El Gobierno cerró noviembre con mayoría de desaprobación y una nueva amenaza en la agenda social

Un nuevo informe de Latam Pulse revela cómo quedaron las fichas del tablero político tras el último mes. Si bien Milei conserva su núcleo duro en los jóvenes, la desaprobación se consolida por encima del 50%. En economía, la preocupación por la inflación cede, pero crece la alarma por el desempleo.

Diciembre comienza con un mapa político y social complejo para la Casa Rosada. El balance final de noviembre, plasmado en el último informe Latam Pulse -la alianza estratégica entre AtlasIntel y Bloomberg-, expone el desgaste de la gestión libertaria: el presidente Javier Milei cerró el mes con un diferencial negativo de imagen y una sociedad partida no solo por ideología, sino por brechas generacionales y de género, según considera el informe.

La foto política: un oficialismo sostenido por los "sub-25"

Los datos recolectados al cierre de noviembre son contundentes: el 52,0% de los argentinos desaprueba el desempeño de Javier Milei, frente a un 42,6% que lo aprueba. Al hilar más fino sobre la gestión de gobierno en general, el rechazo es aún más nítido: un 46,5% la calificó como "mala o muy mala", mientras que solo un 29,9% la consideró "excelente o buena".

El análisis demográfico del estudio permite entender dónde se apoya la gobernabilidad actual y dónde están sus mayores fugas:

  • La fortaleza joven: La narrativa oficialista sigue siendo hegemónica en la Generación Z (16-24 años), el único segmento etario donde la aprobación (62,2%) supera cómodamente al rechazo.

    El rechazo adulto: A medida que aumenta la edad del votante, el apoyo se desploma. Entre los mayores de 60 años, la desaprobación escala al 57,8%.

  • La brecha de género: Noviembre confirmó una distancia significativa entre hombres y mujeres. Mientras el 48% de los hombres aprueba la gestión, en las mujeres ese apoyo cae al 37,6%, con una desaprobación que roza el 55%.

  • Frente a otros políticos

  • En cuanto a las figuras políticas, el escenario muestra un "empate de debilidades". Aunque Milei lidera la tabla con 43% de imagen positiva, su negativa es alta (53%). Sin embargo, la oposición no capitaliza este desgaste: Axel Kicillof aparece segundo con 39% de positiva y 53% de negativa, mientras que Cristina Kirchner (59% negativa) y Mauricio Macri (63% negativa) siguen mostrando techos electorales muy bajos debido al alto rechazo social.

El frente económico: recesión palpable y el miedo cambia de bando

Si el análisis político muestra polarización, el capítulo económico del informe Latam Pulse describe una realidad de sufrimiento mayoritario, donde la "luz al final del túnel" es vista por menos de la mitad de la población.

1. El bolsillo no valida el relato macroA pesar de los logros macroeconómicos celebrados por el gobierno, la percepción de la economía real al cierre de noviembre fue lapidaria. El 64% de los encuestados evaluó la situación económica del país como "Mala", y un 51% extendió ese diagnóstico negativo a la situación financiera de su propia familia. Esto tiene un correlato directo en el consumo: para los próximos seis meses, el 47,5% proyecta reducir su compra de bienes duraderos.

2. Del precio a la pérdida del trabajoQuizás el dato más revelador del informe es la mutación de las angustias sociales. El éxito del gobierno en la desaceleración de precios ha hecho que la Inflación (34,7%) caiga al tercer puesto en la lista de problemas. Sin embargo, el lugar vacante ha sido ocupado por un temor más profundo: el Desempleo, que ya preocupa al 40,3% de los argentinos, ubicándose solo por detrás de la Corrupción (44%).

3. Expectativas: la moneda sigue en el aireDe cara al futuro inmediato, la sociedad argentina se mantiene en un empate técnico de expectativas que será clave para la estabilidad de diciembre y el verano. Un 41% confía en que la economía mejorará en seis meses, frente a un 44% que cree que empeorará. Esta resiliencia de la esperanza, a pesar del duro presente, se explica casi exclusivamente por la variable inflacionaria: la gente percibe una inflación actual alta, pero tiene una expectativa drásticamente más baja para el futuro cercano.

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