El papa León XIV presentó su hoja de ruta citando a Francisco y al Concilio Vaticano II

En su primer encuentro con el Colegio Cardenalicio dijo que eligió su nombre en referencia a León XIII- que con la Rerum Novarum-afrontó la cuestión social en la primera revolución industrial. Hoy la Iglesia debe "responder a otra revolución industrial y al desarrollo de la inteligencia artificial". Además, pidió que lo apoyen en este camino que acaba de comenzar, siguiendo el Concilio y recogiendo el legado de Francisco: "Reanudemos este camino".

"El Papa, empezando por San Pedro y hasta mí, su indigno sucesor, es un humilde siervo de Dios y de sus hermanos y hermanas, nada menos que eso. Lo han demostrado bien los ejemplos de muchos de mis predecesores, más recientemente el del mismo Papa Francisco, con su plena dedicación al servicio y su sobria esencialidad en la vida, de abandono a Dios en el tiempo de la misión y de serena confianza en el momento de su regreso a la Casa del Padre", así se expresó ante el Colegio Cardinalico en flamante Papa León X IV para fijar las coordenadas de su pontificado.

El papa León XIV presentó su hoja de ruta citando a Francisco y al Concilio Vaticano II

"Hoy está en marcha una nueva revolución industrial"

Con unPadre Nuestro y un Ave María, que invitó a rezar en latín, el Papa León XIV abrió el encuentro con los cardenales en el Vaticano. En el que también relató el motivo de la elección del nombre, retomado por su predecesor fallecido en 1903 que con la famosa encíclica "Rerum Novarum" se abrió a la doctrina social de la Iglesia, sobre el trabajo y la justicia retributiva: "Hoy la Iglesia está llamada a 'responder a otra revolución industrial y a los desarrollos de la Inteligencia Artificial, que comportan nuevos desafíos para la defensa de la dignidad humana, de justicia y trabajo", dijo el Papa.

En su primer discurso, Robert Francis Prevost dijo que Francisco "ha recordado y actualizado magistralmente" el contenido del Concilio Vaticano II (1962-1965) a través de la Exhortación apostólica Evangelii gaudium, de fines de 2013, de la que mencionó algunos puntos fundamentales. 

"El regreso al primado de Cristo en el anuncio; la conversión misionera de toda la comunidad cristiana; el crecimiento en la colegialidad y en sinodalidad; la atención al sensus fidei, especialmente en sus formas más propias e inclusivas, como la piedad popular; el cuidado amoroso de los débiles y descartados; el diálogo valiente y confiado con el mundo contemporáneo en sus diferentes componentes y realidades", aseguró, citando no sólo el documento programático de Francisco, sino también textos clave del Concilio Vaticano II.

Por "sensus fidei" la Iglesia entiende el "sentido de fe" que tiene el Pueblo de Dios, es decir, los fieles comunes y sus obispos. El Catecismo lo explica como "una intuición sobrenatural y colectiva que permite a los creyentes reconocer y adherirse a la verdad del Evangelio, es decir, cuando el pueblo de Dios manifiesta un consenso universal en materia de fe y moral"

Reunión a puerta cerrada, no a la televisión en vivo

El ambiente "íntimo" y cargado de emociones se vio reforzado por el hecho de que la ceremonia se celebró a puerta cerrada, sin transmisiones en vivo, por decisión de un Papa que se anuncia menos "social" que su predecesor. Además de agradecer el apoyo de los cardenales, León XIV reiteró el peso de la misión que se le ha confiado y la necesidad de una estrecha colaboración para guiar a la Iglesia. También habló de la necesidad de hacer que la Iglesia sea aún más colegial, un tema que ya está en discusión con Francisco. En un espíritu de unidad y colaboración entre los fieles y sus pastores. Pero en el encuentro de hoy, un momento crucial para el nuevo pontificado, León XIV también ha subrayado su deseo de reflexión y oración antes de tomar decisiones definitivas sobre los delicados roles de la Curia Romana. E invitó a los "hermanos cardenales" a caminar juntos, sostenidos por la fe y la esperanza.

El deseo de Pablo VI

Para concluir su discurso, citó a otro Papa del pasado, San Pablo VI. León XIV hace suyas las palabras de Montini que en 1963 puso al inicio de su ministerio y relanza una particular esperanza a los cardenales:

"Que sobre el mundo entero pase una gran llama de fe y de amor que ilumine a todos los hombres de buena voluntad, allanando los caminos de la colaboración recíproca y que atraiga sobre la humanidad, la abundancia de la benevolencia divina, la fuerza misma de Dios, sin cuya ayuda nada vale ni nada es santo".

Después del discurso, el encuentro con los cardenales continúa con una "segunda parte" de intercambio "para poder escuchar - dice el Papa - qué consejos, sugerencias, propuestas, cosas muy concretas, que ya se discutieron un poco en los días previos al Cónclave".


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