La inclusión social y la cohesión... palabras y significados que los argentinos (sobre todo) debemos reconstruir

El análisis del profesor José Jorge Chade, de la Fundación Bologna Mendoza.

José Jorge Chade

Se ha estado utilizado la expresión cohesión social e inclusión , en nuestra sociedad, un poco afuera de la realidad, considerando que son términos que siempre han estado en el centro del debate sociológico.

En el marco de las teorías contractualistas y estructural-funcionalistas en referencia a la necesidad

de mantener un cierto grado de equilibrio, integración y solidaridad entre los individuos para hacer

frente al debilitamiento de las estructuras sociales tradicionales debemos re- pensar y re-pensarnos. Según el sociólogo TalcottParsons, por ejemplo, la cohesión representa el nivel de estabilidad y orden logrado gracias a un conjunto de valores y normas compartidos y es necesario para el mantenimiento y desarrollo del sistema social (Parsons 1962).

En las sociedades contemporáneas, con la progresiva imposición de dinámicas desestabilizadoras -como la globalización, las crisis económicas y la transición a la llamada economía del conocimiento y sociedades de la información y los cambios en la composición demográfica, siguiendo también los flujos migratorios - el concepto de cohesión responde a la necesidad de hacer un conjunto de

elementos heterogéneos y muchas veces en tensión entre sí, evitando su desintegración y contribuyendo al patrimonio social. Ante el desarrollo de sociedades pluralistas, en efecto, la cohesión representa una especie de "pegamento social": es decir, pretende reunir y conciliar los diferentes componentes sociales estimulando el sentido de pertenencia a la misma comunidad. En este sentido, una sociedad cohesionada es aquella en la que "la gestión del conflicto de los diferentes tipos de diferencias, culturales, lingüístico y económico "está bien organizado (Jenson 1998).

Pareciera que en nuestra querida Argentina estas palabras hayan perdido su verdadero significado, que la sociedad ha olvidado su fin y han sido transformadas en des- unión y en consecuencia esto nos lleva a enfrentamientos sociales que hacen peligrar la inclusión.

Desde los años noventa, la referencia a la cohesión social también se ha consolidado internamente.

del lenguaje institucional y normativo, evocando los conceptos de cooperación, solidaridad, inclusión y poder compartir intenciones. En la definición del Comité Europeo para la Cohesión Social establecidoen 1998 por el Consejo Europeo, la cohesión social es «la capacidad de una sociedad para garantizarel bienestar de todos sus miembros, reduciendo las diferencias y evitando polarizaciones.

Una sociedad cohesiva es una comunidad que se apoya mutuamente de individuos libres que persiguen objetivos comunes por medios democráticos" (CDCS 2004). Con la estrategia de

Lisboa (2000), la cohesión social ha sido identificada como uno de los objetivos fundamentales de la sociedad actual, desde entonces, se ha perseguido a través de políticas encaminadas a reducir disparidad de desarrollo entre las regiones y estandarizar las oportunidades socioeconómicas de los ciudadanos.

La fórmula de la cohesión social y de la inclusión expresa, por tanto, una voluntad de modernización de los sistemas de bienestar, a partir de un mayor reconocimiento de la subsidiariedad vertical y horizontaly la importancia de la dimensión local en la implementación de políticas (Andreotta,Mingione y Polizzi 2012; Forrest y Kearns 2001).

Como personas modernas y pensantes debemos apuntar a la necesidad de promover el desarrollo, la cohesión y la solidaridad para eliminar los desequilibrios económicos y sociales y así favorecer el ejercicio efectivo de los derechos de la persona.

En esto existe un compromiso conjunto de toda la sociedad y de las políticas sociales de toda nuestra Nación para reducir las desigualdades e promover un modelo de bienestar -y de sociedad- más equitativo y participativo, con especial énfasis se atribuye a la inclusión social y educativa de personas y grupos vulnerables y en riesgo de marginación El reconocimiento de la igualdad de oportunidades como requisito previo para lograrlo.

En particular, tenemos que darnos como objetivo "promover la inclusión social y luchar contra cualquier discriminación " , estudiando y contextualizando según las regiones distintos objetivos específicos.

