Los monstruos nuestros de cada día

Cada época genera sus propios monstruos. ¿Cuál es el de este tiempo? ¿Javier Milei o Cristina Kirchner? Éxitos y fracasos de una semana a pura felicidad. Bullrich en alza. Santiago Caputo, ¿en baja? La columna de Silvia Mercado.

Silvia Mercado
Periodista acreditada en Casa Rosada

"Cada época tuvo características propias en la caracterización del monstruo", dijo Pablo Martínez Burkett, abogado y profesor en la Universidad Austral en alguna materia que bien podría ser "historia occidental de la oscuridad y sus penumbras", que él colocó a partir del gótico, una era que los expertos cuentan que comenzó en el siglo XII o XIII.

Fue en el festival de literatura Oscuro Total que se realizó en Daín Usina Cultural, donde el profesor expresó que "el monstruo es el vehículo para generar miedo", algo así como una herramienta para someter, un artefacto que puede adquirir infinitas caras pero que no es necesario explicar cuando se presenta a la vista: genera temor y temblor.

¿Cuál es el monstruo de este tiempo? Sin entrar en la fácil. ¿Es el déficit fiscal o la inflación? ¿Es la fragmentación social o la debilidad de la política? ¿Son las llamadas "corporaciones" argentinas (verdaderas pymes en otras partes de mundo) o los piqueteros?

¿Es Javier Milei? ¿Es Cristina Kirchner?

Un funcionario con experiencia en gestión pública asegura que "en este Gobierno hay que acostumbrarse al caos". "Lo que hoy es, mañana puede no serlo. Un amigo en cuestión de horas pasará a ser enemigo, y lo contrario. Vivimos en la era de la velocidad y nada de lo que es hoy, será por mucho tiempo", agrega para explicar una semana de up and down para la Casa Rosada.

Milei arrancó negociando con diputados y senadores y tuvo un fenomenal logro: consiguió 87 diputados, un tercio de la Cámara de Diputados, para evitar que el veto a la ley de movilidad jubilatoria sea rechazado. Fue el miércoles.

El jueves esperaba que el Senado no sesionara. Ese era el compromiso que habían tomado la vicepresidenta Victoria Villarruel, el senador Juan Carlos Romero y el senador radical Eduardo Vischi, el senador del PRO Luis Juez, entre otros. Pero algún monstruo, o diablillo, metió la cola. Los radicales vieron la foto de la senadora Lucila Crexell sentada a la derecha de Milei en la reunión en Rosada y pusieron el grito en el cielo.

Se imaginaron bajo el bullying de su electorado y en reunión de bloque le exigieron a su jefe, Vischi, que garantizara la realización de la sesión. Temían quedar como senadores "comprados" como le sucedió a Crexell a cambio de nada, ya que hace tres meses facilitó el quórum para aprobar la Ley Bases y aún sigue en Buenos Aires. El "pago" de salir como embajadora a la UNESCO, a París, seguía en veremos.

Ausencia de Suarez y "una de cal y una de arena" de Juri en la sesión del Senado

Así fue que se aprobó la Boleta Unica Papel (BUP) que ahora volvió a Diputados con unos cambios, pero también se hizo Ley el proyecto de Financiamiento de Educativo y, por si fuera poco, se votó el rechazo al DNU con el aumento de los fondos secretos de la SIDE, primera vez que el Congreso rechaza un Decreto del Ejecutivo.

Mientras tanto, fuera del Gobierno aparecieron voces que comentan que Milei le dijo al economista Ricardo Arriazu que "lo de Lijo no va a salir, no te hagas problemas". Sostienen que la defensa que hizo el Presidente en el programa de Luis Majul, atribuyéndole expertise en cyberdelitos, materia que desconoce por completo, fue la prueba de que ya no le interesa su designación en la Corte Suprema.

Suman un episodio que nadie en Gobierno quiso confirmar. A saber, que el jefe del bloque libertario, Ezequiel Atauche, llamó a Santiago Caputo para pedir instrucciones acerca de si finalmente era posible votar los pliegos por separado, y que la contestación fue la misma de siempre, "o los dos, o ninguno". Fue interpretado en el Senado como una decisión para "entregarlo" a Lijo, viendo que ya no tienen las firmas y nadie está interesado en pagar el costo político, ni Martín Lousteau ni Guadalupe Tagliaferri, mucho menos el kirchnerismo.

En medio de estos up and downs, el domingo a la noche Milei tiene una nueva chance para recomponerse. Así lo imaginó con la inédita idea de que sea él mismo quien presente el Presupuesto en el Congreso, en una ceremonia atípica, ya que normalmente lo que se espera es que al ministro de Economía lleve esa, la ley de leyes, para que pueda responder preguntas de los diputados y diputadas, aclarar dudas técnicas.

El formato que imaginó Rosada es como si fuera una Asamblea Legislativa, sin serlo. Lo más probable es que falten muchos, no tanto porque Aerolíneas no garantiza los vuelos, sino porque se prevé que insulte a los legisladores, ahora de frente, y no de espaldas como fue en el día de su asunción.

Poco se sabe de una supuesta "bomba" que Milei lanzaría esa noche, pero varias fuentes coinciden que anunciaría la privatización de la aerolínea de bandera, siguiendo con un proyecto que presentó el PRO.

Como se recordará, Aerolíneas Argentinas estaba en el listado de empresas a privatizarse en el proyecto de la Ley Bases que envió el Ejecutivo, pero durante el debate en el Congreso fue eliminada junto a otras compañías. Y dados los problemas que el Gobierno tiene en sostener los compromisos asumidos en los diálogos políticos, no la tendrá muy fácil tampoco en este caso.

Mientras tanto, y tal como lo anticipó Memo, el nombre de Patricia Bullrich empieza a sonar con fuerza para un upgrade en el Gabinete. Un importante funcionario reconoció que la ministra de Seguridad es "una gran operadora política", aunque desestimó que asuma en el lugar de Francos. Semanas antes, Bullrich ni ranqueaba. Hay quienes dicen que la funcionaria tejió un vínculo sólido con Karina Milei, que ya no tiene la misma confianza en el asesor Caputo que tenía hace un año.

El rol del embajador Marc Stanley sería crucial en ese sentido. El norteamericano habla personalmente con Milei y le viene marcando algunos deslices del joven no-funcionario entre los que estaría una extraña confianza que desarrolló en los últimos meses con los representantes de China y Rusia en la Argentina.


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