Mendoza, una isla: ¿fortaleza o debilidad?

El dirigente Mauricio Badaloni propone en esta nota una alianza estratégica con Neuquén y sugiere que la idea extendida de que "Mendoza es una isla", no siempre termina siendo bueno.

Mauricio Badaloni

Es algo común para quienes no viven en Mendoza, y nos visitan o cuando hablamos con ellos, valoren características especiales de nuestra provincia. Cuántas veces escuchamos la frase "... ustedes viven en una isla..., son una provincia privilegiada...". Lo cierto es que nosotros mismos, nos jactamos de pertenecer a una provincia distinta, mejor, pujante, sólida institucionalmente, solo por nombrar algunos conceptos que nos describen.

La semana pasada estuve en Neuquén, en la Expo Oil & GAS (el evento sobre la industria del petróleo más grande que se hace en Argentina). Allí, me encontré con varios mendocinos vinculados a esta actividad, que trabajan con sus emprendimientos en Neuquén y Río Negro. Algunos, haciendo viajes regularmente desde Mendoza y padeciendo las pésimas rutas y caminos. Otros que pudieron abrir bases de operaciones en estas provincias y ven como sus sucursales crecen a mayor velocidad que las casas matrices. Y también algunos que decidieron emigrar de Mendoza.

La agenda en la Expo incluía encuentros con funcionarios del Gobierno local, vinculados a economía, producción e hidrocarburos. En una reunión, mientras nos presentaban las herramientas y facilidades que ofrece el Gobierno de Neuquén para captar inversiones, se me ocurrió preguntar si existía una agenda de trabajo compartida entre los Ministerios de Economía de su gobierno y el nuestro; o si se había hecho alguna reunión o encuentro en los últimos años entre representantes de ambos gobiernos, o al menos desde que Vaca Muerta comenzó su actividad. Me miró raro, y sentí que había hecho una pregunta absurda o fuera de lugar. Obviamente que la respuesta fue negativa. Al menos él no recordaba nada al respecto, en temas vinculados al petróleo, o economía regional.

Pensemos lo siguiente: la cuenca petrolera denominada "neuquina" que contiene la formación de Vaca Muerta, la compartimos con la provincia de Neuquén. Es cierto que en una proporción menor, ya que el gran potencial de la cuenca está en la provincia vecina. Esto le dio la posibilidad de desarrollarse históricamente como una provincia netamente petrolera, potenciando exponencialmente sus posibilidades a partir de Vaca Muerta.

Nosotros, en Mendoza, tenemos "activos" o recursos petroleros de esa misma cuenca (la neuquina), que incluyen la formación de Vaca Muerta y están principalmente al sur de Malargüe, al límite con Neuquén. Los mendocinos en general, pensamos que en algún momento "nuestra" Vaca Muerta se despertará de su letargo, comenzará a producir y tendremos una ventana de crecimiento económico. Tenemos que saber, que a la fecha, en materia de obras de infraestructura imprescindibles, como rutas, puentes, caminos, áreas para logística y operaciones que necesitan las compañías petroleras, o las prestadores de servicios, solo tenemos proyectos, ideas y buenas intenciones. Eso sí, seguramente plasmadas en algún PowerPoint bien realizado, siempre oportuno para explicar lo que algún día haremos. ¿Cuánto hace que explotamos yacimientos de petróleo en Malargüe? ¿Cuántos años hace que sabemos de Vaca Muerta y su potencial? ¿Cuántas veces hemos escuchado del Polo Pata Mora? ¿Realmente hemos hecho todo lo necesario para aprovechar estos recursos y desarrollarlos al máximo desde Mendoza?

Mientras tanto, lo poco o mucho que en el extremo sur de Mendoza se realiza en materia petrolera, se hace en su inmensa mayoría, con mano de obra neuquina, con empresas que operan y pagan impuestos en Neuquén, y son bajísimas las posibilidades para que sus inversiones impacten en materia de consumo, abastecimiento o demanda de servicios en Malargüe. Esto pasa, porque en las condiciones actuales no es rentable, ni conveniente radicar operaciones en nuestra provincia para extraer recursos que -paradójicamente- están en Mendoza. Es más simple hacerlo desde Neuquén. Resolver este problema requiere sin dudas que como mendocinos hagamos de una vez por todas nuestra parte.

Pero podemos también ir un paso más allá. ¿Por qué no es posible establecer un diálogo que formule una agenda entre provincias vecinas para abordar un tema como el desarrollo de los hidrocarburos? Donde ambos Estados puedan aportar y complementarse con todo su potencial, y contribuir a una mirada de desarrollo de región, sobre un factor común que son los recursos energéticos. Una agenda que sobre las bases de la institucionalidad que aportan dos gobiernos, el sector privado a través de sus cámaras empresarias, empresas y trabajadores, puedan establecer también sus agendas y consolidar políticas de trabajo que favorezcan esta actividad. No tengo dudas que, si juntamos en una mesa especialistas de cada provincia en este tema, surgirían varias iniciativas de mutua conveniencia, donde todos tenemos oportunidades por aprovechar.

Quedarnos con la tranquilidad de que somos "una isla en el país", no necesariamente es una posición de privilegio o de fortaleza. Mendoza se empobrece. En cambio, si tendemos puentes, si abrimos el juego, y nos animamos a innovar, a trabajar en 360º como lo hace el mundo moderno, sin dudas calibraremos mejor nuestras decisiones, y generaremos oportunidades gestadas en el diálogo intersectorial, donde las partes en una misma agenda explicitan sus intereses.

Después de todo, no nos olvidemos que "Vaca Muerta", no entiende de límites provinciales, ella está allí desde la era jurásica, al menos desde hace unos 150 millones de años.

EL AUTOR. Mauricio Badaloni. Director de Andesmar y Fundación Andesmar. Secretario General de la Unión Industrial de Mendoza. Miembro de la Mesa de la Producción y el Empleo. Tw: @MauriBadaloni.

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