Esta estrategia de reestructuración de los sistemas de bienestar según mis colegas sociólogos de la Universidad de Bologna se inspira en una política social de inversión en la persona o inversión social, basada en la idea de que las políticas sociales representan no sólo un costo, sino también un importante factor de desarrollo. De acuerdo a este modelo, una inversión en gasto social que incluye una mayor universalidad, la prevención de nuevos riesgos sociales y potenciación del capital humano y potencial las personas fomentarían un crecimiento económico sostenible, duradero e inclusivo.

Por ejemplo: Construir un proyecto "y no un programita" a través de un marco de reformas estructurales dirigidas a:

- el desarrollo de sistemas integrados y la simplificación de los procedimientos para vincular los diversas entidades, con el fin de permitir a las personas en situación de desventaja acceder más fácilmente a los servicios;

- implementación de políticas sociales de forma complementaria y cooperativa respecto a la acción pública;

- el fortalecimiento de las inversiones en capital humano, mejorando las condiciones de vida de ciudadanos desde la infancia. Apostar a una educación fuerte y responsable, dejando ya de hablar de una educación de calidad, "la educación es calidad, sino no sería educación.

- empoderar a todos los interlocutores sociales en la construcción de respuestas más cercanas y, por lo tanto, más adecuado a las necesidades de los territorios.

- la aplicación de la condicionalidad y la activación como parte integrante de las medidas de inclusión, según las posibilidades y capacidades de cada uno. Respetando la originalidad individual.

Esta nueva estructura de los sistemas de bienestar prevé, por tanto, la puesta en marcha de intervenciones que promuevan la cohesión y la inclusión social a través de la activación y mejora de recursos individuales, para que las personas, participando en la vida económica y social, puedan ser capaz de responder personalmente a los nuevos riesgos sociales.

Al describir las características y propósitos de la cohesión social y de la inclusión y al esbozar la relación entre cohesión e inclusión es necesario, finalmente, mencionar el debate dentro del cual se inserta el concepto. Las principales críticas dirigidas al uso cada vez más generalizado de la idea de cohesión social y de la inclusión se refieren a la definición a veces imprecisa del concepto y a una serie de cuestiones que deben ser tematizadas y resueltas, como el papel del Estado en relación con una progresiva ampliación de la intervención de entidades privadas y administraciones locales, la relación nada menos que lineal entre cohesión y crecimiento económico, así como entre cohesión y conflicto social.

Una última cuestión abierta, además, es la de la relación entre cohesión e igualdad.

Según varios autores, en efecto, la cohesión real -y no sólo formal- es alcanzable únicamente a través de una reducción neta de las desigualdades socioeconómicas. Ahí por lo tanto, la realización de una comunidad de intenciones no puede separarse del logro de una igualdad sustancial entre las distintas posiciones sociales y las condiciones materiales de vida de las personas (Dubet 2010).

Referencias bibliográficas

Andreotti, A., Mingione, E. y Polizzi, E. (2012), Sistemas locales de bienestar: un desafío para la

cohesión, Estudios urbanos, 49 (9), 1925-1940.

Canevaro, Andrea, Pedagogía Speciale dell'Integrazione, La Nuova Italia,Erickson, Trento, 2000

Chade, José; A Casa con Sostegno, Franco Angeli, Milano,2003,

Consejo de Europa (2004), Estrategia revisada para la cohesión social, Estrasburgo.

Dubet, F. (2010), Integración, cohesión y desigualdades sociales, Estado y mercado, 30.1, 33-58.

Comisión Europea (2013), Hacia la Inversión Social para el Crecimiento y la Cohesión, Bruselas.

Forrest, R. y Kearns, A. (2001), Cohesión social, capital social y barrio, Urban estudios, 38 (12), 2125-2143.

Hemerijck, A. (cur.) (2017), Los usos de la inversión social, Oxford University Press, Oxford.

Jenson J. (1998), Mapeo de la cohesión social: el estado de la investigación canadiense, Política canadiense Red de Investigación, Ottawa.

Parsons, T. (1962), La estructura de la acción social, Il Mulino, Bolonia. [y. o.] (1937), Estructura de Acción Social, McGraw Hill, Nueva York.

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