Crisis en un colegio de La Paz: Marcelo Calipo reveló cómo actuaron los grupos especiales

El jefe de la Policía de Mendoza, contó cómo se desarrolló el operativo en La Paz durante el día de ayer. También se refirió a problemáticas vinculadas con el Estado policial permanente y la salud mental de los oficiales.

Tenés que saberlo
Gabriel Conte, Ana Martínez, Ariel Fernández, Julián Chabert y Rodrigo Galdeano y sus personajes. En 92.1 de Radio Post

En la jornada de ayer se vivieron momentos dramáticos cuando una joven ingresó a un colegio en La Paz portando un arma y efectuó una serie de disparos, aunque la situación pudo resolverse con la intervención de diferentes grupos de la Policía de Mendoza. El jefe de policía Marcelo Calipo habló con "Tenés que saberlo", por Radio Post 92.1, y explicó la forma en la que se procedió para neutralizar la crisis, además de abordar otras temáticas como la salud mental dentro de la fuerza, el Estado policial permanente de los efectivos y los casos de robo dentro de la institución.

"El jefe de la FOE (Fuerza de Operaciones Especiales), que está a cargo del comisario Marcelo Ortiz, en estos momentos se encuentra en Israel, ya lleva 20 días en una capacitación ardua, justamente donde se tratan estos temas: procedimientos con toma de rehenes, intervenciones complejas. La verdad que nuestro grupo de resoluciones de incidente y secuestro, el grupo GRIS, el grupo GES, con sus integrantes, son muy bien capacitados provincialmente, nacionalmente e internacionalmente", comentó Calipo.

El jefe de policía señaló que fue la primera vez que en la provincia se daba una intervención con estas características y que el hecho se dividió en dos etapas: "La primera etapa es cuando se toma conocimiento, al promediar las 9:40 aproximadamente, cuando el 911 recepciona el llamado, el jefe distrital de la zona este, el comisario general Arrigo y el jefe departamental, el comisario Julián, se constituyen con personal al establecimiento, hacen una primera intervención en la zona realizando el primer anillo, que es el desalojo y la evacuación a una zona segura de todos los educandos, de los docentes, del personal que trabaja allí".

Siguiendo con el relato, Calipo comentó que se puso en marcha el protocolo de grupos especiales como el GRIS y el GES: "Una vez que llegaron al colegio se conformó el comité de crisis, donde estuvieron presentes no solamente los negociadores que iban a operar en el terreno con la niña, sino también el jefe de la jurisdicción, las autoridades del colegio, ya se encontraba el papá también en el lugar para ilustrar a los negociadores cuál era la situación en ese momento para poder dilucidar y poder entablar alguna comunicación de diálogo con el objeto de que esa niña revirtiera su situación y no se hiciera un daño inminente para sí misma y mucho menos para terceras personas, teniendo en cuenta que ya había hecho uso del arma de fuego seguro con dos disparos. Fue muy complejo más allá de que la negociadora en todo momento trató de entablar un diálogo con ella, cosa que fue imposible, porque no había una respuesta de la menor".

En respuesta a quienes tildan de "exagerado" el operativo, Calipo recalcó que fue la primera vez que la policía abordó una situación de este estilo: "En este caso en particular, tratándose de un niño en edad escolar, en un establecimiento educacional secundario, con una currícula de 400 alumnos aproximadamente, la policía le dio la prioridad a hacer dos anillos: un primer anillo exclusivo para la intervención del personal policial y un segundo anillo para el despeje de todas las personas que se pudiesen acercar o querer en su inconsciente por ahí colaborar. Con el correr de las horas, no se sabía cómo podía actuar la niña con ese arma, porque se sorprendieron hasta inclusive hasta los mismos directivos. Apuntaba para cualquier lado y también muchas veces se llevaba el arma a su cabeza. Entonces, ¿por qué poner en riesgo terceras personas cuando nosotros sabemos que tenemos que hacer un anillo de exclusividad para no correr ningún tipo de riesgo? Eso es fundamental y es el ABC de los sistemas de seguridad cuando tenemos una persona de esta característica".

Además, diferenció la situación de la manera de actuar cuando la persona es mayor de edad: "Con un mayor es distinto porque nuestros profesionales de los grupos especiales cuando se capacitan, esa capacitación muchas veces está direccionada a la persona mayor porque es lo más frecuente: el que se atrinchera porque discutió, porque está bajo alguna sustancia o porque quiere lesionar a alguien o toma de rehén a alguien. Son personas mayores, un niño no lo tenemos previsto como una hipótesis de conflicto, pero tuvimos el primer caso".

A su vez, destacó el rol de los medios de comunicación, respetando la integridad física de la niña y siguiendo los pedidos oficiales: "Cuando la señora ministra y el Ministerio Público Fiscal realizaron el comunicado, transmitían en vivo aportando algunas imágenes de los alrededores. Eso también ayuda, porque tampoco sabíamos nosotros, en esa hipótesis que se manejaba, si ella tenía un aparato telefónico que pudiese estar mirando en ese momento. Eso puede llegar a complicar la toma de decisión de esa niña o quizás empeorar el momento de la negociación y del personal del GRIS".

