Orquín ocupará un lugar destacado en la historia de Mendoza
Alejandro Salomón, que integrara el gabinete de Justicia y Seguridad de Leopoldo Orquín, lo recuerda y despide.
En diciembre de 1999 la Unión Cívica Radical había ganaba las elecciones en Mendoza y se disponía a formar gobierno. El nuevo gobernador, Roberto Iglesias, anunciaba quienes serían sus ministros colaboradores. Un equipo de destacados dirigentes, proveniente de los distintos sectores internos del partido centenario, conformaría el nuevo gabinete. Entre ellos figuraba un dirigente con una basta trayectoria en el cargo de ministro de Justicia y Seguridad de la Provincia. Su currículum acreditaba funciones en el gobierno nacional durante la presidencia de Frondizi, Intendente de Guaymallén en el restablecimiento de la democracia, diputado nacional y diputado y senador de la Provincia entre otros cargos.
Transitaba un momento destacado de su carrera, formaba parte de la comisión redactora del nuevo Código Procesal Penal. No era cualquier momento, ni cualquier tema. Ese nuevo Código formaba parte de un acuerdo que la provincia se dio en materia de seguridad. Un acuerdo que permitió sentar en una misma mesa y trabajar en forma conjunta al partido gobernante saliente: el Justicialismo; al partido político entrante: la UCR; y al Partido Demócrata, muy influyente por aquellos años. Eran tiempos de la "política de estado", era la época en que los hombres políticos alcanzaban y lograban grandes consensos, los necesarios para mejorarle la vida a la gente.
Si él hubiera especulado con un transitar más tranquilo debería haber rechazado el ofrecimiento. Aún le quedaban dos años como Senador. Pero no era hombre de amainar frente a los desafíos, todo lo contrario. Era quizás el peor momento: desaparecidos en democracia, aumento exponencial del delito, revuelta policial, penitenciaría en crisis, y reforma judicial en agenda no lo frenaron a asumir la responsabilidad. El desafío de la situación no era para cualquiera. Después vendría el motín Vendimia, la mafia policial y la crisis del 2001 entre otras muchas plagas. Pero solo un gran líder como Leopoldo Orquín podía asumir semejante responsabilidad y llevar ese Ministerio y en ese contexto a buen puerto.
La política mendocina despide a Leopoldo Orquín
Convocó para que los acompañaran a un grupo mayoritariamente de jóvenes, la mayoría de nosotros inexpertos en aquellos años, y que solo una personalidad como la de él podía hacer funcionar al equipo. Lejos de aquello de generar intrigas entre sus propios funcionarios para reinar, él logró armar y consolidar aquel grupo que lo acompañó toda la gestión.
Después de tantos años, en aquel viejo grupo nos seguimos preguntando ¿cómo lo hizo? De cada crisis salimos más fortalecidos, frente a las más duras adversidades tomábamos más coraje, cuando nos sentíamos realmente agobiados, al punto de no poder seguir, él aparecía y nos daba el impulso que necesitábamos. ¿Cómo hizo para que durante cuatro largos años tuviéramos una vida a tiempo completo dedicada a nuestras extenuantes tareas, y encima lo disfrutábamos con pasión? Solo Leopoldo Orquín lo podía lograr, él era el líder del equipo.
Han pasado muchos años. Cada uno de aquel equipo tomó caminos diferentes, pero solo él podía lograrlo nuevamente. De tanto en tanto y hasta estos días, nos volviéramos a sentar todos en su casa, la misma mesa, a disfrutar sus charlas y las enseñanzas que nunca faltaron.
Orquín: Íntegro, criterioso y conciliador
Seguro que Leopoldo Orquín tendrá un lugar destacado en la historia de nuestra provincia. Sería muy justo que así fuera. Pero más allá de ese lugar, él ya trascendió. Lo ha hecho en cada uno de nosotros, en nuestras memorias, en nuestros recuerdos. Está y seguirá estando en nuestras historias y anécdotas. Pero también ha trascendido en la memoria de todos aquellos mendocinos que lo recuerdan, y que hoy nos siguen preguntando "cómo anda el Doctor". Se lo va a extrañar.