran impensadas hace unos meses. Aunque aún son un poco altas, resultan neutras respecto de las expectativas de inflación. Lo mismo ocurre con los préstamos hipotecarios, donde han aparecido varias ofertas. El Banco Nación apareció ofreciendo plazos de 30 años y ajuste por el índice de salarios, que sigue de forma más realista el poder adquisitivo de los salarios. De todos modos, estos préstamos aún no alcanzan a los niveles bajos de la población, pero son posibles capitales que ayudarían a movilizar la alicaída economía.

Problemas en el frente

Al gobierno se le complican las cosas porque están estallando unas cuántas bombas que le dejó el gobierno anterior. Una de ella es la deuda con el sistema de generación eléctrica. Por este sistema hay un intermediario que es Cammesa, que es el mayorista que recibe la energía de los generadores y les vende a las distribuidoras. Mientras hubo subsidios. Las distribuidoras pagaban una parte y el resto lo pagaba el Gobierno. Pero los últimos tiempos estos no pagaron y se acumuló una deuda superior a 1 billón de pesos.

El Gobierno no tiene esa plata y el ministro Caputo ofreció pagar una gran parte con bonos que, de arranque, cotizarían un 50% de su valor. Las generadoras han rechazado totalmente esta posibilidad y algunas han amenazado en recurrir a la justicia. Incluso, hay noticias de que habría preocupación y consultas del FMI y de la embajada de EE.UU., porque hay varias empresas de ese origen invirtiendo en el negocio. El solo intento de eludir el pago podría ser interpretado como una forma de incumplimiento de contrato y daría mala reputación internacional al gobierno de Milei.

Por ahora, las mayores preocupaciones pasan por el destino de la Ley Bases y la vigencia o no del DNU que firmó Milei a pocos días de asumir. Es que la normas en cuestión tratan una serie de situaciones destinadas a producir cambios de mucha importancia en la realidad argentina. En caso de un revés, como pretende un sector de la oposición, no sería un problema para el presidente, sino que sería un problema grave para el país. Es que sería una mala señal para las empresas, tanto extranjeras como locales, que esperan decisiones concretas para invertir, que es lo que se necesita para reactivar la economía y crear empleo genuino.

Pero la Ley Bases, junto al paquete fiscal, tiene normas muy importantes, como la reforma laboral. También la moratoria y el banquero, que permitirían recaudar al estado e ingresar dólares al sistema. Aunque no se espera una gran cantidad, lo que ingrese será muy importante para una economía anémica como la argentina. Por supuesto, hay un régimen de promoción de nuevas inversiones, que es objetado por legisladores como Lousteau, que permitiría el desembarco de inversiones muy importantes para sectores estratégicos como el gas.

Depósitos en dólares

Una de las mayores señales de confianza, que el mercado observa atentamente, es el nivel de los depósitos en dólares de los particulares o empresas. Cuando Martín Guzmán era ministro y el mercado le perdió la confianza, a la par que se perdían reservas, comenzó lo que se denominó "goteo" de salida de depósitos que era incesante y se acrecentó en la gestión de Sergio Massa.

Desde que ganó Milei la tendencia comenzó a revertirse y ya en diciembre hubo un aumento de us$ 2.257 millones, mientras en lo que va del año el crecimiento fue de más de us$ 600 millones. El total acumulado a fin de abril es de us$17.400 millones y es similar al que había en abril de 2020. Esta tendencia, que crece a un ritmo del 2,5% mensual, ha generado un crecimiento de los préstamos en dólares para empresas, apoyados en que las variaciones del dólar en los mercados informales están casi estancadas.

Si llegan a ingresar por el blanqueo unos us$30.000 millones, más lo que se cree puede ingresar por las liquidaciones del campo, la situación de reservas sería muy cómoda y los mismos bancos se encargarían de fomentar los préstamos en divisas a las empresas. Por ahora son préstamos a un plazo máximo de 180 días a empresas que los tiene calzados contra exportaciones.

Todo esto puede mejorar si se aprueba la ley bases y si se consigue aprobar, de cualquier manera, la mayoría de las normas contenidas en el DNU 70. De lo contrario, habrá que esperar a que el gobierno gane más poder político el año próximo.

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