El cuidado de las armas y el "Estado policial" permanente

El Jefe de la Policía de Mendoza también se refirió al hecho del cuidado de las armas por parte de los efectivos, las cuales deben ser guardadas de manera correcta cuando no se están utilizando: "Nosotros como servidores públicos, desde el momento que el Estado provincial a través del Gobernador cuando somos nombrados efectivos policiales, y el Estado nos da ese poder constitucional, que es portar un arma reglamentaria de dotación individual, somos no solamente fieles responsables, sino también corresponsables de una responsabilidad tremenda. Nosotros somos policías las 24 horas los 365 días del año porque tenemos en nuestra legislación lo que se denomina el Estado policial. Y ese Estado policial, mientras nosotros estemos en actividad, no se pierde por más que hubiésemos salido a la guardia a las 7 de la mañana".

En esa línea, agregó: "Ese Estado policial me obliga a mí, como servidor responsable, a tener el armamento conmigo. Si en algún momento del día yo lo tengo que dejar en mi domicilio, en algún lugar de resguardo porque me voy de vacaciones o porque me tomo unos días, tiene que ser en un lugar seguro. Cada policía sabe que tiene que ser así, porque es el ABC que nosotros aprendemos y por ahí no pasa".

Además, resaltó que la Policía de Mendoza tiene como organismo de control a la Inspección General de Seguridad, que muchas veces ha actuado severamente: "Nosotros tenemos un organismo de control que lo tienen todas las policías del país y todas las fuerzas de seguridad nacionales, que en este caso es la IGS, donde se inicia un sumario administrativo y nuestros policías han sido sancionados severamente por esa negligencia o por esa impericia. También es cierto que muchas veces el personal policial guarda el armamento, pero los niños o nuestros hijos son tan inquietos por ahí por conocer el arma, porque les llama la atención o porque por ahí ven un vídeo que está al alcance de cualquier niño con algún teléfono y les despierta esa intriga".

La salud mental de los efectivos

Calipo también se refirió al caso de la joven agente que se quitó la vida en San Martín y señaló que en la capacitación se realizan diferentes evaluaciones psicológicas para poder detectar problemáticas de salud mental: "Cuando se recibe el policía, nosotros tenemos anualmente Sanidad Policial, que se llevan a cabo los estudios psicofísicos y entre ellos está el psicológico; para poder ascender también: cuando uno se autopropone para los ascensos, que son anuales, tenemos también estudios médicos; para aquel policía que no quiere ascender, que está toda la vida en una misma jerarquía, están los trianuales, que cada tres años se debe realizar. Nosotros tenemos esa conducta de aprobar esos estudios".

Además, señaló que muchas veces los efectivos, como todas las personas, no dan a conocer su situación y es difícil de detectar: "La verdad que yo no sé lo que le pasó a ese efectivo policial por su situación, no siempre el efectivo policial da a conocer a su jefe de dependencia que está atravesando quizás alguna angustia, alguna situación personal, alguna situación familiar, o alguna situación que lo está agobiando. Fueron cuestiones de segundos, una efectivo policial que era soltera, vivía sola en el departamento y tomó una drástica decisión, que en eso se estaba trabajando, se estaba averiguando y dejó una carta póstuma".

En esa línea, agregó que desde el ministerio existen programas de asistencia y abordaje: "Tenemos una subcomisario que es licenciada en esa área y siempre estamos abordando temas sensibles que tienen que ver con lo familiar, con lo personal y especialmente con aquellos abordajes que Sanidad Policial detecta cuando el personal policial está en situación de clínica médica, con un diagnóstico que tiene que ver con psicología o psiquiatría, se le hace un seguimiento. Pero no todo el personal policial muchas veces se deja asistir, o se deja ayudar, o no lo comunica en tiempo y en forma, por eso tenemos estos desenlaces trágicos".

El problema de los robos dentro de la fuerza

Finalmente, Calipo se refirió a los casos que tomaron notoriedad acerca de policías que sustraían elementos de vehículos secuestrados, entre otras irregularidades: "Hemos tenido algunos procedimientos de denuncias de personas que se ha abierto a investigación, no solamente con la Inspección General de Seguridad, sino también con la Justicia. También hemos tenido delincuentes que ingresan a las playas de secuestro a sustraer elementos o a querer recuperar quizás esa moto que se les secuestraron. Hemos tenido detenidos que han sido puestos a disposición de la Justicia con el bien recuperado, a las pocas cuadras de haber sustraído ese elemento".

En esa línea, señaló con contundencia que "el policía que roba no tiene cabida en la institución": "Es el ABC de nuestra esencia, de nuestro sentido de pertenencia como funcionarios públicos. Nosotros tenemos, como dice nuestra ley "cuidar y proteger", cuidar bienes y cuidar la vida de la comunidad mendocina y de todos los que transitan. Si un policía comete un delito, está fuera de la ley y que Dios lo ayude: se le hace el proceso y si se lo tiene que echar, se lo echará, porque no está preparado para eso. Somos policías para cuidar y proteger, no para delinquir", concluyó.

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