¿Por qué renunció la viceprimera ministra de Reino Unido?
Angela Rayner presentó su renuncia tras un caso de presunta evasión fiscal en la compra de una vivienda. El primer ministro Keir Starmer designó a David Lammy como nuevo viceprimer ministro, en medio de un clima de desconfianza hacia su gobierno.
La viceprimera ministra británica Angela Rayner presentó su dimisión al cargo que ocupaba desde julio de 2024, tras verse involucrada en un escándalo fiscal por presunta evasión de impuestos en la adquisición de una segunda vivienda en Hove, al sur de Inglaterra. Su salida representa un golpe político para el gobierno de Keir Starmer, que enfrenta uno de sus momentos más impopulares.
Las irregularidades tributarias detectadas apuntan a que Rayner habría pagado cerca de 53.000 dólares menos en impuestos durante el proceso de compra de la vivienda. Aunque la funcionaria intentó justificarse asegurando que actuó siguiendo la recomendación de sus abogados, los juristas desmintieron esa versión. El comité de asesoría ética concluyó que, aunque actuó "de buena fe", incurrió en una violación al Código de Conducta ministerial.
Rayner, de 45 años, es una figura destacada del Partido Laborista y también ocupaba la jefatura del Ministerio de Vivienda. Su renuncia genera un doble impacto político: por un lado, debilita al gabinete de Starmer en su primer año de gestión, y por otro obliga al Laborismo a elegir un nuevo vicelíder dentro de la estructura partidaria.
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— Angela Rayner (@AngelaRayner) September 5, 2025
Tras la dimisión, David Lammy, hasta ahora ministro de Exteriores, fue designado como nuevo viceprimer ministro. Con este nombramiento, Lammy se convierte en el primer líder diplomático negro en ocupar esa posición en Reino Unido. En su lugar, Yvette Cooper, exministra del Interior, asumió como nueva canciller británica.
En un mensaje difundido en la red social X, Lammy agradeció a Starmer la designación y la definió como un "honor". Recordó sus orígenes en Tottenham y afirmó que su compromiso es contribuir a un país "más justo, más seguro y mejor". La crisis, sin embargo, deja al gobierno laborista bajo fuerte presión y alimenta las críticas sobre el incumplimiento de las promesas de campaña de Starmer.