Inmigrantes, la otra cara de la moneda

José Jorge Chade analiza el fenómeno de la inmigración desde la perspectiva de un país construido por los inmigrantes, en el mes en que se recuerda este fenómeno.

José Jorge Chade
Presidente de la Fundación Bologna Mendoza Dr. en Ciencias de la Educación.

El fenómeno migratorio es variado y complejo, aunque la atención mediática hoy se basa casi exclusivamente en los aspectos más trágicos y urgentes relacionados con las tragedias marítimas y los desembarcos costeros en algunos países europeos y de América. Esta polarización tiende a desviar la atención de la gran mayoría de los inmigrantes, quienes a menudo se enfrentan a situaciones irregulares y a dificultades para acceder a la ciudadanía.

Yo soy hijo de inmigrantes y a su vez fui inmigrante por casi 30 años, trataré de contarles mi experiencia ahora que nos estamos acercando a septiembre mes del inmigrante y es precisamente el 4 que celebramos su día. Pero, antes de comenzar me gustaría precisar el significado de dos términos que a veces utilizamos sin discriminar:

«Emigrante» e «inmigrante» describen el fenómeno migratorio desde dos perspectivas diferentes: un emigrante es alguien que abandona su país, mientras que un inmigrante es la misma persona vista desde el país de llegada. En otras palabras, la misma persona es emigrante cuando se va e inmigrante cuando llega a un nuevo país.

- Emigrante:

Persona que abandona su país de origen para trasladarse a otro, ya sea temporal o permanentemente. La perspectiva es la de quien parte.

- Inmigrante:

Persona que entra a un nuevo país desde otro lugar. La perspectiva es la del país que lo recibe, En resumen, son dos caras de la misma moneda: el movimiento de personas de un lugar a otro.

Las caras de la moneda

La otra cara de la inmigración suele incluir dificultades para regularizar su situación, trabajo irregular, difícil acceso a la ciudadanía y riesgo de explotación; a veces, también la mala información o el engaño a través de informaciones que llegan del futuro país de destino, donde las personas encontrarían "La Cibeles", hechos que va más allá de la retórica de tragedias y desembarcos. Es una realidad compleja, compuesta por desafíos cotidianos, como la integración sociolaboral, que se suman al sufrimiento de abandonar el país en busca de mejores condiciones de vida o para escapar de la guerra, la persecución y la inestabilidad económica en la mayoría de los casos, no en todos.

Desafíos ocultos

- Precariedad e irregularidad:

Muchos inmigrantes se enfrentan a la precariedad a diario, viviendo en condiciones irregulares y encontrando obstáculos significativos para obtener permisos de residencia y la ciudadanía. Haciendo además labores o asumiendo compromisos que jamás hubieran realizado en su propio país.

- Explotación laboral:

La falta de vías legales puede empujar a los inmigrantes a trabajar irregularmente, lo que los hace más vulnerables a la explotación y carece de protección. Por ejemplo muchos son presa fácil de la mala vida.

La explotación laboral también la vivió Argentina en todas la inmigraciones del siglo XX.

- Dificultades de integración:

La integración sociocultural es un proceso complejo que requiere no sólo superar las barreras lingüísticas y culturales, sino también una inclusión efectiva en la sociedad. Que a decir verdad difícilmente se logre aunque si intentamos negarlo a veces.

Motivaciones y dinámica de la inmigración

- Motivaciones Económicas:

Muchas personas migran en busca de oportunidades laborales y mejores condiciones de vida, que no encuentran en su país de origen, y en muchos de estos casos prima el deseo solapado de escapar, a veces sin saber de qué.

- Factores de expulsión:

Guerras, conflictos internos, persecución política, étnica, racial o religiosa, y la inestabilidad de los sistemas democráticos se encuentran entre los factores más apremiantes que obligan a las personas a migrar.

Un fenómeno complejo

La inmigración es un fenómeno multifacético, en el que se entrelazan aspectos económicos, sociales y políticos. La atención mediática suele centrarse en los casos más dramáticos como decía precedentemente, pero es esencial recordar y analizar las experiencias de la mayoría de los inmigrantes, quienes enfrentan desafíos complejos a diario.

Ser inmigrante hoy en día implica enfrentarse a complejidades burocráticas y sociales, a menudo amplificadas por la visibilidad de los flujos migratorios, con desafíos relacionados con la recepción y la integración que pueden conducir a la discriminación y a un mayor control social. En el siglo pasado, aunque la migración era menos generalizada y estaba más a menudo vinculada a la búsqueda de trabajo en contextos aún poco estructurados, los inmigrantes aún enfrentaban discriminación y dificultades para integrarse. Sin embargo, su situación era en general menos destacada que hoy y formaban parte de una sociedad percibida como más homogénea, aunque si las dificultades familiares y de modificación, en muchos casos de la personalidad se veía afectada.

