El gran intendente de Mendoza: Luis Lagomaggiore (año 1884)

El paso de Luis Lagomaggiore por la intendencia de la capital mendocina en tiempos de Rufino Ortega, descripta por Carlos Parma, miembro de la Junta de Estudios Históricos de Mendoza.

Carlos Parma
Miembro de la Junta de Estudios Históricos de Mendoza

Los primeros pasos en busca de una Ciudad distinta

Rufino Ortega era el gobernador de Mendoza a fines del año 1883. Un hombre de alto prestigio, su palmarés militar, las "familias mendocinas", Roca y Civit lo avalaban. Valiente, decidido y si se acepta el término de muy buen humor, era el gobernante ideal. Mendoza se pone de pie ("generación del 80") materializando la inmigración especializada, la vitivinicultura, la educación, la minería, el comercio, etc. La Provincia se ve favorecida claramente por la llegada del ferrocarril y al Gobernador lo distingue su obstinación por el manejo del "agua", donde el trabajo del Ministro Manuel Bermejo será lo más trascendente de todo ese legado.

Mendoza urbanamente había fallecido en el terremoto de 1861, los intentos de revivirla servían pero no alcanzaban para convertirla en la joya del oeste Argentino, sólo la visión de Lagomaggiore podían cumplir ese sueño.

Luis Lagomaggiore fue un verdadero prócer, muy destacado en sanitarismo y urbanismo.

Salud, líderes enfermos y hospitales: Aldao y Lagomaggiore

Estuvo a cargo del municipio de Mendoza (1884-1888) donde debió financiar su ambicioso plan de limpieza de escombros de la ciudad antigua, para ello contó con un empréstito nacional.

Los trabajos que se efectúan por parte de la Municipalidad de la Capital son cuantiosos y apuntan a construir la "ciudad Nueva". Empieza de una manera muy fuerte y marcada la era pos terremoto, empiueza la Ciudad de construcción edilicia.

Si bien había una corriente de opinión que deseaba reestructurar la ciudad en ruinas (el Gobernador Nazar por ej.), Lagomaggiore y otros tantos sanitaristas la proyectaron lejos de allí porque consideraban esa zona -donde murió mucha gente- de alta insalubridad

De esta manera durante su gestión se mejoró la calidad de los servicios para los habitantes de la Ciudad Nueva y se iniciaron obras sobre el relegado Barrio de las Ruinas sector de la ciudad donde se alojaban las actividades periféricas (asilos, basurales, etc.). La imagen de zona peligrosa y degradada se intensificaba sobre la Ciudad Vieja, sobre todo al aumentar la cantidad de inquilinatos y conventillos. También tenía una connotación negativa al ser ésta un cementerio a cielo abierto.

Este estigma traía aparejado el incremento de prostíbulos y bares. Toda esa zona que en otrora fue el centro de la Ciudad pasaría a denominarse con el tiempo "la cuarta sección" pesando sobre ella un estigma de ser un lugar menoscabado inmobiliariamente.

Lagomaggiore y las prostitutas

Cientos de años pasaron para que el Municipio, ya en el siglo XXI, busque la forma de poner en valor ese lugar fundacional con tanta historia.

Tomaré las palabras de Manuel Lemos evocando nítidamente la Mendoza de 1884 como bien enseña la extraordinaria historiadora y profesora Rosa Guaycochea de Onofri, al decir: "... un cuarto de siglo después , aún se notaban huellas bien visibles del brutal estremecimiento. Aparte de las ruinas de los templos (aún visible el de San Francisco) existían muchos terrenos baldíos conservando los escombros de casas que fueron", obviamente gurdaban aun cadáveres enterrados. Se había levantado "otro" barrio que sin ser construcciones de cemento se amparaban en la técnica de la llamada "quincha" que eran esqueletos de paredes hechos con maderas y alambres entrecruzados, rellenos con ramas de jarilla y barro, completado por un reboque también de barro y paja pintada con cal. El nombre que se le dió, tal vez exagerado, fue casa "contra temblores" y así fue que con cierta presencia se conservaron siempre de pie.

Esto dejaba en claro el enorme desafío que tenía por delante Lagomaggiore. Para ello debió costear la instalación de las aguas corrientes domiciliarias en la ciudad, situación que logra por estar también al frente de la presidencia de la Corporación Municipal (cargo que lo puso directamente Ortega).

El Intendente sabe que el diagrama de Mendoza en forma de damero sirve, que las plazas son también "hospitales eventuales", que las veredas y el ancho de las calles es eficaz y otorga algo de tranquilidad al trauma del terremoto que estaba instalado en el imaginario colectivo. Debía también preveer el tema de los aluviones trabajando en el oeste de la Ciudad.

Terremotos, perros y epidemias 

Pero había algo que no lo dejaba dormir a Lagomaggiore por los enormes conocimientos que tenía de salubridad pública y era el fantasma del cólera que no tardaría en llegar en 1885.

El esfuerzo descomunal por tener un arbolado notable era casi una cuestión de estado por varias razones, sin embargo no había uniformidad, por las distancias y las variedades. Los árboles más comunes eran los carolinos y los pimientos (aguaribay). Completaban las moreras y acacias. Aunque como se anticipó, Lagomaggiore no descansará hasta unificar lo más que se pueda hasta formar esos famosos "túneles" de árboles que identifican la bella ciudad de Mendoza. Por entonces el alumbrado público era a Kerosen, los canales traían agua de las altas cumbres, se colocaron surtidores con agua potable y se va a inaugurar un tranvía a caballo ( Abril de 1885) que circulaba por calle Las Heras y San Martín hasta Colón para luego volver. Este "coche" (vagón) construido en su mayor parte con madera estaba impulsado por dos caballos y circulaba por una sola vía. En los primeros seis meses viajaron 71.235 pasajeros.

