Elecciones 2023 y el riesgo de un estallido previo que cambie todo

El fundador y director de la consultora Isonomía, Juan Germano, habló con Memo del panorama electoral y social rumbo a las elecciones del próximo año. En qué escenario Milei, u otro "tapado", podría ser presidente.

A menos de un año de las elecciones en Argentina, Juan Germano, uno de los fundadores y director de Isonomía Consultores, pone sobre la mesa distintos escenarios posibles. Y aclara que para que se materialice uno u otro, habrá que prestar atención al humor social, a la oferta electoral y especialmente a un fenómeno que él subraya: la autopercepción de la gente.

En primer lugar, destaca que a diferencia de Chile, Ecuador o Perú, las clases populares no han generado un estallido en Argentina porque se ha estandarizado un esquema de protección económica, vía planes. Pero recuerda: "En 2001 explotó todo por la clase media, por los ahorros. Y ahora la clase media entró en modo crisis". 

"Argentina históricamente se autopercibía 1, 70, 29. Un 1% se autopercibía de clase alta, un 70% de clase media y un 29% de clase baja. Ahora va creciendo la autopercepción de clase baja. Eso es grave y es para prestarle atención", señaló el consultor y analista político, que estuvo en Mendoza esta semana.

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"Por ahora lo veo contenido. Pero las explosiones en América Latina no se vieron venir. Si lo ves antes, hay herramientas para apagar el incendio, pero en el mundo no se ven venir. Funcionan por canales que uno no está viendo", completó Germano.

-¿Cómo ves hoy electoralmente a Juntos por el Cambio, Frente de Todos y Libertarios?

-Se va disipando el tsunami que podría haber generado la eliminación de las PASO y ahora, con más probabilidades de Primarias, en parte se ordena todo un poco. Pero veo una tensión creciente, especialmente en Juntos por el Cambio, donde ahora no tenés liderazgos claros, ni en términos simbólicos ni en términos electorales; no tenés uno que haga la diferencia. Por otro lado, el oficialismo depende muchísimo del desempeño económico. ¿Qué Argentina vamos a tener a mediados del año que viene? ¿Una inflación altísima? ¿Una inflación altísima con tendencia a la baja? Con este nivel económico, cualquiera sea el oficialismo, desde ya que tiene problemas. Y los libertarios tienen un crecimiento interesante a nivel nacional, con cierta meseta. A la hora de encontrar una explicación, el fenómeno Milei responde a un hartazgo y un cansancio, no significa que la población se haya vuelto libertaria. Si bien no tenés nombres ni sabés qué país vas a tener, sí me da la impresión que será una elección menos polarizada que en 2019.

-Después de la pandemia, se viene dando un fenómeno en América Latina de que van perdiendo todos los oficialismos.

-El cansancio está. Uno cuando analiza el humor social, son altamente negativos. Es un enojo con todos. Lo particular del año 2023 en Argentina es que los dos principales espacios ya gobernaron, tienen pasado, con aciertos y errores, y eso genera una mirada distinta. Me da la impresión que vamos a un esquema en donde no importa la demanda social, sino la oferta política. Las demandas ciudadanas serán las que ya sabemos: economía, inflación, inseguridad, trabajo, etc; pero no aparecen en la oferta actores con legitimidad para responder esas demandas. La gente no les cree. Entonces, las demandas quedan en un segundo plano, miremos la oferta: cómo se define la primaria del Frente de Todos, si se rompe Juntos por el Cambio, qué hacen los liberales... En 2023 nos va a ordenar la oferta, no la demanda.

-¿Podrá surgir un "tapado" más cerca de las elecciones como pasó en Perú con Castillo?

-Si se rompe la oferta política y el esquema de partidos, algo parecido a lo que vimos en Argentina en 2003, sí se puede dar. Si no, un fenómeno novedoso tendría menos posibilidades.

-En Perú, Chile, Ecuador y otros países de la región ha habido estallidos sociales por temas que en Argentina serían menores. Acá tenemos un 100% de inflación anual y no pasa nada.  

-Argentina explotó en 2001 y el que se vayan todos lo resolvió. Ahora yo la veo que implosiona con la salida de la pandemia, el sentimiento que prima es la tristeza, desazón, desencanto, prima más eso que la ira y el grito. Pero la traslación de un sentimiento a otro es rápida. Y hubo cierta contención que se estandarizó desde 2003 hasta la actualidad de los sectores relegados, y eso en buena parte de América Latina no existe. De todas formas, en 2001 explotó todo por la clase media, por los ahorros. Y ahora la clase media entró en modo crisis. Argentina históricamente se autopercibía 1, 70, 29. Un 1% se autopercibía de clase alta, un 70% de clase media y un 29% de clase baja. Ahora va creciendo la autopercepción de clase baja. Eso es grave y es para prestarle atención.

-¿Hay un riesgo latente de estallido en Argentina?

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-Por ahora lo veo contenido. Pero las explosiones en América Latina no se vieron venir. Si lo ves antes, hay herramientas para apagar el incendio, pero en el mundo no se ven venir. Funcionan por canales que uno no está viendo; hay como submundos que van funcionando y son más grandes de lo que parece. Fijate el atentado contra la vicepresidenta: un submundo de personas que se manejan por redes sociales y estaban con una mirada que llevó a que un desequilibrado casi le pegue un tiro.

-¿Qué consecuencias hubiese tenido en Argentina el asesinato de Cristina Kirchner?

-Es impensado. No sé. Una conflictividad social altísima. No sé si con los niveles de apoyo popular que tienen los principales liderazgos se podría haber contenido. Y me da la impresión que hubo un momento para poner cierta paz y cautela en los principales líderes, que no ocurrió. Es interesante ver que previo al atentado y posteriormente, la imagen pública de la vicepresidenta no cambió. Eso se mantuvo muy estático. Hay algo de la grieta previa que sigue siendo muy poderosa.

-¿Cómo ves la carrera electoral en Mendoza?

-Está a la expectativa de definiciones de candidaturas. Es una Mendoza que funciona, pero lejos de la potencialidad que uno podría imaginar para una provincia así. Electoralmente, hay un peronismo muy golpeado y un Cambia Mendoza expectante a ver qué hará Cornejo; esa es la variable que va a ordenar o desordenar a la política mendocina. Además, hay cierto espacio para una tercera fuerza que pueda llevar a un escenario menos polarizado. Pero la dinámica política mendocina está a la espera de ver qué hace Cornejo.

-¿A Cornejo no le alcanza para ser candidato a presidente?

-Hay una agenda política muy "amba-céntrica". Les cuesta a los líderes de las provincias ese proceso. No sé si se percibe a Cornejo como candidato a presidente, pero tranquilamente puede ser un candidato a la vicepresidencia, lo cual te pone en un lugar de relevancia a futuro. Igualmente, aún es muy incierta la propuesta electoral de Juntos por el Cambio a nivel nacional. 

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