El quiebre

Las analogías perfectas que encuentra el Dr. Eduardo Da Viá en la naturaleza para analizar la política: una forma más sutil que las peleas cotidianas irreconciliables.

Eduardo Da Viá

Con la palabra escrita me amaño bastante bien. Al menos logro expresar creo que con claridad, mis ideas dirigidas a mis lectores.

No así cuando necesito de la imagen como método de expresión por cuanto soy absolutamente carente de habilidad para dibujar o pintar; sin embargo aprendí desde hace muchos años a apelar a un recurso maravilloso que me brindó la tecnología: la fotografía.

Me refiero a la fotografía artesanal, no a la copia de internet; esa fotografía que es siempre única por cuanto aunque la imagen siga siendo la misma, el entorno nunca es igual, lo que demanda atención y pasión. Nunca modifico lo colores, sí a veces mejoro el encuadre para adaptarlo la publicación.

Claro, es necesario también tener el don de encontrar la imagen adecuada para lo que deseamos expresar, y saben ustedes quién me la brinda con mucha frecuencia, pues la naturaleza. Sí, natura con su polimorfismo, sus colores propios o prestados, sus estructuras caprichosas, su ubicuidad y su generosa entrega a quien sepa descubrirla.

Es así como esta misma mañana 20 de setiembre, deleitándome con un paseo por el rosedal del Parque General San Martín y pensando en las malas noticias que a diario nos aportan los medios, tales como las expresiones de Emir Félix devenido al parecer en próximo presidente del PJ y que dijo estar dispuesto a destruir a Javier Milei, de la misma manera que propone Cristina Fernández, cuyo leitmotiv es la caída del actual gobierno, reconocí que me es difícil expresar en palabras el quiebre de la Argentina actual; pero de repente, la naturaleza me ofreció el resumen en una sola imagen que expongo en este escrito: El Árbol Partido". Ahí está, en plano Rosedal, por los caminos de tierra colorada; con el sol de frente dado que era temprano y apunta al este, la imagen del árbol herido pero vivo, se me antojó un calco de la situación socio política de mi castigada Argentina.

El quiebre

Si observamos en detalle, se trata de un ejemplar añoso, que muchos años atrás lució soberbio, erguido y con nutrida copa, hasta que alguno de los fenómenos climáticos, casi seguramente uno de esos vientos zonda muy violentos, lo partió en dos, yo diría por la mitad, de arriba hacia abajo.

Sin embargo no murió, las dos mitades seguían compartiendo la misma raíz, que en un esfuerzo maternal admirable, siguió nutriendo a sus dos mitades permitiéndoles la sobrevida.

Ambas partes lograron apoyarse en el suelo próximo y luego de superado el shock de la tremenda herida, retomaron la ímproba tarea de persistir y aún crecer, pero ya sin mantener ningún contacto entrambas. Nótese que no existe una sola conexión en superficie que las vincule, han roto el diálogo y hasta diría que se odian, a pesar de tener un mismo origen, por cierto soterrado y sufriente.

Pero subsisten gracias a la prodigalidad de la tierra que nutre a la raíz, en nuestro caso, La Patria.

Cuando llegué a la adolescencia y decidí abrazar la carrera de Medicina, a la par que soñaba con ser médico, también lo hacía esperando que mi Argentina se irguiera como la palmera de la foto. (Tomada el mismo día en el Rosedal)

El quiebre

Firme, enhiesta, altiva si se quiere, sobresaliendo en el concierto de las naciones, en base a trabajo, esfuerzo, sacrificio, idoneidad y por sobre todo socialmente ensamblada en pro del bien común

Sí, esta patria que no tiene enemigos externos, que no es bombardeada por potencias extranjeras, que no tiene altercados limítrofes con sus vecinos latinoamericanos, los que por el contrario y tal como hacemos nosotros mismos, cruzamos los límites con fines vacacionales o comerciales, para disfrutar de los tesoros de nuestros colindantes; sí, nosotros solitos hemos logrado la hazaña de quebrarnos en dos mitades al parecer irreconciliables: mileístas y peronistas. Todos alimentados por el mismo terruño y todos buscando sacar tajada sin exponer planes de reconciliación o salvataje

Excepción hecha del plan económico de Milei- Caputo, que bien o mal es un plan pensado para mejorar a la Argentina desde el punto de vista económico, independientemente de sus resultados, al menos pensaron en el país que nos sustenta a todos. Como la Patria a la raíz y ésta al árbol a pesar de estar bipartito.

Si bien es cierto que tanto los insultos, como las diatribas las calumnias etc. son condimento conocido de las facciones políticas en vísperas de elecciones, en mi ya larga vida no había asistido a la batalla que hoy disputan por el poder los políticos actuales. Unos por permanecer y los otros por retornar, sin ninguna rama que tienda a reunificar los troncos divididos de nuestro árbol emblema.

Sí, la Argentina está bipartita en superficie, específicamente en lo que atañe a los humanos, a su pueblo. Que vuelve a equivocarse, lo demostraron las elecciones recientes en Bs. As, cuando eligen el camino fácil de la dádiva, y de la impunidad para robar que es ni más ni menos la oferta kirchnerista.

Pero nuestra Argentina, por debajo de la superficie es un país maravilloso, de los mejores del mundo por eso soporta los daños provocados por sus mismos habitantes.

No sé si alcanzaré a ver la transformación, pero en lo más profundo de mi ser albergo la esperanza de vivirla, o quizá esté condenado a morirme sin disfrutarla.

Quiero estar rodeado de firmes palmeras y no de árboles quebrados, alrededor de mi tumba.

Yo tengo la consciencia en paz, le dí lo mejor de mí en modesta retribución de lo tanto que me dio mi Patria.


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