Con la muerte de Nicolás Becerra se empieza a ir una generación distinta del peronismo
Mendoza y el país despiden a un veterano dirigente del peronismo que ocupó cargos de relevancia a nivel nacional. Una generación diferente del justicialismo de Mendoza.
Nicolás Becerra fue uno de los peronistas de la recuperación de la democracia. En su generación, hubo un sector -que integró- que aprendió de la violencia del pasado y los errores históricos, por lo que representó junto a otros de un justicialismo dialoguista, que empezaba a sentirse cómodo y partícipe del sistema republicano, como pocas veces antes.
Hasta hace poco se lo vio departiendo con amigos en cafés de la Quinta Sección o del oeste de la Ciudad, generalmente sobre fútbol. Su mesa siempre terminó concurrida por antiguos protagonistas de la vida política, judicial y empresaria.
Murió este domingo de Pascuas y lo despiden propios y ajenos. Se destaca en los medios porteños su paso por la Procuración General de la Nación, en tiempos de Carlos Menem, lugar desde donde impulsó al por entonces joven fiscal Alberto Nisman para que investigara la causa AMIA, por ejemplo.
Pero su vida política fue mucho más ramificada en Mendoza, provincia de la que quiso ser gobernador y perdió las pulseadas internas. Aun así, continuó participando, aceptando el esquema de triunfos y derrotas que la democracia depara, sin misticismos ni prácticas totalitarias.
Fue diputado nacional del Partido Justicialista de Mendoza entre el 24 de abril de 1991 y el 9 de diciembre de 1995, defensor general de la Nación, secretario de la Jefatura de Gabinete y fue procurador general de la Nación entre el 23 de abril de 1997 y el 5 de febrero de 2004.
En un diálogo recordado con FM Andina, Becerra contó que "fue ardua y dura la tarea de culturizar a fiscales en el sentido de que ya no dependían de otros, sino que era autónomos". "La Constitución -sostuvo- obligó a los fiscales a defender la legalidad, pero también los intereses de la sociedad".
Además, señaló que "nunca recibí presiones de los cuatro presidentes que hubo durante mi gestión (Carlos Menem, Fernando de la Rúa, Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner), pero tampoco las hubiera permitido", aclaró. "Fui ascético frente a la acción y presión del resto de los poderes", aseguró.
El deporte fue otra de sus pasiones, siendo parte -como vicepresidente, inclusive- del Club Independiente Rivadavia, La Lepra.
Tenía 80 años. Nació el 25 de enero de 1943 y cursó su educación secundaria en el Liceo Militar de Mendoza, provincia para la cual luego de estudiar abogacía trabajaría como Subsecretario de la Gobernación.
Como jefe de los fiscales a nivel nacional, Becerra dedicó sus esfuerzos a delinear a gran escala la política criminal del país y participó en distintos expedientes de gran relevancia pública e institucional. En ese marco elaboró dictámenes de trascendencia crítica como el referido a la invalidez de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final y su pronunciamiento sobre la imprescriptibilidad de delitos como el robo de bebés de desaparecidos durante la última dictadura militar.
También dictaminó a favor de los ahorristas en casos surgidos bajo el contexto de la crisis social que desencadenó el "corralito" durante el año 2001.
Asimismo, y luego de atravesar en el cargo las presidencias de Menem, Fernando de la Rúa, Eduardo Duhalde y Kirchner, fue propuesto por el gobierno nacional como árbitro titular en el Tribunal Arbitral del Mercosur, donde se dedicó a dirimir conflictos de índole regional hasta la finalización de su periodo fijado en 2008.