Inmigrantes hoy

- Complejidades Burocráticas y Legales:

Hoy en día, la inmigración es un fenómeno masivo, con complejidades burocráticas, y la migración es un tema de debate político y social.

- Mayor Control Social:

Los migrantes suelen estar sujetos a un mayor control social, lo que puede resultar en discriminación, xenofobia y dificultades de integración, así como en procesos de adaptación y construcción de una nueva identidad en un mundo globalizado.

- Desafíos Relacionados con la recepción en el nuevo lugar:

La gestión de los flujos migratorios y la integración de los migrantes en el tejido social son los principales desafíos actuales, con problemas relacionados con el acceso al empleo, la vivienda, la educación y la atención médica.

Inmigrantes en el siglo pasado

• Flexibilidad laboral:

En el siglo pasado, muchos inmigrantes buscaron trabajo en un entorno económico más flexible, donde era más fácil encontrar empleo. Si bien las condiciones de vida no eran fáciles, las oportunidades eran mayores aparentemente. Conozco muchos casos de explotación aún hacia los mismos connacionales por parte de aquellos que poseían mayor nivel económico y en algunos casos también de relativa instrucción.

- Menor visibilidad y control:

No existía un control social generalizado ni un debate público sobre la migración, ni las redes sociales que hoy a veces ensalzan y a veces condenan la inmigración a conveniencia, pero la integración en la sociedad era, aparentemente, a menudo, mucho más difícil y el acceso a la educación y la atención médica era menos probable.

- Percepción de homogeneidad:

La sociedad era percibida como más homogénea, lo que conllevaba una mayor dificultad para hacer valer los propios derechos, pero también una menor discriminación, ya que la inmigración era un fenómeno marginal y los mismos inmigrantes se organizaban según el lugar de proveniencia y desde ese lugar interactuaban con los demás flujos de inmigraciones.

Algunas historias que los muestran la cara y la ceca de la moneda*

Imaginemos a fines del 1800, gente que llegaba a nuestro país desde Medio Oriente con pasaportes del ya decadente imperio otomano. Familias numerosas que no podían emigrar todos en un mismo momento y en un mismo barco. Madres y padres que decidieron igualmente emigrar solamente con algunos de sus hijos en su partida, dejando el resto de la familia encargados a parientes y amigos para que después de un año, dos, o cinco recién pudieran alcanzar y reencontrar a sus padres. Ahora, pensemos entonces si a los niños y jóvenes esta separación les hizo o no daño? Los pequeños se quedaron contentos viendo a sus padres partir? Pudieron haberlo vivido como un abandono? Habrá afectado esto la construcción de la identidad de los mismos? Todo esto no sólo pudo haber pasado, sino que pasó. Estas cosas nos pueden ayudar a entender muchas cosas y sobre todo conductas de nuestros antepasados.

Imaginemos ahora otra historia, estamos en los años 20 del siglo XX, cuando en un post guerra en Europa la gente abandonaba su pueblo a bordo de los bastimentos para partir ya en este caso en general con toda su familia de primer grado, pero dejando padre, madre y demás familia con la esperanza de reencontrarlos pronto, porque muchos hasta ignoraban la distancia , de dónde quedaba la bendita América. Mi madre me contaba que mi nonna le decía a su madre, quédate tranquila, pronto nos volveremos a ver, y cuál fue la respuesta de su madre? No hija mía esta es despedida de muerte. Y así fue. Nada fácil verdad. Hoy no hubiera sucedido pero en su tiempo sucedió y marcó y puso un sello sobre esas personas.

Ahora para terminar les cuento que en ese bastimento donde hablé de mi nona, también viajaba mi madre con 3 años y medios, y cuando yo abandoné Argentina para ir a trabajar a Italia, mi madre poseía aún ese recuerdo trágico, pensando que no me volvería a ver, no obstante hubieran ya pasado 60 años. A tal punto señan a las personas estas situaciones. Pero ya estábamos casi en el 1990 y las cosas habían cambiado. En el 1994 llevé a mis padres a vivir conmigo a Bologna, en Italia, y vivián en un departamento abajo del mío, y mi madre ya acostumbrada a los comienzos de las nuevas tecnologías, cuando salía a barrer su terraza y yo me asomaba por mi ventana, me preguntaba, llegó algún e-mail para mi?

Las cosas si han cambiado, pero sólo en una cara de la moneda.

* (En la numismática argentina, la "cara" de una moneda es el lado que generalmente muestra un símbolo nacional o la imagen de un personaje relevante, mientras que la "ceca" es el lado que lleva la denominación de la moneda y otros detalles, como la fecha de acuñación. El término "ceca" proviene de la época colonial, donde este lado de la moneda indicaba la ciudad o lugar donde se había acuñado)



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