Cómo podemos ayudar a promover la ecopedagogía en la escuela creativa
El profesor José Jorge Chade considera a la ecopedagogía como "un inminente desafío para una educación sostenible".
Continuando con lo expresado en el artículo del domingo 26 en Memo con el título "La hora de la ecopedagogía" vemos hoy la plasticidad de los docentes a ser creativos frente a temas como este que estamos discutiendo y analizando.
Siempre es importante nivelar la información que daremos a los niños, ya que mucha de ella les resulta muy abstracta. Recomendamos comenzar con una historia que ejemplifique que la naturaleza es un ser vivo como nosotros y que puede sentir y ser lastimada. Y esto se vuelve más fácil si lo hacemos en un parque, en un jardín, en una plaza en plena naturaleza.
Navegando por la web encontramos varios cuentos divertidos e interesantes que podemos aplicar con los niños en clase, teniendo siempre en cuenta utilizar alguna otra herramienta además de la narración: títeres, dramatización, etc.
Un docente creativo es aquel que sabe investigar y se preocupa por que sus alumnos comprendan e interioricen los conocimientos que se les imparten. Además, intenta que las actividades sean significativas, es decir, experienciales (especialmente con este tema tan abstracto para niños).
La educación está ligada al espacio y al tiempo, donde realmente se dan las relaciones entre el hombre y el medio ambiente. Ocurren principalmente en el área de las emociones y de los sentimientos, más que en el área de la conciencia. Como resultado, suceden muchas más cosas en el ámbito de nuestro subconsciente; No somos conscientes de ellos y muchas veces ni siquiera sabemos cómo se producen. Por ello, la ecoeducación es necesaria para llevarlos a un nivel consciente. Asimismo, la ecoeducación requiere una pedagogía, en la era que vivimos necesitamos ecopedagogía y ecoeducación. Necesitamos una Pedagogía de la Tierra precisamente porque sin ella para reeducar a los hombres, ya no podremos hablar de la Tierra como un hogar, como una refugio del "hombre-animal", como Paulo Freire, Ángela Antunes y Moacir Gadotti, de Brasil, dicen. Un ensayo temático que hace referencia al Principio sobre la integración de los valores de la Carta de la Tierra en la educación. La ecopedagogía como pedagogía indicada para el proceso de la Carta de la Tierra. Angela Antunes es Secretaria Ejecutiva del Instituto Paulo Freire, Doctora en Educación por la Universidad de São Paulo y autora de numerosos libros. Su tesis doctoral en la Facultad de Educación de la Universidad de São Paulo versó sobre la "Pedagogía de la Sostenibilidad", en la que utilizó la Carta de la Tierra como uno de los documentos filosóficos básicos en los que se basa esta pedagogía. En el Instituto Paulo Freire coordinó varios proyectos que colocan a la Carta de la Tierra como punto de referencia, a saber:
"Proyecto de Paz para los Jóvenes" (2002-2003), Presupuesto para la Infancia Participante: Cómo Ejercer la Ciudadanía desde la Infancia (2003-2004) y Presupuesto de Participación para la Ciudad de Guarulhos (2005). Moacir Gadotti es profesor de la Universidad de São Paulo, director del Instituto Paulo Freire y autor de numerosos libros ampliamente leídos y traducidos, entre ellos: Educación contra la educación (1979); Los invito a leer Paulo Freire (1988); Historia de las ideas pedagógicas (1993); Praxis Pedagogía (1994) y Temas de actualidad en educación (2000). Este ensayo temático es el resultado de numerosos debates que tuvieron lugar en seminarios y congresos, en particular durante la Conferencia Continental de las Américas, celebrada en diciembre de 1998 en Cuiba, Mato Grosso, y durante el Primer Encuentro Internacional sobre Problemas Educativos de la Carta de la Tierra. , organizado por el Instituto Paulo Freire de São Paulo en 1999. En el Foro Global de Río en 1992, el Dr. Gadotti preparó, junto con otros colegas, el "Tratado sobre educación ambiental para sociedades sostenibles y responsabilidad global".
Este ensayo temático también revisa algunos conceptos planteados en el libro Pedagogía de la Tierra (2000). Integrar en la educación formal y el aprendizaje permanente las habilidades, conocimientos y valores necesarios para un estilo de vida sostenible. Con la proliferación de la educación sostenible, la Tierra será percibida sólo como el espacio para nuestro sustento y para el ámbito técnico y tecnológico, el objetivo es hacer que mno demuestre sólo contemplación. Es en el contexto de la propia evolución de la ecología donde aparece la ecopedagogía, que aún está en sus inicios y que inicialmente fue llamada "la pedagogía del desarrollo sostenible", pero que hoy ha superado su objetivo inicial. La ecopedagogía está claramente en desarrollo, ya sea como movimiento pedagógico o como segundo enfoque curricular. La ecopedagogía implica redireccionar el currículo para incorporar los valores y principios defendidos por la Carta de la Tierra. Estos principios deben guiar el contenido, los conceptos y la preparación de los materiales didácticos. El contenido del plan de estudios también debe ser significativo para los estudiantes, y sólo lo será si también tiene significado para la salud del planeta y en un contexto más amplio que el de un estudiante individual. Entendida desde esta perspectiva, la ecopedagogía no es una pedagogía más entre muchas otras.
