Un rescate que le dio a Milei otra vida para seguir en el juego
La intervención, justo a tiempo, del gobierno de Estado Unidos contribuyó a cambiar en forma radical las expectativas económicas y políticas. Escribe Rodolfo Cavagnaro.
El miércoles los actores económicos calculaban que al Tesoro solo le quedaban US$250 millones de los US$ 2300 millones que había conseguido comprar de las liquidaciones de los exportadores de cereales. La situación era crítica y por eso todos especulaban que, aunque el gobierno no quisiera, el destino era una mega devaluación y por eso todos querían asegurarse la mayor tenencia de divisas posibles.
El ministro Caputo seguía en Estados Unidos negociando y el Banco Central se aprestaba a tener que intervenir porque el valor del dólar en la franja mayorista estaba a punto de llegar al techo de la banda de flotación.
Fue en la mañana del jueves cuando el secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent, anunciaba a través de la red social X que le había otorgado a la Argentina un swap (intercambio de divisas) por US$20.000 millones. Después confirmaba que, con el concurso de algunas entidades bancarias, había vendido dólares y comprado pesos en nuestro mercado, argumentando una situación de aguda iliquidez, pero no de solvencia.
Si bien no hay datos precisos, algunos operadores calculan que las compras por cuenta del Tesoro fueron unos US$250 millones, operadas por los bancos Santander, Citi y JPMorgan. Si bien el volumen no era muy grande los operadores advirtieron algo: ya no tendrían que pelear con el débil gobierno argentino sino con Donal Trump, y "con ese tipo no se jode" dijo claramente un operador.
Lo real es que el gobierno de EEUU hizo lo contrario a lo que hacen los argentinos. En nuestro país la gente retira plazos fijos para comprar dólares. Ellos vendieron dólares y con los pesos hicieron plazos fijos. "Compramos baratos y vendemos caro" dijo el funcionario norteamericano, explicando que no era un préstamo ni un favor. No obstante, el gobierno de Trump enfrenta un duro enfrentamiento con la oposición demócrata, que quiere prohibirle al mandatario este tipo de entregas de dinero de los contribuyentes.
Datos detrás del salvataje
Esta operación, que ya había sido anunciada unos 20 días atrás, no se esperaba que se concretara ahora sino después de las elecciones, como había dicho en su momento Bessent. Pero la aceleración de la corrida motivó la aceleración de los tiempos y los anuncios y las acciones llegaron en momento justo.
Pero, además, los anuncios de secretario del Tesoro incluyeron una conformidad con el manejo de Argentina del sistema de bandas cambiarias. Esta fue una de las razones más importantes para que bajara el dólar y subieran muy fuerte los bonos argentinos, tanto que el riesgo país bajó más de 100 puntos en una jornada, cerrando a 902 pb, mientras las acciones argentinas en New York subieron 27% en un día.
De alguna manera, la declaración del funcionario estadounidense da por tierra con dos especulaciones: la primera, la posibilidad de una dolarización, que fue descartada, incluso, por personas muy allegadas que conocen los detalles de la operación y saben que el swap se hará efectivo, pero en tramos y no habría stock suficiente para dolarizar.
La segunda especulación es que el gobierno debería devaluar o liberar el tipo de cambio después de las elecciones. Y aquí aparecen dudas porque, si bien el discurso original de Bessent le pedía a la Argentina mayor flexibilidad el tipo de cambio, lo mismo que hacía Georgieva, directora Gerente del FMI, en el nuevo discurso se habla de las bondades del sistema de bandas, lo cual implicaría que no tendría apuro por salir, sobre todo con el apoyo del amigo.
También va a depender mucho del resultado electoral. Si el gobierno consigue llegar cerca de un tercio de la Cámara de Diputados, con el auxilio de aliados, podría neutralizar cualquier intento de un juicio político, que es lo que los kirchneristas están preparando. Además, el gobierno debe afrontar para fin de mes un vencimiento de bonos dólar linked y no quiere que el dólar se le vaya. Además, vienen las liquidaciones de fin de mes del dólar futuro y el gobierno quiere llegar con el menor valor posible de la divisa.
Milei consiguió descomprimir esta semana el tema de Espert, que lo había complicado y, parecería, no le habría hecho mucho daño y posteriormente la ayuda justa de su amigo Trump. Estas cosas le habrían hecho ganar una vida extra, no para rifarla sino para aprovecharla y seguir en el juego.
De hecho, una de las primeras exigencias que le hicieron desde las cercanías con Donald Trump fue la de conseguir recrear acuerdos políticos que garanticen la gobernabilidad. De alguna manera, las conversaciones con gobernadores dieron algún resultado, a la luz del giro que tuvo el tratamiento de la ley de los DNU. También el diálogo retomado con Mauricio Macri ha sido bien visto, como parte del cumplimiento de esas demandas.
Solo queda una duda acerca de unas declaraciones de Bessent diciendo que Milei se había comprometido a sacar a China de la Argentina. Una declaración muy "trumpiana". El viernes, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, afirmó que no tiene sentido esa demanda de sacar a China. Realmente no hay muchas formas porque hay contratos firmados por Cristina Kirchner que comprometen bastante a la Argentina.
Esperando los nuevos índices de precios
La semana próxima se conocerán los índices de pecios del mes de septiembre y nuevamente vienen las especulaciones. El consenso de los economistas y Consultoras están calculando un índice de 2,1%, por algún efecto generado por la suba del dólar, aunque algunos estudios indican que no hubo un traspaso directo de la devaluación a los precios.
Salvo rubros muy puntuales, donde los empresarios son lapidarios para aplicar aumentos, como los aceiteros o los harineros, dado que sus productos siempre tienen precios internacionales, el resto no mostró la misma tendencia y tuvieron que atenerse al problema de la pérdida de poder adquisitivo de los salarios.
Según registros previos, los mayores aumentos se habrían registrado en alimentos y bebidas no alcohólicas y es posible que hubiese algún movimiento en productos estacionales. Para octubre, el panorama se presenta similar, pero las consultoras, por las mismas razones argumentadas para septiembre, piensan que octubre dará un índice similar. El consenso es que el año terminará con 29,5% de inflación, que es muy bueno, viendo de dónde venimos, aunque sigue siendo altísima.