El Gobierno logra oxígeno financiero y apuesta al voto de confianza del mercado
La exitosa colocación del Bonte 2030 refuerza reservas sin tocar el dólar y anticipa un posible recorte en la prima de riesgo antes de las elecciones de octubre.
Esta semana el Tesoro nacional emitió con éxito 1000 millones de dólares en el nuevo Contexto 2030, a un rendimiento del 29,5%. Se trata de la primera emisión de un bono en moneda local bajo legislación argentina dirigida a los inversionistas extranjeros en 7 años.
La aceptación por parte de los inversores extranjeros fue significativa, con una demanda total de 1694 millones de dólares, lo que allana el camino para futuras emisiones de este tipo de instrumento. La emisión cumplió con el principal objetivo del gobierno: aumentar las reservas sin intervenir directamente en las bandas cambiarias. Esta transacción representa un primer paso importante hacia ese objetivo.
Recordemos que en julio el gobierno deberá afrontar el pago de capital de sus bonos soberanos por un monto de 2900 millones de dólares. La tasa del 29,5% a la que se emitió el bono superó las expectativas del mercado y a primera vista puede parecer excesiva. No obstante, este resultado admite múltiples lecturas. La primera lectura es que la tasa reflejó una prima de riesgo inicial que el gobierno debió asumir para restablecer el acceso al mercado.
Una segunda interpretación es que los inversores consideren al Bonte 2030 como un bono con vencimiento efectivo en 2027, debido a que la opción de venta que pueden ejecutar en mayo de ese año, justo antes de las elecciones presidenciales, contribuye a mitigar los riesgos políticos y macroeconómicos asociados al instrumento. Esta lectura se ve respaldada por el hecho de que su rendimiento está en línea con las Lecap de duración comparable.
Por último, una tercera opinión apoyada por el gobierno es que la tasa de corte del 29,5% está arbitrada tanto con la curva de rendimientos en dólares en torno al 12% como con la curva cero. Desde esta perspectiva, los inversores más cautelosos valoraron el bono asumiendo que el tipo de cambio alcanzará eventualmente el techo de la banda cambiaria, lo que implica un tipo de cambio real más elevado.
En definitiva, buscan cobertura ante escenarios políticos y macroeconómicos más adversos. Dicho todo esto, vemos valor en el 30. Y esperamos que comprima a corto plazo. En primer lugar, Argentina ha demostrado que el acceso al mercado está nuevamente abierto. Consideramos que el resultado de esta colocación establece un punto de referencia que podría facilitar futuras emisiones a tasas más favorables.
En segundo término, prevemos una posible compresión de la prima de riesgo, respaldada por una política fiscal sólida y por las buenas perspectivas del oficialismo de cara a las elecciones de octubre. En tercer lugar, los fundamentos económicos continúan apuntando hacia un proceso de desinflación sostenida, lo que refuerza la demanda de pesos.
Por último, si se normaliza el flujo de entrada de capitales, un debilitamiento significativo del peso sería poco probable, incluso ante un posible deterioro de la balanza por cuenta corriente