No sólo cobra importancia como un proyecto global alternativo que aborda la conservación de la naturaleza (Ecología Natural) y el impacto que las sociedades humanas tienen sobre el medio natural (Ecología Social), sino también como un nuevo modelo de civilización sostenible desde entonces. punto de vista ecológico (Ecología Integral), que implica la modificación de las estructuras económicas, sociales y culturales. Por tanto, está vinculado a un proyecto utópico: uno que modifica las actuales relaciones humanas, sociales y ambientales. Aquí radica el significado profundo de la ecopedagogía, o Pedagogía de la Tierra, como solemos llamarla. La ecopedagogía no es antagónica a la pedagogía ambiental. Por el contrario, para la ecopedagogía la educación ambiental constituye una premisa. La ecopedagogía proporciona estrategias, pautas y medios para hacer realidad la pedagogía ambiental. Fue en el Foro Global de Río en 1992 donde se discutió en profundidad la educación ambiental y fue allí donde se destacó la importancia de la ecopedagogía como pedagogía del desarrollo sostenible. Este Foro Global fue uno de los eventos más importantes de los últimos días del siglo XX. Desde entonces, el debate sobre la Carta de la Tierra se ha convertido en un factor importante en la creación de una ciudadanía planetaria. Cualquier pedagogía diseñada fuera de la globalización y del movimiento ecologista tendría serios problemas en cuanto a su legitimidad.
¿Qué acciones se pueden hacer desde la Ecopedagogía? Actuar, reclamar, objetar, seguir los buenos ejemplos recibidos y dar ejemplo de responsabilidad, reducción, austeridad, retorno a la naturaleza, respetándola, amándola, valorándola. Recordando que el ser humano también forma parte de esta naturaleza. No sería legítimo cuidar el paisaje y olvidarse de la gente.
La cooperación solidaria es la única manera de superar el espiral autodestructivo del uso inadecuado del medio ambiente. La única manera de lograrlo es a través de una educación global, comprometida, solidaria, inclusiva, humanista y alterglobal. Educar para promover el compromiso solidario y evitar la responsabilidad del sentimiento de devaluación del municipio.
La Madre Tierra es de todos, también es nuestra y debemos preservarla para los demás y para los que vendrán. No diremos: "Lo que es de todos no es de nadie. Si no lo arruino, alguien más lo hará y se beneficiará". Más bien, debemos decir: "Lo que es de todos también es mío y de quien venga y yo debo encargarme de ello." Jostein Gaarder, autor de El mundo de Sofía, nos dice que advirtió que no podemos permitir que nuestros hijos y nietos hereden un mundo peor que el que recibimos.
Deseo mencionar aquí algunos renglones de la Carta de la Tierra para los niños.
"La Tierra es nuestro hogar: la Tierra es sólo un pequeño planeta en el vasto universo en el que vivimos. La Tierra misma está llena de vida, con una rica variedad de plantas, animales y personas. Para sobrevivir, los humanos necesitan suelo, agua, aire, plantas. y los animales, es nuestro deber cuidar la vida en la Tierra.
La situación mundial: Hoy en día, nuestro modo de vida daña a menudo el medio ambiente. La forma en que producimos y consumimos agota las reservas de agua, aire y suelo de la Tierra, poniendo en peligro la vida de muchas especies de plantas y animales. La creciente población mundial continúa drenando a la Tierra sus recursos naturales. Al mismo tiempo, nos enfrentamos a la guerra, el hambre, la pobreza, la ignorancia, las enfermedades y la injusticia.
¿Qué podemos hacer? La elección es nuestra: podemos empezar a hacer cambios para construir un futuro mejor para todos. La Carta de la Tierra nos ofrece un camino a seguir.
Todos somos responsables. Para cambiar nuestro mundo debemos ser responsables de nuestras acciones, porque todo lo que hacemos está interconectado: todo en nuestro planeta está entretejido en el tejido de la vida. Necesitamos pensar en cómo utilizamos los recursos y cómo cuidamos las plantas y los animales. Necesitamos la forma en que tratamos a otras personas. Si todos asumimos la responsabilidad de nuestras acciones, podemos comenzar a trabajar juntos para cuidar el bienestar presente y futuro de la familia humana y de todos los seres vivos de este planeta. Todos podemos compartir la esperanza del futuro.
La versión para niños y muchos otros materiales educativos de Earth Paper se utilizan ampliamente en escuelas, colegios, universidades y seminarios para educar valores éticos compartidos y ética global.
La Carta de la Tierra es un valioso recurso didáctico por varias razones:
Se enfatiza que todos los seres humanos somos una única familia humana relacionada con una comunidad de vida más amplia y que todos compartimos un destino común.
Aclara los desafíos y opciones críticos que enfrenta la comunidad humana.
Presenta una visión ética, que se basa en el derecho internacional y las conclusiones de las cumbres de las Naciones Unidas, se basa en la sabiduría de las religiones del mundo y expresa consenso sobre los valores compartidos que toman forma en la sociedad civil.
Los principios de la Carta de la Tierra presentan una definición amplia del significado de desarrollo sostenible y pueden verse como elementos fundamentales para crear una cultura de paz.
La visión de la Carta de la Tierra es que individuos, organizaciones, empresas, gobiernos, instituciones y corporaciones multinacionales de todo el mundo, incluida la Asamblea General de las Naciones Unidas y sus agencias, reconozcan la Carta de la Tierra, adopten sus valores y principios y trabajen en colaboración para construir una sociedad global justa, sostenible y pacífica.
La Carta de la Tierra es una visión ética inclusiva. Reconoce que la protección del medio ambiente, los derechos humanos, el desarrollo humano equitativo y la paz son interdependientes e indivisibles.
En un momento en que se necesitan con urgencia grandes cambios en la forma en que pensamos y vivimos, la Carta de la Tierra nos desafía a examinar nuestros valores y elegir un mejor camino. Nos invita a todos a buscar puntos comunes en nuestra diversidad y a abrazar una nueva visión ética compartida por un número creciente de personas en muchas naciones y culturas alrededor del mundo, buscando nuevos caminos...y esto ...es trabajo de todos, por ello no debemos sólo contemplar...debemos actuar ya, no hay tiempo que perder!.