El presidente Milei tiene razón

"Al presidente quizás por eso no le gusta la educación pública, porque en ella se debate, se contraponen ideas, se discute. Es cierto que se adoctrina, de hecho, yo soy producto de la educación y la universidad pública argentina y a mí me adoctrinaron... y yo me dejé adoctrinar". La opinión de Eduardo Rivas.

Eduardo Rivas

El presidente Milei tiene razón, el 23 de abril fue un día glorioso para la revelación... y para la ‘rebelación', si existiese el término, porque la enorme mayoría de argentinos que se rebeló ante el accionar gubernamental y nutrió la multitudinaria marcha a Plaza Mayo y muchas otras plazas del país reveló que no está dispuesta a que se avance contra la educación pública y, en especial, contra la Universidad Pública.

Dijo el Presidente ‘Quien quiera oís (ver) que oiga (vea)...' y la pregunta es si el propio Presidente ve y oye lo que ocurre en el país. Cierto es que triunfó con una amplia mayoría, con las características propias de dicha elección, pero eso no es un cheque en blanco para hacer lo que se le ocurra. Miles y miles de personas se lo dijimos en las calles.


Y la crítica es que ‘es una marcha política'. Sí, claro, es obvio que es una marcha política. Todo lo que hacemos en todo momento es político. Es político el decidir caminar, andar en bici o tomar un taxi. Es político comprar en un almacén o en un supermercado. Todo cuanto hacemos es político. ¿Cómo no va a ser político pelear por la educación pública?

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El problema es que en su reduccionismo, el Presidente cree que todo quienes marchamos estamos en su contra, grupo que él reduce en ‘zurdos', cargando de consonancia negativa y peyorativa al concepto. Sí, somos zurdos pero no lloramos, luchamos. Creemos en la educación pública y la defendemos. Pero en su concepción siempre tiene que imponer su idea por sobre cualquier otra. Lejos del acuerdo, lejos del consenso. A partir de la imposición es sumamente compleja la construcción de un país. A partir de la defección también, porque varios dirigentes de la oposición que quisieron mostrarse comprometidos en la marcha cuando al otro día había que sesionar para llevar esas ideas a leyes, no asumieron su responsabilidad, entre ellos muchos representantes de la Unión Cívica Radical, que hace de la defensa de la educación pública una bandera, pero no da el debate para garantizarla.

Al presidente quizás por eso no le gusta la educación pública, porque en ella se debate, se contraponen ideas, se discute. Es cierto que se adoctrina, de hecho, yo soy producto de la educación y la universidad pública argentina y a mí me adoctrinaron... y yo me dejé adoctrinar.

Y asumí como propias ideas como disenso, como complementariedad, como acuerdo. Porque la construcción de un país no se hace a partir de la imposición de una idea, aunque se haya triunfado en una elección. La construcción de un país se hace a partir de la suma de muchas voces.

Tiene razón el presidente Milei, el 23A fue un día glorioso para el principio de revelación, ojalá se le haya revelado la verdad de lo que quiere una enorme porción del pueblo argentino.

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