Inclusión educativa y social: entre la pobreza y la discriminación

Tras la columna de Isabel Bohorquez del domingo en Memo, el profesor José Jorge Chade abunda sobre el concepto de inclusión abordado en aquella nota.

José Jorge Chade
Presidente de la Fundación Bologna Mendoza

Una definición para expresar un concepto muy simple: todas las personas deben tener garantizados los mismos derechos.

No hay que confundir inclusión con discapacidad.

El proceso de inclusión es por definición un camino largo y un proceso. Y sin embargo, por lejano que parezca, significa definir una meta hacia la cual tenemos que ir - la participación plena de todos y el crecimiento ilimitado de las enseñanzas - el aprendizaje - nos permite orientarnos, establecer un punto de referencia para la planificación y la acción. Aquí podemos poner en valor el libro de Booth y Ainscow Index for Inclusion (Indice para la Inclusión) que, a nuestro juicio, también reside en esa capacidad de creer en el futuro. Invertir en el futuro de la educación parece haberse convertido en la actualidad, en una operación muy difícil: hablar de ello muchas veces corre el riesgo de ser acusados de visionarios, de ser considerados ingenuos, o viceversa, ingenuos partidarios de alguna utopía. En realidad, el verdadero riesgo actual para el desarrollo de los niños y su educación no sería ser soñadores, sino el cinismo, la indiferencia, la incapacidad de levantar la cabeza para mirar el horizonte. Desde este punto de vista, el Índice para la Inclusión es un libro profundamente optimista, que cree en el rigor y la participación como herramientas a través de las cuales hoy en día es posible lograr un mejor camino de crecimiento para los niños, y en esa dirección nos ofrece un camino por donde ponerse en marcha. Ahora, me pregunto: ¿se conoce el Index for Inclusion? ¿Cuántos lo han consultado? ¿Maestros, profesores, dirigentes, ministros?  

Isabel Bohorquez ¿Mérito o inclusión?

Es un documento que se está utilizando en toda Norteamérica, Europa y Australia, no se precisamente en América del Sur.

¿En Argentina se conoce, se utiliza, se aplica? Se trata de un documento muy importante de ayuda y sostén para educadores y sociedad toda.

Inclusión social: entre la pobreza y la discriminación

Una medalla siempre tiene dos caras. En este caso, sobre los primeros hay discriminación, tanto en los países del norte como en los del sur del mundo. Por otro lado está la inclusión social. Cuya definición se balancea siempre entre la pobreza y la negación de derechos.

El significado de la palabra

La palabra "inclusión" significa literalmente el acto de incluir un elemento dentro de un grupo o conjunto. Es una palabra utilizada en varios campos, desde las matemáticas hasta la biología pasando por la retórica y algunos usos comunes (como, por ejemplo, "inclusión en una lista"). Cuando pasamos al ámbito social, la palabra "inclusión" adquiere un significado muy especial.

"Incluir no es integrar".

Entonces, ¿qué es la inclusión social?

La palabra inclusión ha estado mal utilizada, abusada, politizada, ecc. Dejando de lado su verdadero significado. En el ámbito social, inclusión significa pertenecer a algo, ya sea un grupo de personas o una institución, y sentirse acogido. Por lo tanto, es fácil entender de dónde deriva la necesidad de inclusión social: pueden existir diferencias entre los individuos debido a que una persona o grupo es "excluido" de la sociedad. La idea es entender lo que significa el respeto por el otro, y tal vez, aunque utópicamente, en el futuro no tengamos que usarla más.

Los motivos que pueden conducir a la exclusión social son diferentes:

carrera;

sexo;

cultura;

religión;

discapacidad.

Otros.

La discriminación por alguna de estas razones puede darse en el ámbito laboral (decisión de despedir/no contratar), político (se impide que un grupo de personas esté adecuadamente representado en los escenarios institucionales), social (no se reconocen derechos fundamentales y servicios necesarios para todo por razones discriminatorias). En esencia, la inclusión social tiene como objetivo eliminar cualquier forma de discriminación dentro de una sociedad, pero siempre con respeto a la diversidad.

Un problema que afecta a todos

La exclusión social no es un problema lejano. Según datos del Banco Mundial, la pobreza tampoco perdona a Europa. Donde el 24 por ciento de la población se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social. Las categorías de mayor riesgo son los niños, los mayores de 65 años y el nueve por ciento de las personas que tienen trabajo. Esto en Europa. En los países del hemisferio sur, la situación es aún más grave. Por ejemplo, en muchos países africanos y asiáticos las mujeres no tienen derecho a nada. Están excluidos de los lugares donde se toman las decisiones. No pueden trabajar ni poseer la tierra. A menudo, con demasiada frecuencia, sufren violencia psicológica y/o física. Para ellos, la realidad cotidiana está hecha de discriminación.

Inclusión en la escuela: ¿cuáles son los puntos clave? 

Una hermosa frase de Rousseau decía: "Para enseñar latín a Giovannino no basta con saber latín, hay que saber sobre todo Giovannino". Esta frase se aplica a todos los niños. Más aún, para niños que tienen desventajas. Por ello es importante que toda la clase y todo el equipo docente conozcan la situación concreta del niño. Suyo, como todos los demás niños de la clase. De hecho, solo conociendo al niño podemos actuar para promover una verdadera (y concreta) inclusión en la escuela.

