¡Felices y contentos!
Escribe el Prof. José Jorge Chade: "Cualquier cosa que nos haga estar descontentos nos anima a salir por un momento de ese frasco o caja que nos contiene".
¿Nos hemos preguntado alguna vez cuál es la diferencia entre ser feliz y estar satisfecho?
Me parece interesante para responder a esto seguir el pensamiento de Igor Sibaldi, escritor, teólogo, dramaturgo italiano y experto en psicología del inconsciente, nos dice que existe una gran diferencia tanto en el significado de ambos términos como en las acciones que implican estas dos condiciones existenciales.
Estamos acostumbrados a pensar que satisfacción y felicidad son sinónimos, pero su significado indica un estado diferente del alma.
¿Es mejor ser feliz o estar contento?
Averigüemos juntos la respuesta.
Estar contento: es un estado de bienestar
La palabra «contento» viene de la palabra «contener» y nos hace pensar en un recipiente en el que, por su naturaleza, sólo cabe cierta cantidad de elementos, según el límite dictado por la capacidad del recipiente, como un jarrón que sólo puede contener cierta cantidad de tierra.
Esto significa que la persona satisfecha se contiene en sus actos: está cómoda en el mundo que vive cada día y este statu quo le hace sentirse protegida. Se queda en su vasija.
Conocemos este concepto por el término zona de confort, una condición que nos da una sensación de bienestar y... satisfacción.
Así pues, estar contento significa contenerse y «encerrarse», un poco como estar en una caja. Una persona satisfecha con su vida se encierra en lo que ya tiene y en lo que ya es. No deja espacio para lo inesperado ni intenta explorar algo nuevo, lo que podría resultar arriesgado. Su búsqueda de certidumbre la mantendrá en el tranquilizador statu quo.
Es una condición estática, que implica un bloqueo en el crecimiento personal. Sin embargo, incluso las personas felices pueden sentir la falta de algo profundo de lo que no son plenamente conscientes, algo intangible, que escapa a su comprensión.
La felicidad aporta novedad
¿Cuáles son las características de una persona feliz?
Podemos entender mejor el significado del término «felicidad» si pensamos en la palabra inglesa "happy".
'Feliz' viene del verbo 'suceder' y significa 'dejar que sucedan cosas'. Por lo tanto, la persona feliz es aquella que deja que las cosas sucedan en su vida.
En italiano, la palabra «felicità» viene de «felix», que significa fértil. La felicidad representa la fertilidad de los acontecimientos, dejar que la vida suceda a través de nosotros. Si somos felices generamos continuamente cosas nuevas simplemente porque lo que ya tenemos no nos basta.
La persona feliz se siente libre de ser ella misma y se abre al mundo expresando sus necesidades y su curiosidad. Quiere que las cosas sucedan y no teme lo imprevisible; al contrario, lo recibe con entusiasmo y ganas, poniéndose en juego en el cambio.
Podemos ser felices: podemos mirar a nuestro alrededor, podemos abrirnos a lo nuevo y podemos empezar a desear que nos pase algo, salir de esa caja que intenta encerrarnos. Si somos felices podemos escribir una nueva historia, toda nuestra.
"Para ser feliz hay que ser diferente". Igor Sibaldi
Las personas felices rompen sus puentes con el pasado y cambian radicalmente, creando sus vidas momento a momento, según los deseos que realizan y los descubrimientos a los que llegan.
"La felicidad es simplemente ese sentimiento que nos hace sentir bien cuando hacemos, pensamos, decimos lo que es bueno para nosotros, y nos produce sensaciones desagradables o deprimentes en caso contrario. No hay mejor guía que la vida cotidiana", afirma Sibaldi.
La felicidad es un sentido como el oído o el olfato, pero mientras nuestros cinco sentidos miran hacia fuera, la felicidad actúa dentro de nosotros. La felicidad es la mejor compañera que podemos tener para darnos cuenta de quiénes somos realmente, nos permite conocernos plenamente y nos guía hacia el mejor futuro que podamos desear».
"La paradoja es que para ser feliz hay que ser infeliz", dice Sibaldi.
¿Qué significa eso?
Estar descontento significa no estar satisfecho con lo que ya tenemos.
Cualquier cosa que nos haga estar descontentos nos anima a salir por un momento de ese frasco o caja que nos contiene. El descontento es una señal de que el mundo que nos rodea ya no es suficiente, así que tenemos que buscar algo nuevo, darnos cuenta de que podemos conseguir mucho más en nuestra vida y desarrollar al máximo nuestras capacidades dormidas.
Podemos agregar entonces para finalizar que la felicidad, es un estado de gracia (de estar agradecido). No es un estado de ánimo pasajero, es algo más profundo, más duradero, es un estado de conciencia que crece en el interior y no depende de acontecimientos externos. Sólo puede alcanzarse si uno ha arraigado en su sentimiento los verdaderos valores de la civilización: vivir con sentimiento, dar sentido a la propia vida, consumir conscientemente, respetar el ecosistema y todas las formas de vida, buscar un trabajo gratificante, ser honesto con uno mismo y con los demás, hacer el bien, elegir amistades verdaderas, desterrar el dolor, el miedo, la ira y vivir la vida con alegría. Digámoslo también así: la felicidad es "hacer el bien para uno mismo, pero al mismo tiempo también para los demás".
Puede parecer una postura limitadora, pero basta para definir un cambio de civilización: la civilización materialista compulsiva incita a mirarse a uno mismo, acentúa el egoísmo, la auto referencialidad; la conciencia, en cambio, es una cultura de civilización, de compartir, de altruismo, una expresión de amor por el prójimo, por el mundo que nos rodea. En la medida en que se produce el cortocircuito de los valores y los sentimientos, ¡estamos en paz con nosotros mismos y somos felices!