Educación y pobreza

Es de conocimiento público y, casi reiterativo, referirse a la enorme crisis educativa de nuestro país. Crisis que viene profundizándose desde principio de este siglo, agravándose cada vez más ´debido a las políticas públicas, al incremento desmesurado de la pobreza y, en estos tiempos, a la pandemia.

La pobreza y la indigencia se disparó al 44,2% según el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica. De todas las estadísticas mencionadas como causas y efectos de esta crisis, me interesa referirme a la situación de niños, niñas y jóvenes, según esta fuente el estudio reveló que el 16% de los chicos de 0 a 17 años es indigente y el 64,1% es pobre, Tristísimo porvenir nos aguarda con esa población, que sufre de desnutrición o mala alimentación, enorme desigualdad en la oferta educativa tecnológica producida por covid.19.

Si rápidamente no salimos del pobrismo, de la crisis económica, de la corrupción institucional.la célebre "Argentina Potencia" será una nueva Venezuela, gobernada por dirigentes vengativos, mediocres, autocráticos, mentirosos, que se burlan de los ciudadanos con relatos que ya no nos engañan, porque la realidad los desmiente crudamente.

Estamos hartos de sindicalistas políticos que no nos representan. Distribuyan su enorme capital, que es el aporte sindical de docentes, en las escuelas que lo necesitan.

Parte de esa ciudadanía que trabaja, construye, contribuye con los numerosos y elevados impuestos se siente frustrada, engañada, pero aún esperanzada en la Justicia.

Sin embargo, a pesar de todas las dificultades, Mendoza resiste, sigue siendo la provincia federal. En estos momentos, realiza un Congreso Pedagógico, en el que han participado destacados expositores y docentes, con la intención de sentar las bases de una Ley de Educación consensuada y pertinente.

No obstante, la pobreza, la naturaleza castiga a los agricultores, a las viviendas precarias, a los pequeños negocios y los que con su visión y trabajo son ricos.

Continúo pensando que una buena educación es posible, tengo confianza en que buscando distintas estrategias, ideas, y esfuerzo conjunto de las Universidades, de la DGE. y de toda la comunidad educativa podemos iniciar, quizás muy lentamente, y alejados de las pujas electorales, y de la discusiones teóricas de viejos o nuevos paradigmas, un camino concreto de reconstrucción educativa.

Ese camino empieza poniendo en valor la tarea de los directores de las escuelas públicas y privadas. Ellos son los que conocen mejor que nadie la organización, la gestión, la administración, las carencias, ya sea de edificio o materiales didácticos, también el desenvolvimiento de los docentes y su relación con las familias. Evalúan tanto los conocimientos como los curriculum ocultos de la institución escolar. Ellos se comprometen con la realidad, han ganado sus cargos por concurso. Ellos saben. Pero es necesario que puedan salir de la clasificación de "Clase media baja", con un salario digno. Basta de categorizaciones arbitrarias. Escuchemos a los Directores ellos enfrentan los desafíos de la realidad cotidiana. Merecen nuestro apoyo, Así empezaremos el complejo camino de la reconstrucción de una nueva escuela, valorada, respetada por toda la ciudadanía, inclusiva.

Por experiencia de más de medio siglo en la docencia he comprobado que buenos directores dan por resultado excelentes escuelas y colegios. Instituciones, sin verticalismo, sin adoctrinamientos, sin burocracia, sin utoritarismo.

Son innumerables los colegios y escuelas en las que ejercí en tiempos políticos difíciles y me parece oportuno homenajear a esa directoras que dejaron sus ejemplos en las instituciones como Irma Suárez, en el CUC., Gilda Cosma de Lede, Elda Romano de Vicente, Esther Gabay de Vaira y tantas otras que dirigieron instituciones que aún hoy hacen historia.

Elia Ana Bianchi Zizzias.

Reconocida por la DGE, con la distinción "Maestro Domingo Faustino Sarmiento" .