El Gobierno sube los aportes del fútbol al sistema jubilatorio y escala el conflicto con la AFA

En un nuevo capítulo del enfrentamiento entre el Gobierno nacional y la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), el Ejecutivo anunció un fuerte aumento en las contribuciones sociales que deberán pagar los clubes por sus actividades económicas. A través de un decreto publicado este lunes en el Boletín Oficial, se dispuso que, a partir de agosto, el aporte pase a ser del 13,06%, con un adicional transitorio del 5,56% por un año para compensar el déficit acumulado.

El anuncio fue encabezado por el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, quien cuestionó con dureza el esquema vigente desde la crisis de 2001. En ese entonces, el Gobierno de Eduardo Duhalde había otorgado al fútbol un régimen especial de aportes jubilatorios que reemplazó el sistema general por un porcentaje aplicado sobre ingresos derivados de la venta de entradas, transferencias de jugadores y derechos televisivos.

"En 2024, las ventas de futbolistas generaron ingresos por 324 millones de dólares, pero los clubes no pagan sus aportes como cualquier otra empresa o institución. Esta exención termina siendo financiada por los jubilados", sostuvo Sturzenegger, y responsabilizó directamente a la AFA por mantener un esquema que, según el Gobierno, hoy cubre apenas el 57% de las obligaciones previsionales declaradas.

El régimen, que comenzó con una alícuota del 2%, fue modificado durante la gestión anterior a través del Decreto 510/23, que la elevó al 7,5%. Ahora, con la nueva disposición, la contribución sube casi seis puntos, además del adicional por doce meses.

El ministro apuntó también contra prácticas que, a su juicio, desvirtúan el espíritu del régimen especial. Por ejemplo, mencionó que clubes como River desarrollan actividades educativas exentas del pago de aportes, mientras que otras instituciones similares, como la escuela ORT, sí deben abonar. Además, acusó a los clubes de reemplazar la venta de entradas por "abonos" para reducir su carga impositiva.

"El sistema tuvo un déficit de 7.000 millones de pesos entre noviembre de 2023 y abril de 2024 porque la AFA y los clubes encontraron ‘la trampa a la trampa'", ironizó Sturzenegger.

Según el funcionario, en los últimos meses se conformó una comisión con representantes del Gobierno y de los clubes para rediseñar el régimen. Sin embargo, afirmó que la propuesta presentada por las entidades deportivas fue insostenible desde el punto de vista fiscal. "Pedimos que la AFA garantice cualquier faltante, pero prefirió que sigan pagando los jubilados", acusó.

Actividades alcanzadas por el nuevo esquema

El incremento en la alícuota afectará un amplio abanico de ingresos vinculados a la actividad futbolística:

• Venta de entradas a partidos oficiales y amistosos nacionales e internacionales.

• Transferencias, cesiones y rescisión de contratos de futbolistas profesionales y amateurs, tanto locales como internacionales.

• Derechos de televisación y transmisiones por internet, satélite u otros medios.

• Patrocinios oficiales de torneos masculinos y femeninos organizados por la AFA o la Liga Profesional.

• Apuestas relacionadas con el fútbol.

• Comercialización de datos y estadísticas ("big data") del deporte.

• Pagos de los clubes a representantes o agentes de jugadores.

Tanto la AFA como la Liga Profesional deberán actuar como agentes de autorretención en los casos que correspondan.

Con esta medida, el Gobierno busca cerrar una brecha fiscal que, asegura, fue agravada por la falta de actualización del régimen y por mecanismos que permitieron que actividades lucrativas quedaran fuera del alcance del sistema jubilatorio. La respuesta de la AFA y de los clubes, hasta ahora, no se ha hecho pública, pero se prevé que la tensión con el Ejecutivo escale en las próximas semanas.