La educación, el motor que hace crecer la sociedad

José Jorge Chade insiste con la importancia del tema y dice: "Educación, educación, educación":

José Jorge Chade
Presidente de la Fundación Bologna Mendoza Dr. en Ciencias de la Educación.

Esto que paso a describir es sólo un resumen que apunta a la organización de la nueva escuela en una sociedad en permanente y "veloz" evolución.

La Agenda 2030 de Naciones Unidas, entre sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, nos compromete con la ambiciosa misión de garantizar "una educación equitativa e inclusiva" para todos los niños del mundo. Unicef habla de la urgencia del desafío y calcula en más de 60 millones el número de niños excluidos del acceso a la escuela primaria, especialmente en las zonas más desfavorecidas. Lo que tiene un impacto son las condiciones socioeconómicas, factores como profundas desigualdades, desventajas, infraestructura inadecuada, crisis humanitarias y conflictos.

A pesar de los avances de los últimos 50 años, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia también nos recuerda que el derecho a una educación no es un hecho ni siquiera para quienes asisten a las aulas escolares: más de 600 millones de niños no alcanzan los conocimientos básicos en lectura y matemáticas. Un panorama exacerbado por la pandemia de Covid-19, que en su punto álgido interrumpió el aprendizaje de 1.600 millones de estudiantes. En los países más vulnerables, donde el 57% de los niños ya vivía en condiciones de pobreza educativa, tres años después de la crisis sanitaria la cifra ascendió al 70%.

Invertir en educación, clave para el desarrollo

Por lo tanto, la escuela y la formación tanto de los alumnos como de los educadores, desempeñan un papel fundamental en la configuración del destino individual y colectivo y en la promoción del progreso. Son pilares esenciales para el crecimiento humano, social y económico.

Proponiendo una epopeya educativa

Precisamente para garantizar un futuro a las generaciones jóvenes, es fundamental que los Estados inviertan una parte importante de sus recursos en el sistema escolar. No sólo para garantizar a todas las personas (independientemente de su condición socioeconómica de origen) el acceso a un itinerario educativo justo sino también para proporcionar todas aquellas competencias, especialmente en el ámbito digital, que serán fundamentales en los próximos años.

Esto ofrecería a los niños y jóvenes mayores posibilidades de encontrar en un futuro un empleo estable en un mercado laboral cada vez más competitivo. Con repercusiones positivas también en la economía.

De niños a adultos

Los programas pensados para desarrollar en todo el mundo, en colaboración con los gobiernos nacionales de los países socios, pueden incluir apoyo a todos los niveles de educación, suministro de materiales didácticos y formación técnica y profesional para jóvenes y adultos.

Las actividades que se deben dedicar a los docentes deben ser significativas: sobre todo fortalecimiento de las habilidades y de las responsabilidades educativas, promoviendo los derechos y la inclusión de los niños, y esencialmente, dando a los docentes a través de la formación "instrumentos operativos", así como decimos que en los niños y adolescentes tenemos que reconocer sus originalidades, a los docentes hay que darle la motivación y los instrumentos sobre "cómo hacerlo".

Excelente entrenamiento

Apoyar la formación profesional significa generar valor, incrementar los ingresos familiares fomentando el empleo y el desarrollo económico. Proyectos, talleres, cursos y transferencia de habilidades, también destinados a las realidades empresariales locales, están fortaleciendo la competitividad en los sectores de la agricultura, la ganadería, la acuicultura, el comercio y el microemprendimiento en varios países.

La escuela inclusiva

Una escuela verdaderamente inclusiva debe eliminar el término "inclusión" de su vocabulario si quiere dirigirse al 100% de los alumnos y no sólo a algunos. Puede considerarse esto una provocación, no sólo semántica sino sobre todo pedagógica, pero tenemos que comprender que "Otra enseñanza es posible".

«Una escuela que ya no necesita inclusión es, ante todo, una escuela fundada en la equidad», «el tema de la equidad es el motor motivacional de la escuela que queremos, una escuela fundada en los derechos humanos». derechos y justicia social, una escuela que, en nombre de estos valores, sepa también estar a favor y en contra".

Para ser inclusiva y universal, la escuela debe ser capaz de reconocer la singularidad de cada alumno. Parece una obviedad y lo es de hecho, las escuelas muchas veces lo olvidan, acabando dando el mismo libro, la misma lección, los mismos tiempos de aprendizaje y los mismos métodos de evaluación a todos sin distinción. «Si realmente queremos avanzar hacia la universalidad deberíamos obsesionarnos con descubrir, comprender y valorar las diferencias de nuestros alumnos en todos los sentidos. Las diferencias son un elemento analizador de todas las situaciones que se producen en el aula y por lo tanto enriquecedoras. Las diferencias son la normalidad, son la biodiversidad que enriquece los ecosistemas donde aprendemos y nos relacionamos".


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