Jubilados, cuarentena y home banking

La escfitora Vilma Vega se enfrenta a la situación de adultos mayores "pre PC" a los que se desconsidera por no saber usar las tecnologías digitales.

Vilma Vega

El viernes salió a la frontera para lograr la penosa cuarentena que tratamos de sobrellevar. Es demasiado lamentable para que no nos preocupemos. Pero, a la vez, nuestros nacientes cientos de interrogantes tardíos que nunca encontrarán respuestas certeras, aunque los únicos directos son los bancos, sus agrupaciones y respuestas que no previeron las consecuencias y fueron incapaces de formas instrumentales graduales de pagos que evitan desborda que, por fuerza, sucedería después de tan largo período de inactividad bancaria, con una insólita reapertura que agrupaba no solo a jubilados y pensionados, sino a beneficiarios de distintas asignaciones sociales. 

Lo más indignante del asunto es la reacción violenta que asesinó sin piedad sobre los jubilados algunos periodistas, artistas y figuras públicas -o no- de nuestro medio, que no vacilaron en culparlos de atentar contra la salud pública. Los que peregrinaron por los bancos cerraron prematuramente y porqué no fueron incluidos entre los "servicios esenciales" emitidos por el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU). 

Él escuchó notas y comentarios realmente canallas sobre los abuelos, cuentos como que estaban a cargo de los contagios venideros "por andar detrás de una plata que no les da servicio, porque van a morir contaminados y contaminando"; o que "hay que obligarlos a tecnificarse"; o que "no se dan por capricho y por no dejan sus viejos hábitos"; o "que va a permanente además de casas hay que hijos, o nietos, o vecinos les hagan los trámites". 

¡Gente estúpida! Gente de mierda que no es capaz de entender que una jubilación mínima solo alcanza para vivir los diez primeros días del mes y es obvio que quien padece haga lo imposible para obtenerla. Cómo no entiende que esa generación de adultos mayores no fue utilizada para una tecnología arrolladora que pertenece a otra época muy diferente. Cómo no entienden que muchos han llegado al ocaso de sus vidas, completamente solos y librados su suerte, o porque las empresas basamentos de un amor familiar los inducen a preferir exponerse antes de exponer a sus hijos, sobrinos y nietos. 

Algo que no entienda jamás esta nueva generación superada de expertos internautas que resuelven cómodamente su vida desde una PC, o un teléfono celular, cobran y pagan sus cuentas a través de la banca doméstica, pero que son incapacitada de escribir "mamá me ama" sin al menos tres errores de ortografía. Zapallos hay en cualquier época del año... Pero en circunstancias tan graves como la que vivimos, hieren por insensibles y estúpidos y afectados que, para ellos, la palabra "solidaridad" no pasa de mero considerado retórico.

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