Sin calidad institucional no hay democracia

La periodista y docente Norma Abdo aborda las actuales circunstancias con los nombramientos en la Corte.

Norma Abdo
Periodista y docente

Los pliegos de Ariel Lijo (a quien Milei calificó como experto en ciberdelito) y de Manuel García Mansilla, habían sido enviados a mediados del año pasado al Senado, con idas y vueltas, sin que fueran tratados en el recinto. El presidente, muy adicto a gobernar por decreto desde que asumió, con esta excusa, los nombró a través de esta forma olvidando además que el decreto 222/03 en el que incluye, además de otras condiciones como idoneidad técnica y jurídica, compromiso con la defensa de derechos humanos y valores democráticos, tener en cuenta la diversidad de género. Cosa esta última que ha sido obviada y no por falta de mujeres con capacidad jurídica.

En la madrugada del miércoles 26 de febrero se publicó en el Boletín oficial el decreto ratificando el nombramiento de Ariel Lijo y de Manuel García Mansilla en el cargo de jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación "en comisión" hasta finalizar el período legislativo 2025, argumentando necesidad de la normalización en el funcionamiento del tribunal judicial. El artículo 99 de la Constitución Nacional reza que el presidente de la Nación "nombra a los magistrados de la Corte con acuerdo del Senado por dos tercios de sus miembros presentes, en sesión pública, convocada al efecto".

Si bien en el inciso tercero dispone que el PEN, "no podrá en ningún caso bajo pena de nulidad absoluta e insanable, emitir disposiciones legislativas", constitucionalmente el jefe de Estado puede intervenir legislativamente a través de los DNU, sólo en situaciones de emergencia.

Con gran desprolijidad, la Corte tomó juramento a García-Mansilla

En el caso que nos ocupa no fue a través de un DNU que nombró a Lijo y García Mansilla, sino a través de un decreto, fundamentando la decisión en que el Senado no había tratado los pliegos enviados en mayo de 2024 y que no se había avanzado su tratamiento ni en sesiones ordinarias ni extraordinarias y que el nombramiento es "en comisión". Oportunidad u oportunismo ya que el Congreso finalizaba las extraordinarias, ya que faltaban sólo cuatro días para la inauguración de un nuevo período legislativo toda vez que la Carta Magna habilita al presidente a hacer estas designaciones "en comisión" sólo cuando no está funcionando el Congreso. Y en casos de emergencia. De lo contrario estas decisiones le quitan independencia a La legitimación.

Por su parte, sorpresivamente, los miembros de la Corte- tomaron hoy juramento a García Mansilla para la integración del Cuerpo, con la presidencia de Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti. Tan rápida fue la decisión, que lo hizo en soledad, sin el acompañamiento ni siquiera de sus familiares. (Sería muy bueno para la salud de la justicia que todo lo hicieran con tanta premura). ¿Para dar muestras de conformidad con Milei, que quiere tener su presencia, incluido Lijo, durante la Asamblea Legislativa del sábado? Esto, más allá que Ariel Lijo deberá esperar hasta el próximo jueves, en primer lugar, si le otorgan la licencia extraordinaria pedida y ya concedida por la Cámara Federal, y la posterior jura.

El interrogante es si Milei logrará su objetivo con respecto a este juez federal cuestionado en casi una treintena de causas, que cuenta con acusaciones de la Asociación que nuclea a los jueces federales ante el Consejo de la Magistratura. Y también lo es cuál será la actitud del Senado una vez en sesiones ordinarias.

Los abogados de Mendoza no acordaron una opinión propia sobre Lijo y copiaron la de otros

Seguramente los operadores del gobierno, con Santiago Caputo a la cabeza, seguirán tejiendo las negociaciones y también la búsqueda hacia las legislativas de este año, con Karina Milei en primer plano, para incrementar la hoy magra representación en las bancas. Porque lo que criticaron de otros gobiernos, lo están repitiendo: lucha de poder para tener quórum propio en el Congreso y gobernar sin piedras en los zapatos.

También habrá que ver en este segundo año de gestión, en este sube y baja presidencial, cómo seguirá en sus posiciones en péndulo en cuanto a la política internacional, porque un día recibe al presidente de Ucrania (hoy sigue siéndolo a pesar de haber concluido su mandato) y al otro, alineándose con su amigo Donald Trump, vira hacia Rusia. Y también qué pasará con el tobogán de funcionarios que suben y bajan rápidamente. Aunque hay excepciones como Santiago Caputo que como en todo gobierno, se convierte en la sombra ejecutora de las políticas y decisiones. La sociedad argentina también tiene vaivenes en cuanto al apoyo a los gobernantes según sean sus acciones. Y a no dudar que el escándalo de la criptomoneda $Libra tuvo y tiene gran impacto en la opinión pública. Pero Caputo sigue en su puesto. El presidente no es cualquier ciudadano y por lo tanto sus acciones, para quien se jacta de luchar contra la corrupción, puede resultar peligrosas. Por aquello que no pierde vigencia, que no sólo hay que serlo sino también parecerlo, en aras de la institucionalidad.

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