Ganó Milei: Tiempos de reformas y nuevos escenarios políticos

En una columna de análisis y opinión escrita antes de la renuncia de Guillermo Francos, a quien menciona, Sergio Bruni da sus claves sobre el resultado electoral.

Sergio Bruni
Analista político. Designio Consultora.

El resultado de las elecciones del 26 de octubre simplifica muchísimo esa competencia de relatos que se hubiese desatado en el caso de una elección ajustada.

Lo del oficialismo fue contundente. Superó los 40 puntos a nivel nacional. Ganó en 16 de las 24 provincias en que se elegían diputados nacionales, en 6 de las 8 provincias en que se elegían senadores nacionales y tendrá en el Congreso alrededor de 90 diputado y de 20 senadores propios.

No hay demasiadas interpretaciones que hacer con un resultado semejante.

Kicillof intentaba explicar el mismo domingo por la noche, lo inexplicable, diciendo que lo que mostraban los números era que "el 60% de los argentinos" no coincidía con el modelo del presidente. En ciertas oportunidades ayuda más el silencio que el ruido de palabras desconectadas de la realidad; o el baile en el balcón de CFK festejando una gran derrota. ¡Un oxímoron en letras de molde!

Lo cierto es que la sociedad decidió darle más tiempo a Milei. Tiempo y un congreso que le garantizará una mayor cuota de gobernabilidad porque también las elecciones ratificaron el rumbo económico y expresaron la certeza que la mayoría no quiere que retorne el pasado. El gran mérito de Milei en estos dos primeros años ha sido evitar el precipicio de la hiperinflación heredada del gobierno anterior y mantener niveles inusualmente bajos para un país acostumbrado y hastiado a la vez, de vivir con niveles altos de inflación.

El dato nuevo es que esta elección marcó el pase de un escenario electoral en el que competían tres tercios, a un escenario de "bicoalicionismo" con contextos de alta polarización. Es muy probable que este nuevo esquema se mantendrá por un tiempo, como lo fue en su momento el "bipartidismo" que representaban el peronismo y el radicalismo. La Libertad Avanza será la cabeza de una de las coaliciones y el peronismo, si se aggiorna, articulará la otra coalición electoral.

Debe destacarse la "sofisticación quirúrgica" con la que votó la gente. Me refiero con esto a la capacidad que ha probado tener de distinguir cuando se votan cargos locales y lo que se vota son cargos nacionales. Una cosa parece ser la decisión sobre la patria chica y otra sobre los grandes temas del país.

El caso más contundente es el de la provincia de Buenos Aires, en donde hace menos de 50 días el peronismo sacó 48 puntos y La Libertad Avanza 35, mientras que el domingo pasado La Libertad Avanza ganó con 41,5% a 40,9%. Hubo 14 puntos de diferencia entre una elección y otra.

Esto se repite en varios distritos, como Santa Fe (La Libertad Avanza había salido tercera con 14 puntos y ahora ganó con 41), Jujuy (La Libertad Avanza había salido segunda con 21 puntos y ahora ganó con 37), San Luis (La Libertad Avanza ni siquiera había presentado candidatos y ahora sacó 51%), Salta (La Libertad Avanza había hecho una elección floja y ahora ganó con el 38%), Misiones (La Libertad Avanza había quedado segunda con 20 puntos y ahora ganó con 37), e incluso la ciudad de Buenos Aires (La Libertad Avanza había ganado con 30 puntos y ahora repitió el triunfo con más de 50).

En lo estrictamente político, lo primero que hay que señalar es de la consolidación del "triángulo de hierro". Karina armó el partido y logró el objetivo de "pintar de violeta" el mapa de Argentina. Santiago Caputo mostró impensadas habilidades para ordenar la estrategia electoral, sobrevolando por encima de las internas. Francos se convirtió en el especialista en poner paños fríos y en una buena vocería del gobierno. Javier Milei se graduó de líder al ponerse la campaña al hombro. El equipo funcionó sin fisuras.

Se bancaron incluso, temas complejos como la criptomoneda y las supuestas coimas de la ANDIS, lo sacaron a Espert sin sufrir daños y hasta lo metieron a Trump a jugar en la campaña.

¡No es menor lo que logró este raro triángulo que son mucho más que tres!

Obviamente hay que darles crédito a otros integrantes del gobierno. ¿Ejemplos? El otro Caputo, que viene llevando como puede una economía complicada con una energía que no tenía otrora. O Patricia Bullrich y Luis Petri, ambos, además de sus aportes electores al resultado nacional, a partir del 10 de diciembre desempeñarán funciones de asesores del presidente en materia de seguridad y defensa.

El resultado desdibujó a figuras como Massa o Schiaretti. Massa siempre está esperando ser una figura de recambio. Schiaretti apostaba por una derrota estrepitosa del gobierno que lo elevara a la categoría de estadista capaz de apagar algún incendio.

El peronismo se debe un debate de fondo porque sigue siendo la fuerza de oposición. La única. Pero debe reinventarse, no puede quedar atrapado en las nostalgias del pasado, modernizar la narrativa, dejar atrás las aventuras populistas y una nueva dirigencia capaz de garantizarle el lugar de expectativa que hoy mantiene.

Los gobernadores de Provincias Unidas perdieron en sus provincias. El "Pichetismo" perdió la mitad de las bancas que tenía, incluyendo las de actores que hasta ahora habían tenido alguna relevancia política como Randazzo y Monzó.

En el caso del PRO, perdió 11 diputados y 2 senadores. Ahora tendrá 24 diputados y 6 senadores. ¿Cómo jugarán? Dependerá del gobierno para seducirlos en esta nueva etapa que incluirá reformas estructurales, como la reforma laboral, la fiscal y la previsional.

Una mención especial para el debut nacional de la boleta única, otro acierto del oficialismo que todos agradecemos.

Milei está ante la oportunidad de aprender de los sobresaltos de estos primeros dos años, mostrar serenidad ante el triunfo y encarar esta nueva etapa apoyado en mayores consensos políticos y sociales.

De lo contrario habrá ganado una batalla, pero no la guerra.


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