Una semana de papelones, mientras daban lástima mendigando
La pobre imagen del presidente y el ministro de economía pidiendo dólares, sumado a la grosera maniobra del INDEC para postergar fechas, generaron más daño del que esperaban. El análisis económico político de Rodolfo Cavagnaro.
Que a la economía le faltan dólares es un secreto a voces, pero ese secreto comienza a preocupar a los operadores cuando se aprecian gestos ampulosos de parte de los funcionarios. En algunos casos reforzando cada vez más le cepo y en otros saliendo a pedir apoyos de organismos internacionales, con todo tipo de argumentos. Gestiones ante EE.UU., China y Brasil que solo dejaron promesas. Todo el mundo sabe cómo está la Argentina y que no puede pagar ninguna deuda si no hace las correcciones que debe.
Después de la corrida de las últimas dos semanas, parece que las medidas monetarias adoptadas por el BCRA, al subir la tasa de plazos fijos de 81% a 91%, con la consiguiente corrida hacia las tasas de las Leliq y los bonos del Tesoro, sumado a las operaciones en el mercado de futuros, habrían dado un poco de calma, aunque no son la solución el problema. Por lo menos trajo algo de tranquilidad, pero el dólar se quedó arriba de $460 despidiéndose para siempre de su anterior piso de $380.
Por ahora el problema se refleja en la inflación. Los índices de abril, probablemente puedan llegar al 8% y el Gobierno ya está tomando previsiones para no alcance al 10%. Los aumentos de tarifas de últimos días, tanto para gas como para electricidad, tiene por objeto ir eliminando subsidios económicos, aunque pueda tener una traslación a pesos, pero bajando fuerte el gasto público.
La corrida del dólar acelera la suba de la inflación
Todas estas decisiones tienden a mostrarle al FMI que se están cumpliendo los compromisos asumidos, aunque restan dos muy importantes: acelerar la tasa de devaluación del dólar oficial y llegara la unificación del tipo de cambio, para eliminar la cantidad de paridades distorsivas existentes. Y es aquí donde el frente político del oficialismo pone los mayores reparos, máxime que estamos en un año electoral, donde el panorama no se les presenta positivo.
Por ahora la decisión del Gobierno es tratar de mantener a raya al índice de precios en su nuevo piso y mantener una tasa devaluatoria del tipo de cambio oficial bastante cercana a la inflación (6,5%). Esto nos deja un piso de inflación del 125% y un piso de devaluación de dólar oficial del 113%.
El BCRA, para contener al blue, estuvo vendiendo dólares en los mercados de futuro a valores de $354 en la posición de agosto, según reveló el economista Salvador Distéfano. Si hoy el precio del dólar oficial es de $226, nos está anticipando una tasa de devaluación del 57% hasta agosto, pero una tasa anual del 157%. Si esta es la expectativa para el dólar oficial, no te asustes si alguien pronostica un valor de $1000 pesos para el blue a fin de año.
De todos modos, el Gobierno volverá a tener aliadas a las carnes. La vacuna se mantiene estable después del salto que dio en enero, aunque los problemas serán para más adelante. En realidad, no llovió lo suficiente en los campos de invernada y esto lleva a seguir liquidando stock. De la misma manera, y por efecto de la baja de los precios de los granos a nivel internacional, está bajando el precio del cerdo y se anuncia una baja muy importante para el precio del pollo. Así, estos integrantes muy sensibles del rubro alimentos pueden llegar a conseguir que el índice no suba tanto.
El ministro Massa está esperanzado de que el FMI le mande los 10.600 millones de dólares que corresponderían a un desembolso normal más otro extraordinario para cubrir la pérdida de reservas por la sequía. Pero será difícil, porque los técnicos están pidiendo más rigor para bajar el gasto, más velocidad en actualizar el dólar oficial y velocidad para unificar el mercado de divisas. El periplo que hicieron en Estados Unidos, en el Fondo, en reuniones con China y ahora con Brasil mostraron al presidente y el ministro dando una penosa imagen donde todos los abrazaron, pero no les dieron nada más que apoyo moral.
La tasa en EE.UU. sigue subiendo y nos complica
Esta semana la Reserva Federal de EE.UU. decidió subir la tasa de referencia 10 años de 5 a 5,25%, lo que es nivel más alto desde 2007. Esta no sería la última suba, aunque se espera otra subida suave de otro 0,25 para octubre. La economía se mantiene firme y también la inflación, que, aunque bajó, se mantiene 5,5%, muy por encima del objetivo de la Fed de tenerla en el 2% anual. Los indicadores más importantes siguen mostrando datos positivos, como el del desempleo, que en el último mes mostró una tasa de 3,5%, que a los fines estadísticos es considerado como pleno empleo.
Para Argentina es un problema porque la suba de costos aleja cualquier posibilidad para las empresas argentinas, aunque también hace esperar que afecte los mercados de materias primas. La suba de dólar hace que se acomoden a la baja los valores de las commodities. Estamos viendo una caída del precio del petróleo (aunque esta vez no se ve en nuestros surtidores porque los precios locales están muy retrasados). También sufren estas consecuencias maíz y soja y los productores que consiguieron cosechar algo esperan para vender a que mejores los precios.
Argentina no puede esperar otra cosa, dado el nivel de Riesgo País que tiene y los mercados nos van perdiendo confianza hasta como proveedores. El atraso cambiario hace que no podamos vender, que hayamos perdido segmentos masivos y, salvo las materias primas, los demás negocios se tienen que readaptar, cosa que no muchas empresas pueden hacer. Tanto es así con el dólar agro a $300 se calcula no se ha liquidado más de us$50 millones provenientes de las economías regionales.
El papelón del INDEC
Otro acto fallido de este Gobierno fue el anuncio a mitad de semana del INDEC informando que postergaría la publicación de varios índices muy esperados, entre ellos el Índice de Precios al Consumidor (IPC). El argumento era que las fechas previstas eran viernes previos a actos electorales que se desarrollarían en varias provincias y que la publicación violaría la veda electoral.
Realmente un argumento muy burdo ya que la veda es para actos de propaganda política y eso no incluye la publicación de datos estadísticos que son oficiales y son de toda la población. Más allá de las excusas y la posterior retractación, quedó claro que había sido una torpe maniobra donde quedó comprometido el titular del INDEC, Marco Lavagna, pero que tenía como ideólogo al ministro Massa.
Torpemente, (el hijo de) Lavagna admite, en nombre de Massa, el fracaso del Gobierno
No sería descabellado pensar que el ministro quería quedar bien con los gobernadores amigos postergando datos, que sabe serán malos, para que no se perjudiquen sus amigos, como si la población fuera tonta y no se dieran cuenta de la forma en que se aceleró la inflación en el último mes. La apuesta del ministro sería en cara a su campaña presidencial, tratando de contar con el apoyo de los gobernadores.
La reacción rápida de opositores y la prensa, sumado a entidades de la sociedad civil obligaron a Lavagna a dar marcha atrás y mantener las fechas originales, pero el acto fallido, por lo burdo, fue mucho más perjudicial para el gobierno que el índice mismo, que ya se descontaba. Siete días para el olvido, entre la imagen lastimosa de menesterosos hasta la maniobra burda de pícaro de la antigüedad, pasó una semana que los funcionarios querrían borrar del almanaque.