Cómo Prevost tendió puentes entre continentes, tradiciones y reformas
El análisis que recoge hoy el diario italiano Corriere della Sera, indica que el nuevo pontífice logró articular consensos entre cardenales del Norte y del Sur, tradicionalistas y reformistas. Su elección, inspirada en los papas León Magno y León XIII, marca el inicio de un pontificado con acento social y mirada global.
En una imagen cargada de simbolismo, el nuevo papa León XIV se presentó al mundo desde la Logia de las Bendiciones acompañado por Pietro Parolin, su principal contendiente en el Cónclave. Lejos de escenificar una rivalidad, el gesto fue una declaración de unidad y continuidad: no habrá rupturas abruptas con la diplomacia vaticana ni con la herencia de Francisco, especialmente en su diálogo con el Sur Global y China.
Aunque Parolin contaba con un número significativo de votos en la primera ronda, no logró consolidar un consenso amplio. Según versiones no confirmadas, habría sido él mismo quien dio un paso al costado, facilitando así la ascensión de Prevost. Su presunto gesto de renuncia explicaría incluso la demora en la aparición del humo negro durante la jornada inicial del Cónclave.
La elección de Prevost, nacido en Estados Unidos de familia italo-franco-española, fue una sorpresa construida con habilidad. Misionero en Perú durante dos décadas, donde fundó una parroquia y conoció a Jorge Bergoglio, supo posicionarse como una figura de integración entre las sensibilidades del norte y del sur del continente. Fue también su firme condena a la cancelación de ayudas internacionales por parte del expresidente Donald Trump lo que reforzó su perfil ético y social, al calificar esa medida como una "elección criminal".
Su capacidad de mediación quedó clara en el último sínodo, donde logró articular posturas entre sectores conservadores y obispos alemanes reformistas. Esa habilidad lo convirtió en un candidato aceptable para los tradicionalistas, frente al riesgo de un nombre surgido desde los márgenes más remotos del colegio cardenalicio.
León XIV no será simplemente un heredero de Francisco, sino quien podría completar reformas inconclusas sin abrir heridas. La elección de su nombre lo confirma: evoca tanto a León Magno, defensor de la ortodoxia ante Atila, como a León XIII, el Papa de la encíclica Rerum Novarum, pionera en doctrina social y referente del Concilio Vaticano II.
Según el misionero comboniano Giulio Albanese, el nuevo Papa también parece alinearse con la tradición de apertura al mundo impulsada por León XIII, quien en 1880 recibió en el Vaticano a un grupo de indígenas americanos. Así, León XIV se perfila como el pontífice de la reconciliación, la justicia social y la Iglesia con rostro globa