Pero, ¿cuáles son los puntos clave que pueden permitir una inclusión real en la escuela?

1. Medio ambiente

Empecemos desde la base. Una escuela inclusiva es una escuela accesible para todos. Con una organización de espacios y materiales a la medida de cada niño del aula. Y también los tiempos. De hecho, todo niño tiene derecho a permanecer en la escuela como los demás compañeros de clase. Parece obvio, pero lamentablemente no lo es.

2. Maestros y profesores

Todo maestro, lo sabemos, tiene plena responsabilidad didáctica y educativa hacia todos los alumnos de su clase. Incluso este aspecto parece obvio de recordar, pero desafortunadamente no siempre es así.

3. Maestro de apoyo

El maestro de apoyo no es el maestro del niño. Es el maestro de toda la clase. Es, de hecho, un maestro especializado asignado a la clase del niño, no al niño mismo. El maestro de apoyo es un recurso invaluable capaz de responder a las necesidades educativas de la clase con un niño con discapacidad. Es de sostén a la clase y al maestro curricular. Hoy en día se habla mucho de la figura del profesor de apoyo. El sistema argentino y de muchos países, de hecho, es todavía demasiado incompleto en este aspecto. Desgraciadamente, la figura de apoyo no siempre está realmente preparada para desempeñar el complejo papel que tiene que afrontar. Y esto, desafortunadamente, corre el riesgo de eclipsar el trabajo de muchos maestros de apoyo que están preparados y atentos al bienestar de la clase y del niño.

4. La clase en sí

Parece obvio, pero es fundamental involucrar a la clase en el proceso de inclusión. ¿Como? Hablando con los niños. Con demasiada frecuencia falta este aspecto. Nos escondemos tras frases como "Los niños no ven las diferencias" o "Para los niños no hay nada extraño". No es cierto. Esto, quizás, esconde una dificultad que nosotros, como adultos, enfrentamos en ciertos temas. Explicar las diferencias individuales de cada uno es muy importante. Porque no es verdad que todos somos iguales. No debemos deshacer las diferencias. Al contrario, debemos valorarlos. Y solo así es posible promover una inclusión real en la escuela. Valorar las diferencias se transforma en un analizador de la situación general.

5. Proceso contínuo

Giovannino estará allí hoy. Después de Lucía y pasado mañana Marco. Todos estos son niños diferentes. Diferentes por la discapacidad que traen, pero también diferentes como niños. Sólo la formación continua puede apoyar la inclusión real en la escuela. Y proceso continuo también indica un seguimiento cuidadoso y continuo de cómo avanza el trabajo, sobre el progreso de la clase, sobre los objetivos alcanzados y sobre cómo alcanzar aquellos que aún están lejos. En suma, un reajuste continuo. Incluso cuestionando lo que se ha hecho hasta ahora. El maestro, el docente debe conocer para entender, a veces se juzga al maestro cuando al maestro no se le han dado los instrumentos necesarios para la tarea a realizar.

Inclusión en la escuela argentina: ¿cómo estamos?

No sé dónde estamos en Argentina en términos de inclusión. No siempre lo que veo me satisface plenamente. A veces realmente no me gusta. Otras veces, sin embargo, me sorprende la capacidad de una escuela para ser verdaderamente inclusiva. Creo que vamos por el buen camino, pero aún queda mucho por hacer. Desafortunadamente, parece que, con demasiada frecuencia, mucho depende del maestro individual o del equipo de trabajo, sobre todo por falta de conocimientos y...también de entrega a la profesión que realizan. Y esto es absolutamente inaceptable. Todo niño tiene derecho a ser incluido. Es por ello que el Estado debe activar una política educativa inclusiva, que no termine con cada periodo de gobierno sino que subsista y se afiance cada vez más.

Si leyeran y analizaran el Indice para la Inclusión, que indirectamente les estoy pidiendo que lean, ahí encontrarán como activar políticas, prácticas y cultura inclusiva.

Sólo así estaremos educando profesores, maestros, dirigentes y comunidad a una verdadera cultura de la inclusión educativa y social.

Hay mucho que hacer

Asumir el compromiso de promover la inclusión social y educativa significa hacer algo concreto para combatir el hambre y la pobreza. La ONU lo sabe bien. No en vano, el undécimo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible establece la necesidad de hacer las ciudades más habitables, seguras y sobre todo inclusivas. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible deben alcanzarse para 2030. Y todos podemos contribuir.

En Argentina y en el mundo, somos promotores de proyectos en apoyo a las comunidades más necesitadas, con programas enfocados en la lucha por los derechos fundamentales, la educación escolar y en apoyo a emergencias en zonas de alto riesgo. Su contribución a las Organizaciones, Fundaciones y Proyectos de Cooperación es necesaria para permitirnos alcanzar objetivos importantes en esta área.

EL AUTOR: José Jorge Chade. Fonoaudiólogo y Dr. en Ciencias de la Educación. Fundación Bologna Mendoza.

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