Un robo histórico en Guaymallén
La historiadora Luciana Sabina cuenta el suceso policial que conmocionó al país en 1902 y que tuvo a Guaymallén como locación.
En los albores de la organización institucional de la Argentina, cuando el país comenzaba a estructurar sus sistemas de protección social, surgió una figura esencial para el bienestar de las familias de militares y empleados públicos: el monte de piedad o, más comúnmente, conocido como montepío. Este término, que hoy puede sonar arcaico, fue en su momento una tabla de salvación para miles de familias que enfrentaban la incertidumbre económica tras la muerte del principal proveedor del hogar.
El concepto de montepío tiene sus raíces en España, donde instituciones similares habían sido creadas para asegurar que las viudas e hijos de militares y funcionarios públicos no quedaran desamparados tras el fallecimiento del cabeza de familia. Los beneficiarios contribuían obligatoriamente a este fondo durante su vida laboral, y al fallecer o jubilarse, sus familias o ellos mismos recibían una pensión de este fondo común.
El monto de las pensiones variaba según la cantidad de aportes realizados y la categoría del funcionario o militar.
El amor imposible de Godoy Cruz
Claro que semejante caudal de bienes fue de gran atractivo para los amigos de lo ajeno, ese fue el caso del montepío de Guaymallén en 1902. La revista Caras y Caretas nos relata:
"En los primeros días de octubre se cometió en el departamento Guaymallén de la provincia de Mendoza, un audacísimo robo, más bien dicho un saqueo, en el Monte de Piedad. Los sujetos Pedro P. Basso, Aquiles Ferrari, Carlos Tronchi, Pablo Cattaneo y algunos otros, guiados por Francisco Terzaghi y Ángel Cordero, violentaron la puerta de entrada 6 hicieron una verdadera rassia de aros, pulseras, medallas, 355 relojes, cadenas de oro, etc., y metiendo el todo en una bolsa que pesaba algo así como 200 kilos, lo enterraron en una chacra de las inmediaciones, sin contar, por supuesto, con la diligencia del comisario Pérez y de sus empleados Villegas, Vera, Pizarro, Videla, Agüero y Maure, cuya campaña de tres días permitió el descubrimiento del robo y la prisión de sus autores. La curiosa fotografía en que figuran los delincuentes con el abundoso producto de la empresa, es quizá única en su género, y deja sospechar que el valor de las joyas pasa de una decena de miles de pesos".
Con el tiempo, el sistema de montepíos fue evolucionando y, en muchos casos, se integró o fue sustituido por los modernos sistemas de seguridad social y jubilaciones que surgieron en el siglo XX.
La creación de instituciones como el Instituto Nacional de Previsión Social y, posteriormente, el sistema de jubilaciones y pensiones absorbió en gran medida las funciones de los montepíos, haciendo que este concepto cayera en el olvido.