El cambio de paradigma en la Justicia que puede implicar la reforma laboral

En los próximos días ingresará al Congreso el proyecto impulsado por el Ejecutivo de reforma laboral, el cual intentará modificar algunos puntos claves de la actual legislación laboral. En ese marco, el economista Carlos Ponce analizó algunos de los cambios propuestos.

Tenés que saberlo
Gabriel Conte, Ana Martínez, Ariel Fernández, Julián Chabert y Rodrigo Galdeano y sus personajes. En 92.1 de Radio Post

El mes de diciembre tendrá como eje principal en el Congreso el debate por la reforma laboral impulsada por el Gobierno, la cual modifica en gran parte la actual Ley de Contratos de Trabajo buscando modernizar algunos aspectos. El economista Carlos Ponce habló en "Tenés que saberlo", por Radio Post 92.1, y se refirió a algunos de los cambios que se vienen con el nuevo proyecto.

"Cada artículo del proyecto de reforma laboral modifica partecitas o palabras de la ley actual de Contrato de Trabajo, con lo cual tenés que tener los dos juntos e ir leyendo artículo por artículo, es un laburo grande descubrir qué dice la Reforma Laboral. Es un trabajo de detalles: tal vez antes decía ‘no podrá' y ahora le sacaron el ‘no' y dice ‘podrá', han hecho un trabajo quirúrgico en un montón de cosas que tienen que ver con toda la modalidad de contratación y lo que pasa adentro de una relación laboral: cómo se determinan las vacaciones, los salarios", explicó Ponce.

El economista señaló que además esto cambiará algo clave dentro de la justicia laboral: "Uno de los problemas que tiene la actividad económica en general es que la justicia laboral y los abogados laboralistas en general, tal vez el equivalente no corresponda, pero serían un poco lo que es el garantismo en la justicia penal. En general, los jueces laborales y las cámaras de abogados laborales, tienden a fallar a favor de los trabajadores".

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En ese punto, señaló que existe un punto de la ley actual que dice a los jueces lo que deben hacer: "Dice que cuando haya dudas de cuál es el culpable de una situación, tienen que fallar a favor del trabajador. Esto ha llevado a veces a una flexibilidad que puede ser positiva para los jueces y muchas veces a cosas muy negativas. Ese pedazo de un artículo de la ley salió, no está más, ahora el juez no tiene la orden de la ley de fallar a favor del trabajador ante la duda".

A su vez, señaló que muchas veces en las empresas los conflictos se arreglan antes: "Hay sindicatos que son razonables y acuerdan con las empresas y hay otros que no; y hay empleados que se han valido de estas ventajas o esta protección de la ley para abusar. Pero en la mayoría de los casos las cosas se acuerdan, no hay tanta conflictividad laboral en las empresas que tienen más o menos convivencia".

Sin embargo, advirtió que han habido casos muy graves: "Han visto a un empleado robando por las cámaras, lo echaron con justa causa, fueron a la justicia y por algún motivo de la filmación, un tecnicismo, el juez se valió de algo que decía la ley. No solo que lo consideraron arbitrario, sino que además que le aplicaron un método de actualización a la indemnización que le correspondía que fundió a la empresa. Hay mil cosas, pero una es que pone límites a cómo se van a actualizar los juicios. En un juicio como este, en donde yo digo que lo eché con justa causa y el empleado dice que no, las indemnizaciones en los dos casos son totalmente distintas y puede durar 4 años. Cuando llegaba el momento y salía el fallo en contra, la actualización de eso era uno de los grandes problemas que tenían las empresas chicas, que un fallo de esos podía fundirlas. Eso la ley también lo limita".

Además, señaló que la ley tiende a facilitar la cuestión para los empresarios: "Casi todo lo que alcancé a leer, 100 de los 170 artículos, tiende a facilitar esta relación laboral, a hacérsela más fácil, más flexible, menos costosa a los empresarios en todas estas cosas que son las cosas cotidianas que terminan complicando a las empresas".

Qué va a pasar con los sindicatos

Por otro lado, Ponce señaló que el nuevo proyecto no habla de los sindicatos: "Ha habido muchos proyectos de lo que llaman democratización sindical, de cambiar la estructura y la forma en la que se conforman mayorías, pero eso acá no se toca. La marcha es una marchita, no se los vio muy enojados a los muchachos, algo tienen que hacer pero tampoco es que hicieron paro general. Hubo épocas en la Argentina, como la de Alfonsín, mucho más densas que la de hoy. A la estructura sindical, esta ley no la toca. Quizás venga en el futuro una que sí, pero esta no. Los tipos que hace 40 años se eligen, reeligen y vuelven a elegir en los sindicatos, la estructura que permite que eso pase sigue igual".

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A su vez, marcó que la ley tampoco habla de las obras sociales sindicales, una de las grandes cajas de los sindicatos: "El sistema de salud se lo dieron a los sindicatos en los años 60, en la dictadura de Onganía. De allí en adelante, los sindicatos han manejado con diferente suerte las obras sociales. Ese tema ni siquiera se menciona en la ley".

En esa línea, añadió: "Me parece que hay varios guiños a los sindicatos para que esto sea una discusión sobre la base de un montón de cuestiones laborales que son importantes, pero el poder sindical lo toca muy poquito a través de algunos convenios colectivos, pero no va al meollo del poder sindical. Si querías ir al meollo de poder sindical, vos ponés un cuerpo de 40 auditores, entre gente de ARCA, UIF, abogados y expertos en salud, en seis meses que hagan una auditoria por cada una de las obras sociales grandes de la Argentina, y la Argentina explota, esa es la realidad".

El economista marcó que el poder sindical ha sido una casta en Argentina: "Eso ha sido un poder oculto gigantesco, que ha distribuido dinero de una manera tremenda, ahora menos por la crisis del sistema de salud, ya no tienen tanta plata. No pasa en todos los sindicatos: el jefe del sindicato de comercio de Mendoza era una persona digna, correcta, que hacía las cosas bien, que invertía la plata en los trabajadores; pero en otros sindicatos son dictadores con aviones privados. Gran parte de ese financiamiento no es tanto lo que se está discutiendo hoy que es la cuota de los empleados al sindicato, sino de la caja de la obra social que nunca se pudo controlar bien".

Finalmente, concluyó: "Falta muchísimo, pero hay cosas que van a cambiar el enfoque laboral, después va a depender de qué quieren hacer los jueces y los abogados laboralistas: si los jueces siguen con la misma idea y no se adaptan, van a seguir fallando igual".

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