¿Querrán venderle las vacunas a la Argentina?

El exministro de Justicia y Seguridad Leopoldo Orquín, da cuenta de "señales horribles" que le está dando la Argentina al mundo.

Leopoldo Orquín

El mundo está sufriendo una gravísima pandemia que está enfermando a una parte importante de la población mundial y cobrando un gran número de víctimas fatales. Nuestro país, por supuesto, no podía ni puede permanecer ajeno a este drama y, aunque en un primer momento, parecía que nos iba a ir mejor, hoy por hoy, se han encendido todas las luces de alarma; la cuarentena que ya no es tal (porque lleva cien días) tiende a extenderse y la economía nacional está entrando en un pozo del que nadie sabe su profundidad ni cómo se sale de él.

Ante este triste panorama, nuestro gobierno nacional, que ha colocado al país en cesación de pagos porque hasta la fecha no ha logrado llegar a un acuerdo con los acreedores externos, insiste en alejarse del mundo hoy más globalizado que nunca, no solo económicamente, sino también debido a la pandemia.

La innecesaria e ideologizada decisión de intervenir y expropiar Vicentin no solo viola la Constitución Nacional y atenta contra el principio de división de poderes, sino que le hace asumir al Estado Nacional una deuda adicional, de USD$ 1.500.000.000 (que es lo que la empresa adeuda a sus acreedores).

La festejada cesación de actividades de LATAM, que se retira del país por las hostilidades que desde siempre ha sufrido del hoy oficialismo y de sus gremios aliados, deja 1.500 desempleados más y, para agravar más la situación, un grupo de inadaptados pide "apropiarse" de los aviones de la empresa, muchos de los cuales ni siquiera le pertenecen, a raíz de que son arrendados a empresas internacionales que se dedican a ello.

En resumen, el default, la expropiación de Vicentin y la cesación de LATAM son tres señales horribles que se envían al mundo globalizado y económicamente capitalista que desde EE.UU. hasta Rusia y China están tratando de conseguir la vacuna antivirus, que desde ya se anticipa que durante los primeros tiempos será insuficiente el número de unidades y nunca será gratuita.

En definitiva, nos estamos peleando con los capitales privados, que han invertido en fabricar la vacuna y, para más, estamos en cesación de pagos, por lo que no sabemos si tendremos dólares para comprarla.

Los más optimistas hablan que para octubre del corriente año se podrían fabricar mil millones de unidades, que por supuesto irán al hemisferio norte, que no solamente han pagado las investigaciones, sino que estarán por entrar en invierno.

Se supone que en abril del 2021 habrá mil millones de vacunas más y, allí comienza la competencia entre los países del hemisferio sur que necesitan comprar las vacunas.

No quiero ser pesimista y espero que prevalezca un criterio de justicia y proporcionalidad no obstante, también temo que la carencia de dólares y nuestro alejamiento del mundo capitalista y globalizado, no nos beneficie en esta carrera. De hecho, los diarios chilenos han informado que su gobierno ya ha iniciado gestiones comerciales con los eventuales fabricantes de dicha vacuna, para asegurarse un lugar de privilegio en la compra. No hay noticias hasta el momento que nuestro gobierno, entretenido en otras aventuras, esté haciendo lo propio.

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