Feriado bobo: por querer apropiarse del triunfo, el Gobierno arruinó el buen clima

El Gobierno tomó una decisión errónea: quiere intermediar y colarse en el amor que la gente le vuelca a la Selección de Fútbol, pero rompe el buen ánimo ajeno a la política que se había generado y actúa en sentido contrario al ejemplo de los campeones que confirmó que hay que esforzarse y trabajar mucho.

Memo

El gobierno nacional rompió el clima de alegría reinante en todo el país por el triunfo de la Selección en el Campeonato Mundial de Fútbol de Qatar. Apurado por querer apropiarse del éxito ajeno, impuso un feriado en todo el territorio del país con un motivo meramente porteño, o del conurbano: ir a recibir y festejar a los únicos héroes que reconoce la sociedad.

El mismo día en que la TV Pública insultó y degradó a los integrantes del seleccionado de fútbol por no querer tomarse una foto con los que comandan un Gobierno que nunca arrancó y que con cada decisión que toma divide y genera incertidumbre, un decreto presidencial "de necesidad y urgencia" le complicó la vida al país productivo que entiende mejor que nadie el mensaje del triunfo: nada se consigue sin esfuerzo.

La confusión generada en las provincias lejanas al microclima político porteño hizo, además, que se perdiera el buen ánimo y humor, ese que permitió durante y después del último partido en Qatar que volvieran los abrazos entre personas de ambos lados de la grieta política: el único proyecto en común nos alentaba a seguir adelante, a pesar de todo, la Selección, su esfuerzo, su triunfo.

El freno activado de golpe que representa el feriado impuesto por el gobierno nacional, por pensar solo en el electorado del conurbano, es una malvenida a los jugadores que le dieron la alegría que le falta a los argentinos. Una lástima. Otra oportunidad desaprovechada.

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