Es oportuno señalar que lamentablemente ante los aluviones la calle San Martín se tornaba en un gran río lo que sería un problema no sólo para los habitantes sino para la circulación de la arteria más importante.

El Intendente debe embellecer la Ciudad porque en 1884 una importante personalidad popular deslumbra a Mendoza. Domingo Faustino Sarmiento visita la Provincia a fines de Abril, hospedándose en la casa de Francisco Civit (hoy la Junta de Estudios Históricos de la Provincia de Mendoza). Manuel Lemos recuerda haber vivido los dos hechos populares mas significativos de la época cuando iba a la Escuela: la visita de Sarmiento y la llegada del ferrocarril.

Algunas obras para destacar del intendente Lagomaggiore

En el cargo generó "una red de agua potable para viviendas y canillas públicas, con la introducción por primera vez del uso de filtros. También creó la Oficina Municipal de Química para el manejo seguro de los alimentos y mejoró la infraestructura del hospital San Antonio". 

Dictó la regulación del transporte de la basura, de los mataderos y tambos. Su plan de urbanización todavía sigue vigente en algunas secciones de la ciudad. Fue un pionero en el control de viviendas antisísmicas; niveló calles y reestructuró el cementerio y zonas aledañas. Creó la estación meteorológica; las oficinas de contraste de pesas y medidas; la oficina de estadística y la Contaduría de la Municipalidad. Introdujo el tranvía de tracción a sangre. Construyó los primeros baños públicos; incrementó la cantidad de farolas en cada cuadra y organizó las calles con nombres y numeración domiciliaria. Era una obsesión que tenía con mejorar el agua de las acequias ya que venía de Luján a través del Río Mendoza. Al pasar por fundos privados era muy difícil evitar la contaminación, allí el Estado no intervenía.

La Ciudad empieza a tener un color especial y se ven algunos espacios hermosos. Las familias cuentan con botes de remo para dar vueltas sobre el lago artificial de la plaza Independencia, al noreste se habilita una gruta y un cerrillo hechas con la tierra extraída durante la realización de la obra del lago, los domingos la gente concurre a disfrutar de los juegos y escuchar las retretas de la banda. (Fuente, Centenario diario Los Andes 1882-1982).

Lagomaggiore estaba en todos los frentes de profilaxis pública. Así abordó una temática especial: estableció un Reglamento para las Casas de Tolerancia, en octubre de 1885. Según la ordenanza, los burdeles debían inscribirse en la Secretaría municipal, constando el nombre de las trabajadoras sexuales y la ubicación del local, además de un certificado médico.

Al igual que en la Capital Federal, dichos establecimientos llamados peyorativamente "burdeles"debían estar ubicados al menos a dos cuadras de instituciones educativas, templos o teatros. Y -además de carecer de todo distintivo- debían tener constantemente cerradas tanto puertas como ventanas. En nuestra provincia se prohibió la prostitución de menores y también se tuvo en cuenta a los a clientes, éstos últimos debían ser mayores de 15 años.

Las mujeres que practicaban la prostitución fuera de la Ley eran arrestadas y cumplían su pena en el hospital municipal.

Véase que la Ciudad en ese año tenía 22.000 habitantes.

La peste

Lagomaggiore acelera sus planes ante la presencia del cólera. Manda a plantar árboles con urgencia, que en parte moderaría la sequedad del clima haciendo más saludable la atmósfera, además pueden servir de defensas aluvionales cuando son plantados en los terrenos incultos del oeste.

El Gobernador cierra la entrada a Mendoza por ferrocarril lo que genera practicamente una intervención de la Provincia.

El cólera no distinguía clases sociales, edades, ni sexos. Ante esta tremenda situación en la Capital se cortó el agua de las acequias y desparramar cal viva, obligando a la población a beber agua hervida. Si en la casa había algún enfermo se colgaba un trapo rojo en la puerta, A pesar de las medidas preventivas y curativas la Provincia en total tuvo aproximadamente 738 muertes por la peste, que sin las medidas de profilaxis ese número se hubiese multiplicado. Puebla, Ventura Gallegos, Ponce, Pompeyo Lemos, etc., se sumaron a una larga lista de médicos que ayudaron en esa situación.

El renacer

Mendoza se sobrepuso precisamente de la mano de este ilustre hombre público que fue el iniciador del plan urbanístico sanitario que convirtió el ambiente urbano en objeto de atención y de estudio. Utilizó la higiene social para legitimar las políticas propuestas desde la esfera gubernamental. También permitió hacer realidad las políticas gubernamentales sobre el espacio urbano (surtidores, plazas, etc.), montando también dispositivos de control sanitario sobre la ciudad que con el tiempo elaboraron normas de disciplinamiento social vinculadas sobre todo a la salud y enfermedad, vivienda, usos del espacio público, al mismo tiempo la Ciudad se embellecía y cobraba valor.

Tal era la situación que ahora los jardines brillaban por el uso correcto del agua, los amplios espacios de césped, la incorporación de elementos arquitectónicos, los monumentos y obras de arte, las fuentes y los quioscos, la ampliación de las calles y veredas, hacían que Mendoza resucite.

Los espacios verdes eran comunes, los espectáculos al aire libre, los paseos y hasta se valoraba mucho la estética.

Tanto el gobernador Ortega como su adalid Lagomaggiore, con mucha visión de futuro, pensaron y materializaron una Mendoza hermosa, coronada por gente transparente y amante de su tierra.


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